Marcelo, el Antes y el Después del cine chileno.
El 2012 podría ser considerado como un punto de inflexión en el cine chileno. Como el año en el que por fin dimos el salto y nos “atrevimos” a hacer las cosas en grande. El año en que la producción estuvo a la altura y de una vez por todas dejamos de hacer películas latinas y empezamos a construir obras de nivel internacional. Podríamos también hablar de la inversión y de los presupuestos extranjeros que “profesionalizaron” nuestro cine. Podríamos decir tantas cosas, pero ojalá nadie lo haga. Porque muchas de las respuestas que este año nos ha entregado no tienen nada que ver con el diagnóstico real de lo que está pasando.
“Marcelo, la Mafia y la Estafa” de los directores Alejandro Salazar y Aníbal Herrera puede ser interpretado de tantos puntos de vista que su análisis termina en la condescendencia desde uno u otro lado. Y quizás ese sea su mayor defecto: no permitir al espectador ver libremente la obra sin sentir una especie de peso, responsabilidad o incluso participación en ella. No es que hablemos tampoco de una apelación o búsqueda de un auditor activo, sino más bien una cesión de responsabilidades por la recepción de la película.
Como bien lo describe uno de sus personajes al final del tráiler, “Marcelo…” es “como una de George Clooney, hueón”. Lamentablemente, la intención de ‘ser como’ es el mismo obstáculo para que la película crezca dentro del género que desde sus motivaciones plantea. Las parodias funcionan burlándose del género, y en este caso se construye una visualidad que lleva a creer en el género por lo que existe una constante expectativa que se cae en cada golpe de efecto. Funciona dentro del código del comercial (no cine comercial sino spot de publicidad), y como a la vez construye esa credibilidad en el género, la pierde en cosas básicas como la iluminación y el registro directo del sonido llevándonos a pensar en que son constantes errores y no decisiones (como sí funcionan en películas como Kiltro y Mandril).
Al no saber qué destacar, “Marcelo…” termina superponiendo elementos ajenos a su género original y escondiendo la base cómica del proyecto, entorpecimiento la recepción del ritmo y tono necesarios para ejecutar una comedia. En definitiva, la comedia no hace reír y eso es lo mínimo que le podemos pedir a una obra a la que ya le hemos permitido muchas concesiones. Las licencias pueden ser parte del global pero cuando perdemos la credibilidad en los personajes la verosimilitud de la narrativa se cae, y en este caso mucha de ella tenía que ver con lo gracioso que pudiese llegar a ser.
Como varias de las obras que éste año han llegado a los cines basándose en lo “bonito” que se ve, el fondo de “Marcelo…” no está bien trabajado y cada paso que lo sigue es una constante pisada en falso que produce un efecto colateral en obras que sí tienen una coherencia pero que frente al público son percibidas como parte de la misma masa. Porque en seis meses más cuando alguien arriende “Marcelo…” ya no querrá ver “Mandril”. En tiempos complejos la responsabilidad del audiovisual es cada vez mayor y la producción creciente de películas debe entenderse como una consecuencia de su calidad y no como una limitancia para la obra siguiente. En este año de recaudaciones e inversiones históricas para el cine chileno “Marcelo, la Mafia y la Estafa” es parte de esas conclusiones erróneas que nos llevan a pensar que todo mejoró y que este es el momento del antes y el después.
Ojalá, en veinte años más cuando Ernesto Garratt escriba otro magnífico “Tardes de Cine” sea sobre el cine local, y ojalá que en el capítulo del 2012 este sea mencionado como el año de “No”, “Joven y Alocada”, “Gatos Viejos y “Bonsái”; y no como el de “Stefan vs Kramer”, “Que Pena Tu Boda” y “Marcelo, la Mafia y la Estafa”.
©Por Ignacio Hache
Tráiler:
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[…] “Marcelo, la mafia y la estafa”: el valor de la honesta imperfección Publicado por cinetvymas on octubre 19, 2012 | Sin Comentarios » Dos visiones sobre la película chilena “Marcelo la mafia y la estafa” tienen nuestros periodistas Ignacio H y Hugo Díaz. Por esta razón, decidimos publicar ambas críticas, y que el público, después de ver la película decida quien tiene la razón. Te dejamos aquí la respuesta de Hugo, a la crítica de Ignacio H (que puedes leer aquí) […]