“Propaganda” en FIDOCS: Cómo vender un candidato a 17 millones de clientes

 “Propaganda” en FIDOCS: Cómo vender un candidato a 17 millones de clientes

El año electoral 2013 fue caótico y particular. Por primera vez, la existencia de nueve candidatos permitió que la diferencia de estilos y estrategias fuese mucho más visible y pronunciada. El documental “Propaganda” (2014) es una eficaz muestra comparativa de lo que pasa tras bambalinas en las campañas de Roxana Miranda, Evelyn Matthei, Michelle Bachellet, Marco Enríquez Ominami, y Franco Parisi. Ha corrido agua bajo el puente desde los enfrentamientos entre las campañas del Sí y del No y, aunque la tecnología y la teoría sobre lenguaje publicitario han mejorado, algunos vicios de la época de “Si gana el candidato le damos el otro zapato” permanecen.

Aunque se ignoran los criterios de los realizadores para enfocarse en esos candidatos y dejar fuera a Claude y Sfeir (Lo de Jocelyn-Holt e Israel no sorprende a nadie), el documental cumple con una función objetiva de registrar, sin perderse en juicios o análisis, dejando esta tarea para el espectador, quien tendrá que comparar y juzgar los estilos de cada campaña, por medio de una narrativa que involucra entrevistas, apariciones en público, panfletos, actividades diversas del comando y hasta sesiones de maquillaje y peinado.

La cinta fue hecha por el colectivo MAFI y por un equipo de directores entre los que están Christopher Murray e Israel Pimentel. Uno de los tantos trabajos interesantes que han podido verse en esta versión de FIDOCS, que concluye esta semana. El hecho de que haya sido hecho por un grupo de personas de distintas miradas y posturas, permite vislumbrar un trabajo de edición minucioso frente a un tema delicado, como es el de decidir los grandes temas de este país y tomar las decisiones que más deberían importar, confiando en los lenguajes de la publicidad.

Es espectador no dejará de preguntarse también cuántas de esas imágenes son espontáneas y cuántas han sido pasadas por el filtro de la edición y planificación, ya que como en todo documental a veces la sensación de realidad es ilusoria. A pesar de esto, la idea que busca instalar es sumamente nítida y potente: En la política, el mensajero puede importar más que el mensaje, y las propuestas del candidato pueden ser tan importantes como si se ponen flores azules o amarillas en su escritorio en la franja electoral.

 

Por © Felipe Tapia, cuya verdadera identidad aún sigue siendo un misterio.

 

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