Crítica de cine: “Terrifier 2”
No podía ser de otra manera. Después del suceso a nivel mundial que produjo su predecesora “Terrifier” (2018), lo lógico era que debía haber una secuela, se debía explotar aún más esa imaginación macabra que tanto celebran los fans duros del terror. Y si vamos a los números, se darán cuenta que la crítica no fue muy benevolente ni con ésta ni con la original, sino que el éxito se acunó en la taquilla, en las salas de cine, en el streaming y en el download.
Pero vamos a lo nuestro.
Su protagonista, Art the Clown (que gran nombre), es resucitado “milagrosamente” y comienza a acechar en noche de Halloween. Durante la ruta del desmembramiento se cruza con una niña que es su símil, pero en versión femenina y de corta edad, por lo que no duda en hacerla su partner de la muerte. Mientras van cayendo algunos personajes pasajeros conforme avanzan los minutos, el payaso se obsesiona con el núcleo familiar y de amistades de la joven Sienna (Lauren LaVera), matándolos a desparpajo antes de llegar a ella. Por su parte, Jonathan, el hermano menor de Sienna, está obsesionado con Art the Clown, y de una manera muy visionaria como poco creíble, le dice a su hermana que ella está llamada a terminar con la ruta de sangre del asesino. Como suele ocurrir en estas películas, en noche de Halloween ella precisamente está disfrazada como una cazadora, como una Clown Hunter.
La gran gracia de Terrifier 2 y de su director Damien Leone, es que reviven ese horror infame de los 80s en donde la gracia estaba en los jump scares, un par de desnudos, la sola idea de matar por matar y de la forma más original y visceral posible, con un guion que era nada relevante. Y vaya que lo logra, porque definitivamente los puntos más altos de ambas películas son los asesinatos y los efectos especiales, que no son aptos para todo público, sino que se debe tener un criterio bastante bien formado, y estómago también.
Así, el reguero de sangre es impresionante, en un filme en donde si bien la trama no es tan importante, sí existe, y se nota que Leone se esforzó por darle una línea narrativa, algo de vida más que la mera secuencia de imágenes espeluznantes. No por nada dura un poco más de dos horas. Tiene tratamiento de personajes, ahonda en algunos de ellos y por ahí dilata minutos innecesarios con esas historias paralelas.
Personalmente, cuando supe que se estrenaría una película acerca de un payaso asesino, inmediatamente me quise “pegar un tiro” digno de Terrifier, muy escabroso. Me pregunté ¿Para qué? ¿Acaso no basta con “It”, “Poltergeist”, “AHS: Freakshow” y tanta película con asesinos de cara pintarrajeada? Y dale con la misma idea agotada y archi explotada. Pero me equivoqué. Leone eleva a Art the Clown al Top 1 (sí, el 1, no hay otro mejor) de los payasos asesinos, desde el traje (simple, bicolor, con un tierno pequeño sombrero que va de lado, y en donde es la dentadura la que hace lo suyo), la personalidad (es un mimo, no se queja, no emite sonido bucal alguno), brota el humor negro por todo su ser, no tiene poderes sobrenaturales (solo el revivir, pero eso ya da lo mismo), y es responsable de las muertes más crudas filmadas en los últimos años.
Así, como un nuevo fan feliz de Terrifier, espero las dos siguientes entregas, ya que se confirmó que, dado el éxito de la hoy minisaga, serán al menos cuatro películas en total. ¡Larga vida a Art the Clown!
Escrito por ©Daniel BernalSígueme en Twitter: @DanielBernalY