¿Qué pasó con la TV cultural, TVN y las teleseries turcas?
Editorial febrero 2015
El título del editorial de este mes es un poco ecléctico, es cierto, pero es necesario analizar varios elementos que, aunque no lo parezca, están ligados entre sí, para entender que ha ocurrido con la televisión chilena en los últimos meses.
Ya han pasado cuatro meses desde que salió el reglamento que obliga a los canales de televisión abierta chilenos, a transmitir al menos cuatro horas de programación cultural a la semana, dos de las cuales deben ser en horario de alta audiencia (el famoso horario prime). Después de este tiempo, es bueno evaluar qué cambios han ocurrido en la TV con esta imposición: Y la verdad es que ninguno. Los canales de TV para cumplir con la exigencia legal, básicamente lo que han hecho es cambiarle el nombre a algunos de sus programas prime, poniéndole el apellido cultural (para que sea bien evidente) y hacer lo mismo que hacían antes. Por ejemplo, los lunes La Red le cambia el nombre a “Mentiras verdaderas” y lo llama “Cultura verdadera”. La diferencia, se supone, es que los lunes los invitados al late show del Canal 4 son personas ligadas al mundo de la música, el cine o la danza, por poner algunos ejemplos. Lo curioso es que el programa antes ya llevaba ese tipo de invitados, por lo cual en la práctica “Mentiras verdaderas” ya era un programa con contenido cultural, y lo que hace ahora es un cambio de nombre un día a la semana. No es un programa nuevo, no dura más tiempo, no tiene música en vivo. Es el mismo programa con una pequeña variación en su nombre. Algo similar es lo que hace Mega con “Más vale tarde”, otro programa formato late show que los días viernes se denomina “Más vale tarde cultural” y lleva a músicos, algo que podía hacer (y de hecho lo hacía) sin necesidad de cambiar el nombre del programa. Si nos sacamos ese viejo paradigma mental que nos dice que un programa cultural es de formato documental, reportaje, o similar, lo cierto es que ambos programas ya tenían contenidos “culturales” desde mucho antes de la obligación.
Mientras todo esto ocurre, TVN vive sus días más complejos en décadas. El supuesto canal de todos los chilenos (que es dirigido por un directorio que representa solo a las dos coaliciones políticas) está cuarto en el rating, siendo una institución que siempre peleó entre los dos primeros lugares. La debacle puede tener varias razones, pero hay algunas que son más o menos obvias. La primera es el desgaste del “Buenos días a todos”, programa hecho por un equipo cansado, que nunca pudo reponerse de la pérdida de cinco de sus integrantes en el accidente de Juan Fernández. Es comprensible que cualquier equipo humano que pierde forma tan brutal a parte importante de su gente tenga un desgaste y debería tener una renovación, algo que no se le ha dado. Otro golpe duro que recibió TVN fue el éxodo de gran parte de su exitosa área dramática. De un día para otro pasó la famosa grúa y se llevó a casi todos los talentos que tantos años habían trabajado en el canal. Obviamente reponer ese equipo, por uno que no se conocía y con gente con poca experiencia (o al menos no tanta como María Eugenia Rencoret) de forma sorpresiva era muy difícil. Con situaciones como esta (y otras más), pocos canales podrían mantenerse como líderes.
¿Qué podría reprocharle a Carmen Gloria López (la directora del canal) sobre su desempeño? Solo una cosa, y es que no ha sido consecuente con su discurso público. Ella en varias ocasiones ha manifestado que le interesa el rol público de TVN y eso no se ha demostrado. Esta es la ocasión en que el canal estatal debiera liderar, justamente con fuerte programación cultural y no lo ha hecho.
Aquí es donde alguno va a saltar y dirá: ¡Pero si la TV cultural tiene poco rating! Pues bien. Esa es una de las grandes mentiras que nos han hecho creer. Según la última Encuesta nacional de TV, realizada por el CNTV, más del 61 % de los chilenos cree que los contenidos de la TV abierta son malos (se declara insatisfecho o muy insatisfecho), entre otras cosas porque falta programación cultural. Ahora es cuando usted está pensando: eso es parte del doble discurso del chileno, que dice que quiere ver TV cultural pero en la realidad prefiere farándula y teleseries turcas. Eso no es tan así. Lo cierto es que los resultados del CNTV son bastante coherentes con los índices de audiencia que muestra Time Ibope (la empresa que mide el rating en Chile); si uno analiza los ratings día a día, verá que hay varios de los denominados programas culturales dentro de los más vistos cada día.
Como muestra de esto, un par de botones. El domingo 31 de agosto del año pasado, el programa “Frutos del país” marcó 9,8 puntos de rating y se ubicó dentro de los 10 programas más vistos ese día. El programa “Lugares que hablan”, del segmento Sábado de reportajes de Canal 13, marcó 10,8 puntos el sábado 23 de agosto y poco más atrás el programa “Cultura sagrada” marcó 10,7 puntos el mismo día. Este puntaje es similar al que obtienen programas de farándula en horario prime, y se debe considerar además que el sábado en la tarde es un muy mal horario para la TV. Es decir, la poca gente que está viendo TV un sábado en la tarde le da su preferencia a la programación cultural chilena: No está viendo series en el cable. Algo parecido sucedió con la serie de Chilevisión, “Sudamerican Rockers”, ficción sobre la vida del grupo Los prisioneros y que mostraba parte de lo que sucedía en la sociedad chilena de los años 80 también marcaba buenos índices. El 27 de agosto por ejemplo, marcó 12, 1 puntos de rating. Y para qué hablar del fenómeno de “Los 80”.
En la pobre definición que hace la ley sobre qué es televisión cultural, y con ello cumplir la obligación, no se habla nada sobre los deportes. ¿Los deportes no son una expresión de cultura? En un país donde la TV no tiene áreas deportivas sino áreas futbolísticas, hace mucha falta que la televisión impulse a los cientos de otros deportes que se practican en Chile. En este sentido, la transmisión que hizo TVN de la defensa del título mundial por parte de “Crespita Rodríguez” marcó 18,9 puntos de rating, siendo el programa más visto ese día en toda la TV.
Con todo, vemos que muchos de los programas más vistos de TVN en los últimos meses son aquellos que podrían caber dentro de lo que un canal público debiera privilegiar como su línea editorial, pero a los que por alguna razón sigue dándole una cabida bastante limitada.
Todo esto ocurre mientras todos hablan del éxito de las telenovelas turcas, algo que los canales han visto como su caballito de batalla y un supuesto salvador. Sin embargo algo que no se dice es que no todas las teleseries turcas marcas altos índices de audiencia. De hecho el fenómeno ha sido bastante puntual con dos o tres telenovelas, algo que en otros tiempos ya ha pasado con producciones provenientes de Brasil o de México. O incluso Colombia cuando “Betty la fea” era la gran estrella. Así, salvo por “Las mil y una noches”, “¿Qué culpa tiene Fatmagul?” y ahora “Ezel”, la mayoría de las teleseries turcas tiene éxitos relativos, similares a los que tienen otras telenovelas, incluso nacionales. Del mismo modo, poco se habla del gran éxito que ha tenido “Pituca sin lucas” (que es chilena por cierto) que siempre está entre los 5 programas más vistos del día o “La chúcara” en TVN, que se defiende bastante bien en el horario de la tarde. Otros programas nacionales que han tenido gran éxito son “Amor a prueba” y “Master chef”.
Un último elemento a considerar. La encuesta del CNTV de 2014 midió por primera vez la “televisión social”, es decir, el uso de redes sociales como Twitter o Facebook asociados al consumo de TV. Cuando salió la encuesta varios expertos dijeron que “por fin el CNTV hacía esta medición”, “que por qué no se había hecho antes”, “que el CNTV siempre estaba atrasado”, etc. Es bueno explicar que el organismo estatal hace esta encuesta cada 3 años, y la encuesta anterior se publicó en 2011, por lo cual es probable que gran parte del estudio se realizara el 2010. Si somos medianamente serios, entenderemos que ese año las redes sociales no eran tan masivas como lo son hoy, y probablemente los resultados, de haberse evaluado ese año, habrían indicado que la relación entre TV y redes sociales no era significativa, como hoy sí lo es. De todas formas es importante entender que es la TV la que marca la pauta de las redes sociales y no al revés como muchos creen. Claro, en Chile la mayoría de los expertos en TV tienen Twitter (y por eso creen que esa es la realidad del país), pero esa no es la masa crítica que ve televisión. Debido a lo mismo es que si bien “Las mil y una noches” arrasó con el rating todos los días, pocas veces fue trending topic, o al revés, “Master chef” que varias veces fue trending topic a nivel mundial a pesar de que nunca fue lo más visto del día; algo parecido a lo que ocurre con varios programas de La red como “Mentiras verdaderas” o “Vigilantes” cuyos temas son todos los días los más comentados en Twitter pero están lejos de ser los programas más vistos. Aún no se puede hablar de una directa relación entre redes sociales y TV abierta, si la premisa es que los programas más mencionados en las redes son los más vistos. Probablemente en algunos años más esto cambie, y por supuesto es imprescindible seguir observando este fenómeno día a día.
La TV está cambiando sin duda, y sigue siendo por lejos el medio de comunicación más influyente. Muy por encima de la radio, los periódicos y los medios digitales. Si alguien cree que la solución a los problemas de algunos canales pasa por seguir trayendo más teleseries turcas, me atrevo a decir que está equivocado. Ojalá, por el contrario, haya algún director de programación que sepa leer los estudios, escuchar a la audiencia y jugársela por una televisión con un interés público real y con programación nacional, porque en realidad una mejor televisión no pasa por 4 horas de TV cultural obligatorias, y no sería distinto si la obligación fuera de 10 o 20 horas. Pasa porque los canales realmente entiendan que la gente sí quiere una programación distinta. O mejor aún, que el Estado por fin se la juegue por crear un canal educativo y cultural de libre acceso para todos. Estoy seguro que el público lo apoyará.
© Juan Carlos Berner
En Twitter: @jcbernerl
Fuente imagen principal: El desconcierto
Te invito a leer también la crítica de Aldo Vidal a “Dueños del paraíso”.
1 Comment
Un muy buen artículo, da para iniciar ese debate existente sobre la decadencia de la Televisión chilena por Aire y ver sus alternativas. Lamentablemente, los productores leen lo que les puede traer mayor audiencia, pero no necesariamente lo que es bueno para la gente.
Twitter no es ni un cuarto del verdadero impacto de un programa televisivo, quizás es para considerarlo, pero no completamente. (Si Twitter tuviese una influencia masiva, Claude y Parisi hubiesen ido a segunda vuelta en las últimas presidenciales)
Creo que los canales podrían volver a lo que eran. Recuerdo un TVN fortalecido en las tardes con programas deportivos, o una programación cultural un sábado por la mañana. (Es lo que más extraño)
Así, la TV chilena se satura con programas basura que se copian entre ellos: CHV sacó un Reality de fidelidad, al tiempo otro canal le copia. Mega logra un éxito (afortunado) con las novelas turcas, otros canales van por ellas. Uno hace un reality de esto, los demás lo hacen. O saturan el mercado con novelas. ¡Y así vamos…!
Sería una solución que cada canal pudiese emitir una programación que la distinga, así como quieren serlo los noticiarios, así existiría una muy buena variedad, pero veremos cuál es el canal que va a arriesgarse a salir de lo que vende, para llegar a algo nuevo y destacarse.
Es difícil, hoy en día, el uso de TV satelital/cable y decos piratas aumentan rápidamente como un tren fuera de control, y la TV abierta ahí se queda.