“Sound city”: el documental
Recuerdo con nostalgia cuántas veces nos juntamos con amigos a escuchar la colección de CDs de alguno de sus padres y a leer con detención los créditos de los álbumes: dónde habían sido grabados, en cuál fecha del año, quienes hicieron las segundas guitarras, las segundas voces, sugerencias de ecualización para disfrutar mejor la artesanía detrás de la grabación, mezcla y masterización.
Así, en varias ocasiones nos encontramos con un nombre escrito con letras bien pequeñas: “Sound City”, estudio de grabación de Los Ángeles, California, Estados Unidos, fundado en 1969 y cerrado en 2011, y sobre el cual se construye la narrativa que da vida al documental producido y dirigido por Dave Grohl.
Esta pieza audiovisual, contada desde la perspectiva de un músico que llegó a Sound City a grabar en 1991 el clásico álbum “Nevermind” de Nirvana, pretende recuperar la historia y esencia del estudio que los hizo saltar a la fama mundial. Y adquirir la clásica consola Neve 8028, construida en 1972 y marca registrada del sonido análogo cosechado por grandes estrellas del Rock como Tom Petty, Ronnie James Dio, Neil Young, Nine Inch Nails, Ratt, Johnny Cash, Fleetwood Mac, Buckingham Nicks y Rick Springfield, entre otros, para llegar al clímax de la historia con la gran sesión en el Studio 606.
El documental de casi dos horas, tiene una estética y ritmo de montaje característico de los especiales de MTV que pudimos ver en los 90`s, con una virtuosa riqueza de archivos fotográficos que legitiman el paso del tiempo, y que nos conectan con el proceso humano detrás de la creación y grabación de un álbum, se pasea por los inicios del estudio, cuando era prácticamente una “pocilga” sin mayores comodidades, pero sí un espacio sagrado de trabajo; la historia de la consola Neve 8028, con testimonios de su creador y los productores que la compraron en los 70`s; los asistentes que aprendieron en la marcha el oficio de grabar; la importancia del sonido de la batería; el rol del productor (con Butch Vig y Rick Rubin como personajes protagónicos); hasta la década de los 80´s y los cambios en la industria.
Es interesante cómo Grohl conecta su vivencia, a través de una van que viaja desde Seattle hasta Los Ángeles, California, con el ritual de trabajar en un estudio de grabación, el proceso creativo asociado a vivir en aquel lugar; la discrepancia entre el trabajo con cintas análogas y la abrupta llegada de máquinas digitales en los 80`s; hasta reunir a los músicos que saltaron a la fama gracias a Sound City para la grabación del álbum “Real to Reel” (2013).
En este sentido destaco tres conceptos que son transversales a “Sound City: The Movie”.
Primero, el oficio. El Rock no se estudia, se vive. Varias bandas que venían de la corriente blusera, como Fletwood Mac, aprendieron mutuamente de sus colegas y crearon obras maestras. Muchas horas en el estudio, largas jornadas de experimentación y disposición para adaptarse a los requisitos del mercado. El entusiasmo por hacer música y sonar en las radios fue provocando una ebullición creativa que marcó a la industria, no sólo a nivel americano sino que mundial. Destaca Rick Springfield quien brindó suculentas ganancias a Sound City en los 80`s. Posteriormente sería el trío de Seattle.
La anécdota de que las cantantes que hacían las segundas voces terminaron como secretarias del estudio; que el asistente aprendió a utilizar la consola Neve limpiando la sala de control y, posteriormente, se convirtió en un importante productor demuestran que el trabajo en Sound City era orgánico.
En esta línea, como segundo concepto, viene el proceso creativo.
Tom Petty, Dave Grohl, Rick Rubin, Neil Young coinciden en el valor de la interpretación y que todo saliera en un par de tomas. El sabor de la creatividad espontánea. O combustión espontánea. Conseguir un arreglo accidentalmente “con la energía que recibes de tus compañeros porque no se puede hacer solo”. “Hacer canciones es una conversación”. “Es el lado humano de la música”. “Algo que viene del alma, relacionándose entre sí”. Emocionantes testimonios que nos disponen psicológicamente para enfrentar el momento más crítico del documental: la llegada de la nueva tecnología digital.
Como tercer concepto, la tecnología de grabación. Ese choque entre instrumentos análogos versus la revolución digital instalada en los años 80`s con el arribo de sintetizadores, baterías electrónicas, consolas multi-pistas; el procesamiento digital con Pro-Tools, antagonista de todos los músicos entrevistados. Excepto Trent Reznor, quien es tema aparte.
Se comienza a enterrar el ritual del estudio: poner los micrófonos; mover perillas, recortar las cintas. La premisa de Tom Skeeter, su dueño, de contar con alta tecnología para atraer a las bandas se fue marginando con el procesamiento algorítmico, la aparición del CD y la infinidad de opciones para mejorar lo grabado. Y surge la interrogante, tanto para los entrevistados del documental como para el espectador, de si efectivamente con tantos recursos para grabar, regrabar, mezclar, manipular las frecuencias, se está haciendo mejor música que hace 30 ó 40 años atrás.
Hasta que se grabó “Nevermind” y reventó las listas de ventas, salvando al estudio de la quiebra. A fines de 1991 todos querían estar en Sound City.
Esta secuencia resultó ser un momento personalmente emocionante, puesto que me trasladé a mediados de los 90`s cuando escuché miles de veces este álbum en un Personal Stereo Walkman de Sony, imaginando cómo habían generado tantos sonidos (en “Drain You”, por ejemplo) y cómo se podía concebir esa acústica con tanta espacialidad. Y opino que a pesar de la oferta de softwares que podemos manipular en casa actualmente, sería imposible de reproducir ese fuego, esa locura en la guitarra Fender Jaguar; esa atmósfera análoga.
“Sound City” cierra el círculo cuando Dave Grohl le compra a Tom Skeeter la consola Neve 8028 y da paso al capítulo “Real to Reel” que narra la construcción del Studio 606 de Grohl y la gran reunión de músicos que habían grabado con esta joya, con la intención de darle nueva vida.
Comienza el proceso creativo, con la post-producción manual y grabación a la primera toma, apreciando a músicos de diversas generaciones: desde Tom Petty, la cantante Stevie Nicks hasta Trent Reznor y Josh Homme.
El relato de Grohl se vincula con sus influencias, The Beatles, y convida a Paul McCartney para la grabación de “Cut Me Some Slack”. Reaparece en escena Krist Novoselic, bajista de Nirvana; y Pat Smear, guitarrista de giras de la banda del fallecido Kurt Cobain e integrante de Foo Fighters.
La esencia de “Sound City” revive en manos de Dave Grohl y en los protagonistas de sus casi cinco décadas de producción musical.
En paralelo con el lanzamiento de la película en formato DVD y Blu-Ray, ya se encuentra a la venta el CD “Real to Reel” con once canciones originales grabadas en la consola Neve 8028. Destaco la mencionada “Cut Me Some Slack” que fue la gran sorpresa de fines de 2012 cuando se divulgó que Paul McCartney iba a reemplazar a Cobain en la nueva formación de Nirvana.
Algunas conclusiones. Este registro audiovisual es valioso para difundir la memoria de un espacio emblemático, con músicos, ingenieros, productores que son parte de la historia de la industria musical mundial ante las nuevas generaciones digitales.
Es fundamental saber cómo se hizo y cómo se está haciendo la música hoy en día; cómo estamos escuchando música; y cómo es vivir el proceso de creación y grabación de una obra creada por y para humanos.
(c) Por Marcelo Gormaz