“Abraham Lincoln, Cazador de Vampiros”: El único presidente asesinado dos veces. Esta película es la segunda.

Pucha que están urgidos los gringos, es lo que pensé luego de ver esta película. Para engolosinar a las nuevas generaciones con el discurso del sueño americano, ahora recurren a los códigos más populares, en este caso la matanza de vampiros. Bueno, no nos quejemos, pudieron ser zombies.

Cuando es ya totalmente sabido que la guerra civil entre los yanquis del norte y los rednecks incultos del sur para liberar a los esclavos fue una maniobra política, acá se nos quiere volver a hacer pisar el palito, y hacer ver a la guerra como un acto noble, enaltecedor  y sin intereses comerciales.

Lo malo es que para hacer eso, recurren a una película llena de lugares comunes que la hacen ridículamente predecible, sumado a que está basada en un hecho histórico que todos sabemos cómo termina. El protagonista, el presidente Abraham Lincoln, ve cómo su madre es asesinada a manos de un monstruoso vampiro, y ni corto ni perezoso, se consigue un maestro que le enseña en más o menos una semana a matar chupasangres. Creo que en el sistema de educación de los caza vampiros existe un problema parecido al de acá en Chile con las “pedagogías express”. Para sacarles plata a los alumnos, se diseñan cursos demasiado rápidos para matar vampiros y los estudiantes salen sin la preparación necesaria, por eso la calidad de los cazadores es tan mala hoy en día. Bueno, la cosa es que Abraham, luego de ser adiestrado en el curso intensivo de dos meses en uno por un tipo que parece el resultado de una noche de pasión en la que Obi Wan Kenobi y el Señor Miyagi se emborracharon y tuvieron relaciones sexuales, el presidente decide usar como arma ¡Un hacha! Claro, como él había cortado leña en su juventud, el hacha es lo más adecuado. Yo, que soy profesor de Lenguaje, si me dedicara a cazar vampiros usaría el lápiz a pasta para combatirlos. Menos mal que la película no se llamó “Benjamín Franklin, Cazador de vampiros”, porque los habría combatido con un volantín y unas llaves.

A un ritmo inexplicablemente rápido que no da tiempo para explicar todas las incoherencias, Abraham consigue trabajo en una tienda, se vuelve cazador de vampiros, le pica el bichito de la política y adquiere conciencia por la esclavitud del sur. En el transcurso de la historia, se casa, consigue una banda estilo Scooby Doo y sus amigos o Buffy la Cazavampiros y sus compañeros, y deciden utilizar la plataforma política para combatir la esclavitud y el vampirismo al mismo tiempo, que en esta historia son un solo problema.

La película está llena de soluciones rápidas y sin explicar, como la razón por la que el protagonista consiguió trabajo o cómo su amada deja al tipo aburrido y pedante de su ex novio por el encantador y humano Abraham (Obvio, solo hemos visto eso unas trescientas cincuenta mil veces).  Sin embargo, nunca se explica en detalle cómo tuvo lugar el abandono de Mary, en una escena está con uno, y en la siguiente con el otro. La velocidad de la película da la impresión de que el director estaba impaciente por mostrar las decapitaciones. Nunca se sugiere (Nadie pide que lo cuenten paso a paso) cómo fue la transición de vendedor de abarrotes a presidente.

Ya como supremo mandatario, Abe se da cuenta de que ganar la guerra contra el sur equivale a derrotar a los vampiros que poseen esclavos negros que también utilizan como bocadillo, así que ayudado por sus compadres, se entabla en una cruenta batalla en la que deben usar balas de plata para vencer a los hombres lobo, perdón, a los vampiros, que solo mueren con este material. La explicación de por qué esto es así es absurda y ridícula, se supone que la plata está maldita desde que Judas traicionó a Jesús por 30 monedas de este metal. Podrían haberse ahorrado esa explicación, la historia funcionaba igual, nadie pide explicaciones lógicas a una película llamada “Abraham Lincoln, cazador de vampiros” (Y cuyo enganche comercial es: De día, un presidente; de noche, un cazador de vampiros, es que no podís po).

Siguiendo con el reciclaje de conceptos, la película usa y abusa del tópico de “Si te dedicas a luchar contra el mal, tus seres queridos van a estar en peligro, así que no debes tener familia, amigos o pierna, y convertirte en un solitario desabrido”, cosa con la que el presidente lucha incansablemente hasta que le ganan las cosquillitas en la entrepierna y se casa igual.

La película está llena de escenas predecibles y los momentos de acción son un espectáculo de lugares comunes, como las caminadas en el techo del presidente (Ya quisiera ver a Piñera en esa), los giros en cámara lenta con el hacha, y la batalla en el techo de un tren, en la que solo faltó que se golpearan en la cabeza con un túnel, como el Coyote.

Por último, si ya las escenas hacían que la película no sorprendiera en nada, para evitar que la película tuviese aún algún pequeño porcentaje de imprevisibilidad, la historia central  es la misma guerra entre el sur y el norte, y no es necesario tener un doctorado en historia para saber cómo terminará. Es decir, fue una bonita jugada que los villanos, los vampiros, fuesen también los esclavistas, pero acá desarrollaron la idea de tal forma que no nos sorprendiera en absoluto el desenlace.

Pero para no resaltar solo los puntos malos de la película, vamos a resaltar los puntos buenos: A ver, los puntos buenos son….mmm. Uno, luego el otro…Chuta, solo hay uno. En fin, el punto bueno de la película es el interesante tratamiento que le da al contexto de la historia, donde los vampiros, aprovechando el hecho de que los esclavos no tienen derechos, hacen su agosto bebiendo sangre de individuos cuya vida no le importa a nadie, y es por eso que se oponen a la liberación de los esclavos del sur. Lo que no deja de ser coherente, es decir, si yo fuese vampiro, mis presas ideales serían ciudadanos sin derechos, como los esclavos, que pueden comprarse y venderse. Sin embargo, acá la idea quedó muy mal desarrollada.

Lo malo de mezclar personajes importantes con la acción y el terror es que no debe tomarse demasiado en serio, porque queda ridículo. Si la tónica hubiese sido como Zombies en la Moneda, el cómic chileno, donde Bachelet y Piñera combaten a los muertos caminantes en un tono más humorístico, la cosa habría funcionado. Pero acá tratan de darnos una clase de moral y de historia con elementos que no se prestan para eso. Y al intentar darle coherencia histórica, como el temita del hacha, en lugar de mejorar la cosa, la hacen más estúpida.

Así que hágase un favor y lea un libro de historia o vea una película de vampiros. Pero no haga las dos cosas al mismo tiempo. Corta: no la vea.

©Felipe Tapia, el crítico que colecciona amenazas de muerte.

En Twitter: @janquing

Related post

3 Comments

  • a mi me parecio chevere, y solo es una pelicula tranquilo no es para que vayas diciendo que nadie lo vea, seguro que hay muchas cosas que tu ves y a mucha gente no le interesaria ver, que tambien le va a parecer estupido eso lo aseguro, asi que tranquilo. hay mucha gente le gustara y a otras no.
    Eso depende del gusto tranquilo man.

  • te doy toda la razón de que los gringos se quieren ser siempre los buenos, las películas mas trilladas son los de soldados estadounidenses y las guerras
    esas peliculas en particularmente no las veo. pero esta pelicula solo es ficcion y creo que la mayoria de gente sabe que EEUU no se le cree en sus hidalgias de sus heroes.

  • Jajaja, me gustó el artículo. Muy divertido xD
    Pero tienes que aceptar que tiene buenos efectos y edición de escenas, además de que solo alguien como Tim Burton, aunque solo de productor, puede tomar la historia Americana y mezclarla con ciencia ficción, cosa que salió del culo en la de Bastardos sin Gloria. Obvio la película no tiene nada de lógica, pero manejan un concepto más o menos interesante de los vampiros, tal como lo de la plata (que al parecer a ti no te gustó), lo que le dice el vampiro líder cuando va a su casa, de que el hombre siempre ha sido esclavo de algo, y lo ha sido desde que creo un Dios para que le perdone…En fin, no me pareció del todo mala, a pesar de que tampoco me agradan los vampiros, por ser seres que ni remotamente podrían existir. La consideraría una película más de arte que comercial, y eso si no podrás negar que las hay peores, pero dentro de lo malo, ahora sí que ésta no está tan peor jajaja. Saludos desde México.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *