CRÍTICA: Tokyo Revengers
Un aspirante a delincuente juvenil viaja en el tiempo para salvar a su novia del colegio con la ayuda de su cuñado. Sin spoilear nada, llegando a una parte de la serie sentí que la serie estaba inspirada un poco en “El Efecto Mariposa”, donde el protagonista podía viajar al pasado solo a momentos precisos, cambiar algunas cosas y afectar su entorno más cercano en el presente. Excepto que, acá hay 2 personas que se mantienen al tanto de todo lo que pasa en los cambios temporales, el cuñado y Takemichi.
Así se podría reducir un poco la historia de Tokyo Revengers, una historia llena de misterios, conspiraciones, violencia y política. Hace algún tiempo que no me pasaba que quería seguir viendo una serie, con el primer capítulo ya te engancha el misterio y algunas veces, simplemente tienes que ver más de 2.
Animación piola, diseños un poco raros.
Hablando ya de lo técnico de la serie, se nota que los presupuestos para animación se los guardan para los capítulos donde hay muchos enfrentamientos con combos, patadas, además de los eventos muy importantes. El resto de las situaciones, deja mucho que desear. Igual es como lo común en otras series shōnen pero por ultimo en otras series, hasta los capítulos de relleno tienen cariño.
Los perfiles de los personajes no son de mi agrado y prefiero mucho más su versión de Manga.
Su protagonista es bien sensible enfrentándose a poderes mucho más fuertes que él. Quizás, esto es una de las cosas que más me gusta de la serie; en muchas ocasiones, Takemichi se ve enfrentado a poderes, personas y/o situaciones que son mucho más fuertes que él y tiene que decidir entre hacerles frente o escapar. Con el tiempo se da cuenta que mientras evite estos obstáculos en el pasado, menos va a cambiar su presente. Tiene que pelear con su ingenio y hacer de tripas corazón para poder salvarlos a todos.
Eso sí, a diferencia de la mayoría de los shōnen, Takemichi es un chico que quiere ser delincuente juvenil (estilo japonés, solo pelea por territorio) así que es un chico malo pero sensible, el hombre que todos queremos cambiar y amar.
Avanza y no se queda mucho pegado, aunque si hay peleas dilatadas.
Si hay algo que no me gusta de series y animes, es que dilatan muuucho las peleas o eventos (peleas de Dragon ball Z, Super, gt, etc… la cancha de Captain Tsubasa… los últimos segundos de algún partido en algún anime de deportes, etc. ) pero acá no es tanto el caso. Si bien, igual le sacan el jugo al capítulo anterior y le dan tiempo para pensar y reaccionar con emociones al protagonista, el tiempo no siente tan dilatado. Si tienen que correr unas cuadras para alguna pelea, se demoran más o menos la cuadra corriendo en llegar sin hacernos revisar el celular muchas veces y cuando empiezan las peleas, se desarrollan sin pensar ni recordar mucho.
En resumen, combos, patadas, compañerismo y hacerle frente a las adversidades sin perder la esperanza nunca. Es livianita pero adictiva, tiene buenos personajes y giros realmente sorprendentes. Aún está en emisión en Crunchy Roll, así que esta crítica se sin conocer el final de esta temporada.
Por Dani Robot
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