Crítica de cine: “La noche del demonio: capítulo 2”
A La familia Lambert le llueve sobre mojado. Su hijo Dalton (Ty Simpkins) se desdoblaba mientras dormía y en uno de sus viajes quedó atrapado en el mismo limbo por el que transitan los muertos y espíritus demoniacos. Eventualmente, gracias a la ayuda de la médium Elise Rainier (Lyn Shaye), Josh Lambert (Patrick Wilson) logró arrebatar a su hijo de un demonio que lo tenía encadenado al ritmo de una siniestra canción infantil. Pero cuando Josh y Dalton regresaron ¿Volvieron solos o acompañados? ¿Es Josh quien regresó con Dalton? ¿O un espíritu infernal jugó al cambiazo?. Cuando los acontecimientos paranormales continúan aterrorizando a la familia, queda en evidencia que esta terrorífica historia está lejos de terminar.
James Wan, el realizador de los exitosos “Juego del miedo” (“Saw”, 2004) y más recientemente la primera parte de “La noche del Demonio” (“Insidious”, 2010) y “El conjuro” (“The Conjuring”, 2013), nos trae la continuación de la historia de la familia Lambert que quedó en suspenso máximo cuando Renai (Rose Byrne), la acongojada esposa, encuentra a la médium Elise estrangulada en el living de la casa.
Una dificultad de las secuelas es que, para poder continuar la trama de su antecesora, deben explicar en cierto grado la “historia previa” (backstory). Y por lo general, en una pieza de ficción el “backstory” nunca es completamente revelado, pues la idea convencional de la narrativa cinematográfica es sugerir sin mostrar. Cuando se explican las cosas, se reacciona ante la expectativa de ellas y los personajes se mueven cual títeres predecibles cumpliendo un patrón anunciado. Si ello ocurre, el todo se debilita y son los nuevos personajes quienes adquieren una importancia clave pues deben traer aire fresco a lo predecible.
Eso pasa en esta película. Hay resúmenes eficazmente camuflados, pero lo inquietante nos termina resultando conocido. Sabemos de antemano cuál será la naturaleza de la batalla final. Por eso es necesario que las amenazas sean novedosas y nos tomen por sorpresa, lo que no siempre ocurre.
Si la primera parte parecía una reinvención de “Poltergeist” (1982), esta película vendría a ser un poco la reinvención de “Poltergeist II”. ¿Porqué será que en las secuelas uno de los personajes mueve la historia volviéndose medio loco? También ocurría en “El aro 2”. En fin. Esta 2da parte empieza con el pie forzado de sorprender, por ello incluye sin asco elementos que ya hemos visto en “Psicosis”, “El resplandor”, “La célula” y “Volver al futuro, parte II” (no es broma). Todo el intríngulis de elementos nuevos vuelven a “La noche del demonio, capítulo 2” una película muy entretenida, sobretodo para quienes disfrutaron la primera parte. Ello no quiere decir que resulte muy terrorífica y que la película salga bien parada si debe defenderse por sí misma, pues tiene recursos narrativos que pueden resultar realmente confusos ante el espectador poco atento.
Pese a estas deficiencias, lo mejor del filme es el respeto por la continuidad de los personajes, incluyendo a los que aportaban su dosis de humor, como en el caso de los científicos paranormales del equipo de Elise. También impresiona el valor de producción pese a lo ridículamente bajo del presupuesto (5 millones de dólares en Hollywood es un chiste) y el nivel de las actuaciones. Por su parte, James Wan definitivamente sabe usar la cámara para asustar.
Lo que queda al debe es la crudeza terrorífica, esa que augura un final terrible no en calidad, sino por los nefastos acontecimientos que borran las sonrisas. En el caso de esta película, al guionista Leigh Whannell, no le queda otra que apelar al recurso del final falso y meter a la fuerza una última escena ajena a la trama, pero relacionada con la angustia, la sorpresa y el horror fuera de campo que invitan a esperar “La noche del demonio: capítulo 3”. Termina quedando raro, pero la intención se agradece.
©Hugo Díaz
La noche del Demonio, capítulo 2
(Insidious 2: Chapter 2)
Dirección: James Wan
Guión: Leigh Whannell
Elenco: Patrick Wilson, Rose Byrne, Ty Simpkins, Lyn Shaye, Barbara Hershey, Steve Coulter, Leigh Whannell
EE.UU., 106 minutos, mayores de 14 años
3 Comments
Para mi, esta segunda entrega quedó al “debe”. No sé si estoy padeciendo la deformación profesional del guionista – director, pero todo fue totalmente predecible, una copia de “El Conjuro” en cuanto a los recursos estilísticos (de hecho me gustó más El Conjuro).
Si quiere despeinarnos, Wang va a tener que reinventarse un poco.
El guiño a “El Resplandor” me pareció notable eso si, un lindo homenaje.
Eché de menos el cartelito “CONTINUARÁ…” en cada una de estas películas.
espero alcanzar a verla en el cine D: