El próximo 21 de marzo se estrena en exclusiva en El Biógrafo, “Habemus Papa”
El próximo jueves 21 de marzo, exclusivamente en el Cine El Biógrafo se estrena la película “Habemus Papa” de Nanni Moretti. La cinta es una comedia que cuenta la historia de un Papa recién electo que sufre un ataque de pánico, justo cuando está por aparecer en el balcón de San Pedro para saludar a los fieles, que han estado esperando pacientemente la decisión del cónclave. Sus asesores, incapaces de convencerlo de que él es la persona correcta para el trabajo, buscan la ayuda de un psicoanalista de renombre (¡y ateo!). Pero el miedo a la responsabilidad que de repente se le impone tendrá que enfrentarlo por su propia cuenta.
A continuación, los dejamos con una entrevista con Nanni Moretti (galardonado en Cannes como mejor director en 1994), realizador de la película, para que conozcan más detalles de cómo se hizo, y cuáles son las motivaciones detrás de “Habemus Papa”.
· ¿Cómo se le ocurrió la idea de la película?
Federica Pontremoli, Francesco Piccolo y yo empezamos a trabajar en diferentes ideas simultáneamente. Entonces, luego de un tiempo, decidimos desarrollar el argumento, la trama de HABEMUS PAPA. Hay una escena en particular que inició todo el asunto para nosotros: un Papa recién elegido que no se atreve a aparecer en el balcón a saludar a los fieles.
· ¿Recibió una educación religiosa? ¿Es usted creyente?
Mis padres eran creyentes y recibí una educación católica (sin exagerar). Yo mismo no soy creyente.
· Claramente la película está construída en dos partes: algunas escenas se centran en el confinamiento y otras en la libertad. ¿Qué hay detrás de este equilibrio y simetría en su escritura?
Quería mezclar comedia y drama en una sola película, el tono grotesco y el realismo. El cónclave pertenece a nuestra imaginación pero respetamos los ritos y liturgia de un cónclave real. El Papa escapa del Vaticano y pasea por la ciudad, donde se encuentra con situaciones que no había experimentado en mucho tiempo. Su deambular por Roma lleva a Melville y al espectador a preguntarse algunas cuestiones. Mientras tanto, el psicoanalista permanece prisionero en el Vaticano donde, después de sentirse inicialmente desorientado, parece estar casi a gusto.
· ¿Qué piensa de los ataques que apuntan hacia usted hoy en día?
No ha habido ataques contra la película en sí, sólo unas pocas reacciones aisladas que no reflejan el mundo católico.
· La Iglesia Católica ha sobrevivido recientemente a una serie de escándalos y la actitud de la jerarquía eclesiástica fue objeto de críticas. ¿Por qué estas controversias están ausentes del film?
Trato de evitar contarle al público lo que espera oír. Nunca estuve interesado en reiterar a través de mis películas aquello de lo que el público ya está consciente. No me gusta mandar mensajes velados al espectador chapoteando en asuntos actuales. Con respecto a los escándalos que involucran a la Iglesia Católica, por ejemplo la pedofilia o las cuestiones financieras, hay libros, documentales, artículos de prensa. Preferí no permitirme estar condicionado por los asuntos de actualidad. Se trata de una historia inventada: mi película es acerca de mi Vaticano, mi cónclave, mis cardenales.
· ¿Podemos aplicar el tema de la película a la arena política?
He dado mi versión precisa del mundo del Vaticano. Pero creo que los temas de la película y la angustia de su protagonista puede ser aplicada también a otras situaciones, otros mundos y puede afectar a los miembros de la audiencia, que están muy lejos de los personajes que muestro.
· ¿Cuál es la relación entre la confesión del rito católico y la confesión durante una sesión de psicoanálisis?
No creo que tengan nada en común.
· ¿Podríamos decir que es más crítico del psicoanálisis que de la Iglesia?
En mis películas me he reído de la izquierda, de mi generación (cuando tuve veinte, luego treinta, después cuarenta…), me he burlado de las relaciones entre padres e hijos, de mi entorno social, de la escuela, del mundo del cine, en Caro Diario incluso me burlé de un cáncer que tuve hace 20 años. Por lo tanto, creo que es justo reírse del psicoanálisis también.
· ¿Cuál es la relación entre el personaje de Melville, que se rehúsa al rol que le fue asignado, y el actor que quiere interpretar todos los papeles, incluso la dirección de escena, en La gaviota?
¿Tiene uno realmente que convertirse en el intérprete de uno mismo, de sus elecciones, de sus films?
A veces es difícil para mí teorizar sobre mi trabajo.
· ¿Por qué Chéjov?
Mientras escribíamos el guión, queríamos que la obre fuera de un escritor conocido. Chéjov era el más adecuado para que coincida con los sentimientos expresados en la película y sus personajes.
· El productor protagonista de Il caimano así como Melville en Habemus Papa expresan ambos el libre albedrío de una manera valiente e inesperada. ¿Cree que es correcto hacer una conexión entre estos dos personajes?
No veo ninguna similitud entre los dos personajes. Tal vez haya una conexión en que ambos muestran el encuentro de dos mundos completamente diferentes. En Il Caimano, un productor de cine clase B, que vota a Berlusconi, conoce a un joven aspirante a director que quiere debutar con una película contra Berlusconi. En “Habemus Papa”, mientras pasea de incógnito por Roma, el Papa toma contacto con personas y ambientes que no son parte de su mundo. Mientras tanto, un psicoanalista ateo llega a conocer a los cardenales reunidos en cónclave y los obliga a participar de un torneo de voley.
· Su negativa a seguir adelante con su actividad política, después de su experiencia con el movimiento girotondi de protesta, ¿se corresponde con la negativa de Melville a convertirse en Papa?
Creo que es una comparación muy forzada. Desde el principio de mi “experiencia política” dije que tenía la intención de regresar pronto a mi trabajo como director de cine. Nunca tuve la intención de convertirme en un político profesional.
· ¿Qué parte de la película es autobiográfica?
Como de costumbre, es el sentimiento detrás de la película lo que es autobiográfico. Y, si queremos entrar en detalles, hay una parte de mí en ambos personajes, tanto en el papel del psicoanalista como en la incómoda sensación de Melville de no estar a la altura del rol.
Información gentileza de Transeuropa films.