Crítica de cine: “La era del hielo – Choque de mundos”

¿Qué esperaban? ¡Es una quinta parte!

A principio de milenio el mercado del cine animado digital floreció. Suplantando al manoseado cine animado, Disney Pixar y Dreamworks eran, por esa fecha, los Marvel y DC del negocio. “La Era del Hielo” fue una fórmula que funcionó excelente: sus tres protagonistas eran outsiders, diferentes entre sí pero unidos por el sentimiento mutuo de no encajar. Manny era un Mamut malhumorado y huraño que perdió a su familia, Diego era un depredador con conciencia, y Sid era un estúpido insoportable: el trío funcionó a la perfección, y como a toda película exitosa, le sucedieron secuelas con resultados inferiores a la obra original. En ellas, se abusó del chiste de la ardilla (A quien estas alturas odio con toda mi alma, pese que me hacía reír en la primera entrega), se recurrió más a un humor más de caer y pegar, y se fueron incorporando otros personajes que carecían del encanto de los originales. La mayoría eran parejas y prole de los personajes de la 1, y luego de vivir una historia de deshielo, otra con dinosaurios y otra de piratas, esta quinta parte viene a quemar los últimos cartuchos de la saga (Aunque no descarto una sexta parte). O sea, si la cuarta historia era de piratas mezclada con la típica trama adolescente “lo importante no es encajar ni ser popular, sino ser tú mismo y leal con tus verdaderos amigos”, mi pensamiento era que la franquicia ya estaba agotada y había que dejarla descansar en paz e ir en busca de nuevos horizontes creativos, pero no, parece que no es así.

Creo que lo que hizo grande a la primera “La Era del Hielo” fue, además de los personajes y el humor, el potente mensaje que nos dejaba: Manny, Sid y Diego tienen todos los motivos para dejar morir al bebé humano: no tienen nada que ver con él, los humanos han hechos su vidas miserables, pero aun así deciden salvarlo, porque entienden que el bebé no tiene la culpa de nada. Deciden separar al individuo de la especie, que es algo que la mayoría de los seres humanos actuales no hacen, abandonándose al odio. Esa era una trama con la que te podías conmover y además entretener. Después, las secuelas son solo pachotadas y escenas de la ardilla quedando como un idiota integral.

Morita ya ha crecido y tiene un prometido, quien es una versión más suavizada de Sid: Optimista hasta decir basta, torpe y empalagoso, Manny lo ve como a una amenaza. Luego de un archirreciclado chiste del hombre que ha olvidado el aniversario (Porque las mujeres son todas detallistas, sensibles y comprometidas, a diferencia de los machos, que somos todos erráticos, básicos y clones de Homero Simpson), nos enteramos de manera demasiado fácil y rápida para animales prehistóricos que no saben nada de astronomía que un meteorito chocará contra la tierra, matando a todo ser vivo. Buck también es aprovechado como un recurso Deus Ex Machina (Apenas sale a la superficie en décadas y se encuentra justo con los únicos mamíferos que conoció en el valle oculto de los dinosaurios) para guiar a una vaga aventura para detener el meteorito (De verdad ¿No les suena mal una historia en la que los personajes de “La Era del Hielo” deben detener un meteorito? ¡Es como poner a Los Vengadores en Las Vegas o Vito Corleone salvando la Navidad!).

Algunos recursos de sagas anteriores son reciclados: los enemigos que siguen a los protagonistas para tenderles una emboscada (Lo vimos con los tigres en la 1 y con los bichos acuáticos en la 2), ahora son una especie de archaeopterix subnormales sin ningún motivo visible para seguirlos. Esta trama está llena de hoyos: por ejemplo, lo que le molestaba a estos villanos es que Buck interfiriese con su estilo de vida en el valle de los Dinosaurios, pero al irse este, en lugar de campar a sus anchas como siempre quisieron, deciden seguirlo ¡Con razón se extinguieron!

También está la clásica escena de rescate, similar a la de la planta o geiser de la 1, o del gas de la risa de la 3, pero acá no parece funcionar muy bien. Hay que mencionar que esta película peca del mal de los X-Men o Los Vengadores, pues el número excesivo de personajes resta más que suma. Algo similar a lo que ocurre con un gag forzado en el que Buck adopta un zapallo al que considera su hijo, para explicar o recordarnos que está  loco. Imaginen si el Joker tuviese que vestirse de Napoleón, así de poco aporte es. Si comparamos a esta saga con la de “Shrek”, vemos que en esta última los nuevos personajes como el Gato con Botas o Jengibre no son mero relleno, sino que se han incorporando al universo de manera más amable y menos forzada. No sé, es mi humilde opinión, puede que ustedes difieran.

Otro problema con el exceso de personajes es que en lugar de aprovechar los personajes que ya están y funcionan, se agregan nuevos que no aportan nada.  En las partes anteriores de la saga cuando un personaje encontraba a su pareja había una historia detrás para justificarlo. Ahora un personaje encuentra a su pareja casi por cumplir, no hay nada interesante que lo justifique, es forzado y no ayuda a profundizar a los personajes que ya están.

Uno de los ganchos comerciales de esta quinta entrega es que varios de los personajes son doblados por figurones chilenos como el Guatón Salinas, Tonka Tomicic, Fernando Godoy, Martín Cárcamo, Augusto Schuster y Germán Garmendia como Julián, el prometido de Morita. La mayoría lo hace aceptablemente, aunque por motivos personales me da repelús escuchar a Julián, personaje ya de por sí molesto, con la voz de alguien aún más molesto. Otro cagazo que merece la pena mencionar en la publicidad que se le ha hecho a la película es un afiche que dice “Augusto Schuster es Roger, el único dinosaurio vegetariano” ¿Me están agarrando para el chuleteo? ¿Qué cresta comen entonces los apatosaurios, los triceratops y los estegosaurios? ¡Ni siquiera había que ser paleontólogo, basta con ver “Jurassic Park” para no cometer un error así! ¡Por favoooor! Quizá deberían haber cambiado “dinosaurio” por “archeopterix”.

Si tuviese que decir algo bueno de esta entrega es que se reconoce que “La Era del Hielo” se muestra acá como un universo definido y plenamente constituido, con una ardilla neurótica que sigue buscando bellotas, un valle de dinosaurios, una manada de outsiders que ha aprendido a integrarse a los demás animales, Dientes de Sable que han aceptado vivir en armonía con sus presas, etc. Pero no más. Es decir, la verdad no es taaaan taaan mala como podría haberlo sido una quinta parte, solo que no debe verse con muchas expectativas, ni tampoco considerando que todo lo que se hace para niños tiene el permiso de ser mediocre. Si son fans de la saga o quieren ir a verla, adelante, denle, es asunto suyo, pero bueno ¿Qué esperaban? ¡Es una quinta parte! ¿Alguien conoce una quinta parte buena? ¡Menciónenme una! ¿Ven que no existe? ¿Cómo? ¿”El Imperio Contraataca”? ¡”El Imperio Contraataca” no es una quinta parte! ¡Es una segunda parte! ¡Cómo se atreven!

Por Felipe Tapia, el crítico con el que todas quieren acurrucarse en estas frías tardes de invierno