Crítica de cine: Iron Man 3: ¿el hombre hace al traje o el traje hace al hombre?

 Crítica de cine: Iron Man 3: ¿el hombre hace al traje o el traje hace al hombre?

Esa es la pregunta-excusa que plantea esta tercera parte de la adaptación del súper héroe aparecido por primera vez en 1963 en el número 39 del cómic de Marvel “Tales of Suspense”, y que obtuvo su propia edición en mayo de 1968 en “The Invincible Iron Man”. Película que ya completa una trilogía con aires de cierre, pero cuya espectacularidad y calidad auguran nuevas historias por venir.

Tony Stark (Robert Downey Jr.) quedó un poco traumado después de los eventos ocurridos en “Los vengadores” (2012). Para un científico-mecánico como él, la existencia de semidioses extraterrestres inter-dimensionales lo ha dejado con un ligero conflicto interno que se traduce en problemas para conciliar el sueño y perfeccionar sus súper armaduras. Tanta es su necesidad de compañía que incluso su asistente personal Pepper Potts (Gwyneth Paltrow) ha accedido a vivir con él. Altibajos que son agravados por la llegada de la nueva amenaza mundial: Un terrorista que se autodenomina “El Mandarín” busca destruir al gobierno de los EEUU. El problemón es que todo estaría relacionado con los “demonios” que el mismo Tony Stark habría gestado por culpa de su egocentrismo en el pasado.

La historia no es más que eso. Bastante simple en realidad. Lo complejo y espectacular, es la trama de esta cinta, una de las más complejas que recuerde el universo Marvel y que incluyen conspiraciones, traiciones, sorpresas de último minuto y toneladas de cinismo a la Stark.

Jon Favreau le cede el puesto de director a Shane Black, quien debutó hace algunos años con “Entre besos y tiros” (“Kiss Kiss Bang Bang”, 2005), pero quien es mucho más conocido por ser el escritor de la saga Arma mortal.

Completamente opuesto a los rumores de que iba a ser una película más oscura, “Iron Man 3” goza de excelente claridad y sentido del humor. Lo que ocurre es que tiene más giros que una pirinola lo que la hace una tremenda “experiencia-única”. Tendría que ser vista dos o tres veces más para ser juzgada de intrascendente, aburrida o súper buena. Ese es el peligro de embelesar el entramado. A su favor, el guión es extremadamente ambicioso en cuanto a temas, dándoles material de estudio por un buen tiempo a los analistas de adaptaciones cinematográficas.

Estéticamente hablando, es la antonomasia del futurismo del cómic disfrazado de cotidianeidad que raya en el absurdo. Puede llegar a confundirnos el hecho de que “Iron Man” cruce a veces el límite con la ciencia ficción. Nuestro mundo avanza a un ritmo tan vertiginoso, que por momentos resulta paradójica la abierta aceptación que nuestras mentes hacen de la tecnología mostrada en la película, cuando hace algunas décadas muchas de sus escenas habrían sido tachadas de incomprensibles por lo fantásticas.

En “Iron Man” 3 las inconsistencias narrativas que se perciben son pocas, pero no menores. Algunas pueden molestarnos en los momentos menos oportunos de la cinta. “¿Si en los vengadores la raza humana estuvo a punto de ser esclavizada, por qué Tony no llama a sus colegas y acaban con el problemita de “El Mandarín” en 5 minutos?”. Ése es el peligro cuando Iron Man 3 se vuelve por algunos segundos Los vengadores 2.

IRON MAN 3

Ben Kingsley es el encargado de dar vida al némesis de “Iron Man”. Sin embargo, el personaje representado de “El Mandarín” es diametralmente opuesto al del cómic, lo que puede llevar al aplauso por la audacia del guión, o a la decepción por rebajar al conocido archivillano al nivel de cortina de humo con la forma de una caricatura de Osama Bin Laden.

Guy Pierce (“Memento”, “La máquina del tiempo”) interpreta a Aldrich Killian, uno de los “demonios” mencionados al inicio y real fuerza antagónica del filme. Pierce lidera el nuevo grupo de talentosos actores que son involucrados en la franquicia, incluyendo a Rebecca Hall (Frost/Nixon, Vicky Cristina Barcelona) y al pequeño

Ty Simpkins (La noche del demonio), niño que suma puntos con su actuación con memorables escenas junto a Downey Jr. (Esperemos que no sufra del síndrome de Osment-Culkin porque el chico no lo hace mal y cae bien).

Del mismísimo Robert Downey Jr. no hay nada remotamente negativo que decir. El es Tony Stark. Los actores de siempre Don Cheadle (en los roles de James Rhodes/War Machine) y Jon Favreau (como el guardaespaldas Happy Hogan) adaptan sus personajes realmente bien a las extravagancias de la trama de esta tercera parte. Mismas extravagancias que elevan al personaje de Pepper Potts al siguiente nivel, incluyéndola en un remedo soft de la erótica escena entre el Dr. Manhattan y Laurie Jupiter vista en “Watchmen” (2009), así como en inéditas secuencias de acción.

Si le encanta usar gafas, véala en 3D, si no, da lo mismo porque cuando llega un momento en que uno se saca los lentes y la única diferencia que aprecia son los subtítulos que se ven dobles, entonces estamos ante un posible caso de explotación comercial. Eso si, las escenas 3D incluidas son bastante buenas. No recuerdo haber visto tres capas de profundidad/relieve siendo los subtítulos la del medio. Pero me pasó sólo en dos o tres planos de la película.

Ben Kingsley como "El Mandarín"
Ben Kingsley como “El Mandarín”

Como fuere, la mano del nuevo director no degrada la franquicia, la refresca. Las secuencias de acción de la vieja escuela se pueden distinguir completamente renovadas: Una pelea de bar, un rescate aéreo en caída libre o una secuencia en un puerto arriba de un tremendo buque rodeado de grúas que deben caer y explotar (que en “Los magníficos” -2010- se vio grandioso, pero fuera de lugar) acá se “Ironmanizan” dando lugar al espectáculo visual “eye-candy” que tanto queremos disfrutar.

Por lo tanto, no hay mucho más que decir. Prueba superada. “Iron Man” está de vuelta en gloria y majestad. Aunque en realidad todo este tiempo nunca estuvo ausente.

Consejo ñoño 1: si le gusta el universo Marvel, quédese después de la sábana de nombres de los créditos. Consejo ñoño 2: El “¿Dónde está Wally?” de este filme o “Ubiquen a Stan Lee” (sin ánimo de spoiler) debe llevarse a cabo durante un concurso de belleza.

Dirección: Shane Black
Elenco: Robert Downey Jr., Gwyneth Paltrow, Don Cheadle, Guy Pearce, Rebecca Hall, Stephanie Szostak, James Badge Dale, Jon Favreau, Ben Kingsley, Ty Simpkins
EEUU, 2013, 130 minutos, todo espectador+7

©Por Hugo Díaz

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