“Orange Is The New Black”: La provocación naranja de Netflix. Primera parte
En Sao Paulo, Brasil, los creadores de la nueva serie de Netflix “Orange Is The New Black” se reunieron con medios latinoamericanos, incluyendo a Cinetvymas, para compartir experiencias sobre esta aclamada realización que ya ha anunciado una segunda temporada. Pudimos conversar con Piper Kerman, la autora del libro en el cual se basa este drama/comedia carcelario, así como con Taylor Schilling, actriz que interpreta a Piper Chapman, el alter ego de Kerman. También con Jason Biggs quien encarna a Larry Bloom, el marido de Piper y, finalmente, con Danielle Brooks, quien personifica a “Taystee” Jefferson, la primera reclusa de quien tenemos conciencia en esta historia. En esta primera parte podremos comparar algunas impresiones de ambas “Piper”; la original quien sufrió todo el drama y la actriz que encarna su adaptación en la obra de ficción.
Son las 10 a.m. Nos encontramos en el hotel Unique, uno de los más famosos de la ciudad, sobretodo por su “Skybar”, una restaurant-terraza con una impresionante vista del skyline Paulista. Apreciar eso será para después, pues la actividad se desarrolla en uno de los pisos subterráneos del estiloso recinto. En el nerviosismo de la espera, junto al resto de periodistas que componen el segundo grupo, comenzamos a odiar a Regina Spektor. Su tema “You’ve Got Time”, que da inicio a cada episodio de la serie, suena de fondo en el salón en un bucle infinito del cual ya perdimos la cuenta.
Finalmente somos rescatados por la gente de Netflix, quienes nos trasladan a un salón algo más pequeño, pero igual de imponente. Aunque la actriz protagónica Taylor Schilling (“Argo”, “Cuando te encuentre”), no pudo estar presente por motivos de salud, se nos indica que podremos hablar con ella vía telefónica. La decepción es sólo momentánea y se desvanece al instante cuando vemos entrar la figura de una rubia, delgada, de unos 40 y algo, con pose segura y amable. Viste un sencillo pero elegante vestido púrpura claro y una gargantilla.
“Sao Paulo es una hermosa ciudad. Que pena no poder estar mas tiempo aquí, es muy emocionante. Vivo en Nueva York, estoy acostumbrada a una ciudad grande, pero esta es como tres Nueva Yorks”, nos cuenta.
Esta agradable mujer es obviamente la neoyorkina que esperamos. Damos la bienvenida a Piper.
De la prisión al reconocimiento
En 1998, Piper Kerman se declaró culpable de la acusación de lavado de dinero producto de tráfico de drogas y fue sentenciada a una prisión de mínima seguridad por un período de 15 meses. En 2004 debió iniciar su condena sin sospechar que la experiencia marcaría el resto de su vida. En 2010, Kerman publicó sus memorias con el título “Orange Is the New Black: My Year in a Women’s Prison” (El naranja es el nuevo negro: mi año en una prisión de mujeres). La historia posteriormente sería recogida por la ganadora del premio Emmy, Jenji Kohan (“Weeds”) y adaptada a una serie de televisión. Hace unas semanas Netflix estrenó los primeros 13 episodios de la primera temporada, la que fue recibida con críticas muy positivas.
Mientras todos se preparan para la conversación y la gente de Netflix ajusta el contacto telefónico con Taylor Schilling, aprovechamos de romper el hielo.
Piper, ¿Existe alguna posibilidad que tu libro se traduzca al español?
“Eso espero. Se supone que están trabajando en ello. Ya ha sido traducido al ruso, al polaco, y creo que a las lenguas escandinavas, pero aún no ha sido traducido ni al español o al portugués”.
Lo cual es extraño…
“…Lo cual es un gran error…”.
…Considerando que muchos de los personajes son de habla hispana…
“Sí, exactamente. Pero espero que lo hagan pronto. Por supuesto, el proceso editorial es algo muy lento y no es como la televisión que es muy rápida”.
Nos indican que la conexión ya está lista y como salido de un cuento mágico, por un instante, para nuestra sorpresa, vemos a ambas Piper entablar una trivial conversación.
Kerman vs. Chapman
—“Hola Taylor, te extrañamos”.—pregunta Kerman intentando probar la comunicación.
—“Espero que no vayan a creer… ya saben, que… esto no es una broma”.— responde Taylor Schilling en un audio casi ininteligible.
—“¿Qué es lo que no es una broma?”
—“Ya sabes, mi enfermedad”.
—“Oh no, suenas terrible. Sin ofender”.
El humor inherente en la mentira de Piper suena como dicho por su personaje de ficción. Es un claro reflejo del tono de la serie, la que toma un drama real y lo transmite con la dosis de humor sarcástico y a veces negro que gratuitamente nos entrega la vida en circunstancias adversas.
“Leí el libro de Piper antes de empezar el rodaje y entremedio conversé mucho con Jenji. La escritura de este personaje es brillante en el show y le debo parte del crédito por mi trabajo”, manifiesta Schilling.
La actriz y la autora se conocieron durante el primer día de rodaje. Fue a partir de este encuentro que Schilling pudo añadir un nivel de detalle en la construcción de su personaje, el cual de otro modo no hubiera podido abarcar. Por su parte, el primer día de Kerman en el set tuvo un aspecto algo más emocional.
“La primera vez que fui, fue durante el primer episodio. Larry, mi marido y yo fuimos de visita y entramos al enorme estudio que estaba en Queens, en Nueva York, y yo me sentí enferma del estómago, porque los diseñadores de producción tenían en el estudio el comedor, los dormitorios, la sala de visitas y las duchas. Atravesamos el lugar y fue muy sobrecogedor. Muy emocional para mi.”
Piper aclara que ese extraño sentimiento no fue sólo para ella, sino también para Larry, quien pese a visitarla cientos de veces no tenía idea del aspecto, por ejemplo, del salón comedor. “Sus ojos estaban muy grandes”, recuerda Kerman.
“Ese día tuve que ver la actuación de Taylor por primera vez. Es decir, había visto sus otros shows pero, si se fijan, sus papeles son muy distintos. Y éste es muy distinto a lo que había hecho antes”.
Piper Kerman se vio reflejada por primera vez como Piper Chapman durante la compleja escena del comedor, cuando Chapman comete el error de insultar la comida preparada por la cocinera Galina “Red” Reznikov (Kate Mulgrew). “La vi filmar la escena. La miré. Yo solo miré. Y sentí un gran alivio y emoción. Pensé ‘ella va estar grandiosa’. Así que ese fue un gran momento para mi”.
La escena a la que hace referencia Kerman es un ejemplo de las principales diferencias entre ella y la Piper ficticia. “Yo cometí muchos errores durante el tiempo en el que estuve encarcelada, pero ella de verdad mete la pata. Comete grandes equivocaciones. Esa es la diferencia más grande”.
La experiencia de Taylor Schilling
“Habría hecho todo lo que hubiera podido por interpretar a este personaje. Estuve feliz que me dijeran sí a mi”, aclara Schilling, pues aunque uno quiera un trabajo, por lo general es el trabajo el que lo elige a uno. “Este rol, Jenji, Piper Kerman, es el tipo de equipo creativo con el que me gusta trabajar. Y éste es el tipo de historia que verdaderamente quiero contar, creativamente. Por eso es el trabajo más emocionante que he hecho”.
El equipo creativo incluye a Kerman como consultora y como la mayoría de las series, a directores invitados. Uno de ellos fue la famosa actriz Jodie Foster, quien dirigió el episodio 3 de la primera temporada, titulado “Lesbian Request Denied” (“Solicitud lésbica rechazada”). Se trató del primer esfuerzo de la directora en un formato televisivo desde su debut en “Don Not Open This Box”, de la serie de misterio “Tales From the Darkside” (1988).
“Jodie Foster es sorprendente, es mi ídolo y la encuentro genial como actriz y directora. Superó todas mis expectativas. No sólo es increíblemente precisa y profunda en cuanto a sus dinámicas de escena sino también muy amable y relajada y trató a todos muy bien”, indica Schilling.
Taylor, considerando que el promocional de la serie indicaba que iba a tratarse de una comedia, ¿estabas consciente de la cantidad de violencia que tu personaje iba a tener que enfrentar?
“Absolutamente. Lo interesante es que probablemente esperaba incluso más de eso. Lo que fue diferente y me sorprendió fue cuan brillantemente Jenji desarrolló la comedia con el humor agudo, el humor negro, profundo en el show. Eso fue más sorprendente para mi que los momentos oscuros”.
El humor de la serie permite balancear su lado violento, el cual la mayor parte del tiempo se nutre con el choque entre los conceptos de femineidad y la rudeza propia de la vida carcelaria.
“Lo que aprendí sobre la cultura de prisión y sentirse una mujer, ser capaz de usar maquillaje o peinados, es que preservar rituales te mantienen cuerda y te permiten levantarte en las mañanas. Creo que un aspecto positivo del show es que hay una descripción de que estos regímenes de belleza forman parte de la vida de las mujeres…Creo que, ante eso, Piper (Kerman) también tiene algo que decir…”
Kerman complementa: “Diría que eso forma una parte muy importante de la vida en una prisión de mujeres. Todo sobre el sistema de las prisiones en los Estados Unidos está intencionalmente orientado para quitarte tu humanidad y por cierto tu femineidad. Literalmente, las prisioneras usan ropa para hombres. Por lo que se vuelve un acto de resistencia la forma en que las mujeres se hacen cargo de su aspecto. El pelo, la cara, y se vuelve algo social también. Las mujeres se hacen cargo del cabello de otras. Y es algo verdaderamente importante y no es una cosa superficial, sino un aspecto fundamental de la dinámica social así como de la dinámica humana”.
La oportunidad en Netflix
El tiempo de conexión con Taylor Schilling se agota. Ella se despide no sin antes comentar su visión sobre el trabajo realizado balo el alero de Netflix, un servicio de contenidos online que ha cambiado las reglas sobre la forma de contar historias y presentarlas. “Todos hacen los que pueden por buscar la mejor manera en que la historia sea contada. Esa ha sido mi experiencia con Netflix. Se siente como un increíble ambiente creativo para trabajar”.
En el caso de Kerman, la visión personal sobre este punto la realiza desde la perspectiva de una persona creativa, sosteniendo que la razón por la que Netflix ha logrado atraer talentos, es porque les da libertad no sólo a ellos para crear, sino también al público para decidir. “Ciertamente en el caso de Jenji Kohan, alguien brillante con un bagaje increíble, quien quiere hacer las cosas de este modo, consigue establecer una visión creativa y hacer exactamente lo que quiere y luego la audiencia decide. El público decide si les gustan las historias. Como persona creativa, como escritora, eso es realmente emocionante. No estar atada a una agenda mas tradicional basada en las reacciones, sino ser capaz de contar esta hermosa y gran historia y luego ponerla a disposición del mundo. Creo que para la gente involucrada en crear estas historias esto es realmente revolucionario, y para los espectadores es una experiencia de percepción, lo que es muy diferente pues ellos tienen que decidir, exactamente como lo quieren ver. ¿Lo quiero ver en una forma compacta e intensa?¿Quiero tomarme mi tiempo? ¿Lo quiero ver solo?¿O verlo con un grupo de gente o amigos para discutirlo después? Creo que eso es también muy emocionante, para los espectadores. El poder elegir la forma exacta en la que se sientan más cómodos y les sea más conveniente”.
De la realidad a la ficción
Después de despedirnos de Taylor, ahora sólo nos quedamos con Piper. Por lo tanto la conversación se enfoca en el material original, su propia experiencia de vida y cómo esta historia debe alterarse en función de una pieza dramática de largo aliento.
“El show es una adaptación y por ende toma ciertas desviaciones dramáticas del libro y eso es así para la historia de Piper Chapman, la cual es muy diferente a la historia de Piper Kerman. El incidente por el cual terminan en prisión es igual, pero las decisiones que Piper Chapman toma tras las rejas son muy diferentes a mi propia vida, mis propias rutas, lo cual es algo que me alegra decir”.
En la serie, Piper Kerman trabaja como consultora, lo que básicamente es responder las inquietudes del equipo creativo, guionistas y diseñadores de producción o vestuario. “Leo los guiones y les doy cualquier feedback que ellos necesiten”.
Desde la perspectiva del autor, las ventajas de una adaptación de su trabajo son infinitas, pues permiten transmitir de un modo alternativo el mensaje original.
“Creo que una de las cosas que a la gente más le gusta sobre el libro es cómo mi historia, mi vida, se intersecta con estas otras mujeres de forma poderosa e importante. El show es capaz de expandir absolutamente de una forma en la cual el libro no hubiera podido. Así que no se trata sólo de Piper Chapman, sino de todas esas otras mujeres. Realmente es una pieza coral, con un reparto muy interesante y diverso y llegas a aprender un montón sobre estos otros personajes de un modo en el cual no hubieras podido hacerlo en otro formato, digamos, una película”.
La idea de Kerman en el libro era cambiar las suposiciones que la gente Estadounidense ha mantenido sobre lo que significa la vida en prisión. “El show hace exactamente eso. En forma precisa. Pone las historias de estas mujeres en primera fila y al centro y te da estas historias previas, y flashbacks. Realmente trabajan muy duro para crear este universo de la prisión de mujeres de Litchfield y darte el sentido de cómo es el día a día en ese lugar (…) Creo que los temas en el libro como la amistad, empatía, culpa y vergüenza, abuso de sustancias y drogas, enfermedad mental (el cual es un gran problema en los Estados Unidos en cuanto a prisiones) están en la serie, aunque las historias sean diferentes, y por eso estoy muy feliz”.
¿Dirías que el libro es más oscuro que la serie?
“Si, creo que mi libro no es cómico. Creo que hay humor en el libro porque hay un reflejo de las experiencias. No puedes sobrevivir en prisión sin reírte algunas veces, aunque llegue a ser como ‘si no me río, voy a llorar’. Hay humor, pero no es una comedia, así que ese es un gran cambio, una gran adaptación. Creo que lo más provocativo e interesante sobre la serie es cómo manejaron el filo de la navaja, que tiene un borde muy afilado, es decir, temas muy, muy serios y a veces escritura muy divertida. Estoy muy impresionada por lo que Jenji Kohan y los escritores lograron”.
Por supuesto, el universo de Litchfield no estaría completo sin la galería de excéntricos personajes, algunos más reales que otros. Por ejemplo, el personaje de Yoga Jones, interpretada por Constance Schulman, se diferencia de la verdadera en que la historia previa del personaje de ficción es mucho más trágico.
“Creo que Taylor ha hecho un trabajo maravilloso. Piper Chapman es como un vehículo que trae al espectador a la trama, pero esos otros personajes son los que hacen que uno se quede. Son tan fascinantes y maravillosos. Los escritores y las actrices hacen un trabajo increíble, creando un universo de personajes femeninos que, al menos, en los Estados Unidos nadie ha visto así en televisión. Mujeres viejas, jóvenes, de cualquier raza y religión, carga sicológica… eso es realmente importante, porque esa es una reflexión acertada. Ya saben, dentro de los muros de una prisión de mujeres lo que tienes es una comunidad, una comunidad involuntaria. Y en espacios cerrados todos tienen luchas individuales, pero también tienes tu lucha por llevarte bien con cada uno y darte cuenta dónde perteneces”.
Dentro de sus personajes favoritos, Piper Kerman destaca el de Galina “Red” y al de “Crazy Eyes” (Uzo Aduba)
“Uzo es fantástica. Ella y Danielle Brooks con quien podrán hablar en unos momentos, son actrices con entrenamiento clásico, y traen todo tipo de fascinantes tonos a los personajes. Creo que Taryn Manning, quien interpreta a Pennsatucky, la mujer loca, es maravillosa. Y también Natasha Lyonne (quien interpreta a Nicky Nichols), no puedes quitar la mirada cuando ella está en pantalla. Como escritora del libro, me siento tan humilde y agradecida porque tanta gente creativa, haya venido para esto. Simplemente es fantástico”.
Kerman reconoce que aún mantiene contacto con algunas de sus compañeras de encierro. “Una amiga mía, me dijo que ha tenido flashbacks. Y eso es porque la atmósfera que crearon en el show es muy fundamentada en la realidad”.
Cuando lo malo trae cosas buenas
Los primeros 13 capítulos abarcan hasta el momento sólo el 50% del libro de memorias de Piper Kerman. Por lo que la anunciada segunda temporada probablemente cubrirá parte importante del material restante.
“Estoy bastante segura de que vamos a ver nuevos y diferentes escenarios para estos personajes. Ellos van a ir a lugares donde probablemente ustedes no esperarían que llegaran a ir”, sostiene Kerman.
La serie mantiene el interés gracias a un sólido guión y a una estructura coral. Pero también, gracias a interesantes recursos narrativos. Por ejemplo, dentro de la serie existe un gimmick (truco) de guión en el cual en varios episodios, alguien cuenta un chiste del que sólo se escucha el inicio y el final y del cual algunos personajes lo consideran gracioso y otros ofensivo.
¿Consideras que el chiste de la berenjena y el pingüino es divertido, o no? Porque existe todo un misterio alrededor.
“También es un misterio para mi. Si alguna vez revelarán cuál es el chiste, eso aún no lo se. Tendrás que preguntárselo a Jenji o a los escritores, pues eso no está en el libro. Pero si, todo el mundo está como ¿Y qué pasa con el chiste? La verdad no sé la respuesta. No conozco el remate”.
Una cosa que si sabe y de lo cual está absolutamente segura, es que su terrible experiencia autoimpuesta ha conseguido, con el tiempo, el efecto positivo del círculo virtuoso.
“Creo que estoy realmente agradecida y feliz de que tantas cosas positivas surgieran de una verdadera mala experiencia”.
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©Hugo Díaz
Imágenes gentileza de Netflix