Comentario de TV: “13 Reasons Why”

“No puedes detener el futuro. No puedes rebobinar el pasado. La única forma de saber el secreto… es haciendo clic en Play”

La nueva serie de Netflix que se estrenó en marzo 2017, ’13 Reasons Why’ (13 razones del por qué, en su traducción literal), está basada en la novela del mismo nombre escrita por Jay Asher y que fue número uno en la lista de Best Sellers de Estados Unidos en el año 2011.

La serie de 13 capítulos se centra en Clay Jensen (Dylan Minnette), un estudiante de enseñanza media de un colegio en Estados Unidos quien un día recibe una caja con varios cassettes a su nombre, y en los que se explica en las caras de cada cinta (13 en total), las razones que tuvo Hannah Baker (Katherine Langford) para acabar con su propia vida. Lo macabro es que cada mini historia está narrada por la misma Baker.

Clay es solo un eslabón de la cadena, ya que las instrucciones en las cintas indican que deben ser oídas en su totalidad por más de una persona, y está prohibido hablar de ello.

En el desarrollo de los capítulos queda claro que Hannah no es precisamente una mártir al estilo Laura Palmer de la serie ‘Twin Peaks’, sino que es una chica promedio que a la larga denota más debilidades que fortalezas. Cada capítulo de la serie corresponde a la historia que se narra en una cara de un cassette, el cual va dedicado a un personaje en particular del colegio, un compañero, compañera, etc.

Por su lado, Clay, es el que tardará 13 capítulos en oír cada uno de los lados de las cintas. Enamorado de ella cuando eran tanto compañeros de colegio, como en el cine en el que trabajaban, Clay se irá encontrando con las muchas veces que Hannah tuvo que hacer frente al bullying de sus compañeros, y de los nefastos resultados de una u otra experiencia propia de la edad y de la exigencia social. Es una edad en que las cosas cambian para no retroceder jamás, en donde todos están inmersos en este gigantesco juicio moral en que se ven envueltos, dada la inmadurez propia de su temprana edad. La serie está llena de estereotipos archi conocidos en películas de corte adolescente, como el deportista exitoso en el colegio pero que es un matón fuera de clases, los nerds abundan tanto para ayudar como para estorbar, y también existe una importante mezcla interracial.

Las relaciones entre ellos son complejas, no solo por lo que muestra Hannah y lo que pasó con ella misma, sino que se exhibe una cruda radiografía social del comportamiento, erróneo o no, de lo que es un colegio y como los jóvenes se desenvuelven en ella, muchos para figurar (para bien o para mal) y muchos para tratar de pasar desapercibidos.

Fue inevitable, y hablo a título personal, reconocer cierta carga de situaciones y errores cometidos en esa misma edad. Me tocó entender y también juzgar a más de algún personaje por sus actos, pero en el fondo significaba apuntarme con el dedo a mí mismo, a mi yo de hace dos décadas atrás. La serie logra eso, “entender” tal y cual comportamiento, las reacciones, el inevitable bullying, la burla, la lástima… El tono de la serie es dramático, por lo que no pueden esperar una serie optimista. Murió una joven y querida alumna, y muchos compañeros la lloran.

Lo mejor para el final. Si ya la trama es interesante y en efecto la serie te agarra y no te suelta porque quieres seguir sabiendo más, te dejo esta pequeña inquietud: ¿Estará Hannah Baker siempre diciendo la verdad?

’13 Reasons Why’ tiene muchos giros, todo confunde a Clay, los compañeros lo confunden aún más, él revive, ve, huele y siente a Hannah Baker en cada palabra que ella pronuncia en las cintas, nos lleva a hacer los recorridos que ella propone junto con él, somos parte de la historia, estamos con Hannah, y también se nos revuelve el estómago cuando alguien nos recuerda que ella está muerta… y queremos saber más, queremos saber el por qué. Queremos saber cada una de las 13 razones del por qué.

Por ©Daniel Bernal

En Twitter: @SoloBernal_