Crítica de cine: “Una pistola en cada mano” Chicos, no es fácil llegar a los 40

 Crítica de cine: “Una pistola en cada mano” Chicos, no es fácil llegar a los 40

En la ciudad de Barcelona, J. (Leonardo Sbaraglia) se reencuentra con E. (Eduard Fernández) a quien no ha visto en años. E. está pasando por momentos terribles, pero el que sufre de depresión es J. pese a que tiene todo para ser feliz. Por otro lado, S. (Javier Cámara) pretende regresar con su ex esposa Elena (Clara Segura) aunque llevan ya dos años separados. En una plaza, G. (Ricardo Darín) sufre por el adulterio de su esposa, confesándose ante L. (Luis Tosar), la persona menos indicada. Por su parte P. (Eduardo Noriega) ve la oportunidad de seducir a Mamen (Candela Peña), su compañera de trabajo, aunque no debiera. Finalmente, M. (Jordi Mollà) y A. (Alberto San Juan) son puestos en evidencia por sus respectivas mujeres, María (Leonor Watling) y Sara (Cayetana Guillén Cuervo).

Interesante ejercicio de sicología, en la cual el director Cesc Gay (“Nico y Dani”, 2000) intenta desmenuzar distintos ángulos del patetismo e inseguridades de los hombres, en especial su relación con las mujeres. Por su forma, la película recuerda a los trabajos de búsqueda sicológica que realizadores locales han experimentado en los últimos años, aunque más ligados al drama, cómo es el caso de Bize o Lelio. Pero en su fondo, “Una pistola en cada mano” es una ácida comedia que utiliza el contrapunto de sus personajes en situaciones que intentan retratar problemas que no son obvios y que afectan al universo masculino con más de cuarenta años en el cuerpo.

El título hace referencia a querer “el pan y el pedazo” o aprovechar una situación dada de la mejor forma posible. La película es coral y la componen seis viñetas (algunas barajadas) que exponen en mayor o menor medida la crisis del hombre moderno. Estas seis historias se cruzan en una escena final, en el contexto de una celebración. Si bien se percibe un desbalance en la fluidez narrativa entre cada una de ellas, el resultado final no deja de ser satisfactorio, pues es una mirada sencilla y honesta del comportamiento humano in-situ. Ahora bien, si no fuera por la naturalidad de las interpretaciones, estaríamos ante el caso de una puesta en escena mas que el de una creación cinematográfica, pues la importancia de los diálogos supera al de los tiros de cámara.

Muy en la onda “El método” (2005) en la cual Marcelo Pyñeiro dirigió un reparto híbrido argentino-español basado en una exitosa obra teatral, en esta oportunidad Gay utiliza una mezcla de talentos similar de una forma en la que pareciera, aunque no lo sea, una adaptación teatral. Esta decisión puede resultar debatible, pues los recuerdos, los chismes y algunas otras situaciones pueden aprovecharse dramática y cinematográficamente de un modo distinto. Sea como fuere, el reparto es de lujo y aunque sea ante una cámara estática dentro de un automóvil, o con pocos movimientos en el lobby de un edificio, las emociones logran ser transmitidas, consiguiendo una comedia discreta con mucha ironía.

Obviamente no es el típico humor que triunfa en los medios de nuestro país, pero sin duda es un tipo de comedia que vale la pena difundir, pues es el que juega con la inteligencia del espectador y su capacidad de identificarse en base a la racionalización.

Sin llegar a los niveles de Woody Allen, Cesc Gay consigue mantener nuestra atención individual ante cada una de las escenas bien construidas, sin embargo, la cortada estructura narrativa puede atentar contra el interés del espectador, quien obviamente tendrá distintos resultados al interpretar una y otra vez los textos y subtextos de cada secuencia, basados en las situaciones y diálogos. Presentar personajes nuevos en el minuto 60 de un largometraje puede ser un arma de doble filo, pues su recepción va a depender del nivel de paciencia e inteligencia de cada espectador.

Sin ser contemplativa o cerebral “Una pistola en cada mano” es la clase de película que uno suele encontrarse en un festival de cine o que ésta suele encontrarlo a uno. Con limitaciones formales más que estéticas y un final algo frustrante debido a la premisa, la película funciona sin mayores pretensiones, con buenas, honestas y graciosas actuaciones y con una ineludible dosis de verdad.

©Hugo Díaz

 

Una pistola en cada mano

Dirección: Cesc Gay

Guión: Tomàs Aragay, Cesc Gay

Elenco: Leonardo Sbaraglia, Eduard Fernández, Javier Cámara, Clara Segura, Ricardo Darín, Luis Tosar, Eduardo Noriega, Candela Peña,* Jordi Mollà, Leonor Watling, Cayetana Guillén Cuervo, Alberto San Juan.

España, 2012, 95 minutos

Distribuye ©CDI

*Ganadora del Goya a mejor actriz de reparto por este filme.


 

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1 Comment

  • Esta película evidencia el paso del tiempo comparando al Noriega de Tesis y el de ésta. Todos lo sabemos: el tiempo no pasa en vano. Buena película, aunque creo que había historias más fuertes que otras (Luis Tosar y Ricardo Darín juntos llega a ser un placer). ¡Saludos!

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