Crítica de cine: “El hombre de los puños de acero”, Kung Fu hip-hopero.
En una región de China en el siglo XIX, el líder del clan de los Leones es traicionado por el subalterno León de Plata (Byron Mann) quien lo mata robándole el oro encomendado por el gobernador. El botín será escondido en el Pueblo de la Selva, lugar donde reside El herrero (RZA) quien utiliza su talento para crear armas para distintos bandos con la esperanza de huir del lugar junto a su amada Lady Silk, una prostituta del burdel liderado por Madame blossom (Lucy Liu). Con el caos provocado por el robo y traición, un grupo de guerreros, un clan de asesinos y Jack Knife (Russel Crowe) un misterioso emisario, llegan por separado a la aldea con el fin de recuperar el botín. En medio de este intrincado ambiente, el Herrero es enfrentado por Brass Body, un sádico mercenario quien al ajustar cuentas lo convierte en inválido. El Herrero, junto a la ayuda de Knife, redescubrirá la antigua energía que le fue enseñada en el pasado y se transformará en un arma humana que pondrá orden en el Pueblo de la Selva.
Producción “presentada” por Quentin Tarantino, “Producida” por Eli Roth, corresponde en realidad a la opera prima del artista de Hip Hop RZA. Por lo tanto, los referentes artísticos son sub-producto de la ensalada de nombres mencionados: Cine de neo-exploitation, es decir, remozamiento de las clásicas epopeyas de kung-fu de los años 70. Cine de género en potencia que ahora se ve empapado de anacronismos hip-hoperos, gore y lugares comunes hasta el hartazgo.
La historia es en realidad más simple de lo que parece. No toma más de 10 minutos en desarrollarse. Sin embargo, un ritmo a tropezones transforma un relato sencillo en un enredo con decenas de personajes que detienen la narración cada 10 minutos con increíbles y coreográficas peleas. No es raro que los 95 minutos de metraje terminen pareciendo 2 horas y media, pues la película no fluye en forma constante, hay momentos lánguidos con diálogos poco pulidos, a veces absurdos, otras veces exagerados.
En el fondo, la historia no es el problema, sino los errores de principiante de RZA que se camuflan entre las “irregularidades” generadas con un propósito de estilo. Las pifias reales eventualmente se cuelan, emergiendo, ensuciando y enredándolo todo. Esta desprolijidad narrativa choca ante el grandioso diseño de producción que muestra un trabajo notable.
Hay momentos donde claramente se evidencia que RZA no tiene idea dónde poner la cámara, lo que incluye, por ejemplo, problemas de continuidad visual básicos, disfrazados entre la opulencia de una producción hollywoodense made in China. Sin embargo, el estilo del género se encuentra muy presente y RZA cobra brío al desarrollar las secuencias de acción y quizás eso baste para que la fanaticada disfrute de la cinta, la que cuenta con una espectacularidad destacable, sobretodo en sus efectos visuales, peleas y atmósferas.
Otro elemento a destacar, que es extra-cinematográfico, tiene relación con su comercialización. La película cuenta con sólo 5 copias, pero que son de exclusiva distribución de la cadena Cinemark. Este interesante modelo permite que esta película, al no estar presente en todos los cines, cuente con la garantía de una permanencia en sala más prolongada en el tiempo, lo que les dará a los fanáticos del kung-fu más oportunidades de verla.
©Hugo Díaz
El hombre de los puños de hierro
(The Man with the Iron Fists)
Dirección: RZA
Guión: RZA y Eli Roth
Elenco: RZA, Russel Crowe, Rick Yune, Lucy Liu, Dave Bautista, Jamie Chung, Byron Mann
EE.UU., China, 2012, 95 minutos, mayores de 14 años