Las crónicas de Narnia, la travesía del Viajero del Alba

Las circunstancias actuales han separado a los hermanos Pevensie. Susan y Peter se encuentran lejos inmersos en un mundo de adultos, en tanto que Lucy y Edmund se ven obligados a permanecer junto a su desagradable primo Eustace, quien les hace la vida imposible. Gracias a un cuadro que se transforma en portal, los hermanos menores y su primo son transportados a los mares de Narnia, donde ya han transcurrido tres años. Se reencuentran con el ahora Rey Caspian a bordo del “Viajero del Alba” y juntos deberán enfrentar una nueva aventura en la búsqueda del paradero de los siete Lores exiliados. Una misión que los reencontrará con Aslan, el león, y los llevará hasta el mismísimo fin del mundo.

Basado en el clásico libro de Clive Staples Lewis, La travesía del viajero del alba es la tercera adaptación cinematográfica de los siete títulos que componen Las crónicas de Narnia.

Algo diferencia a esta película de las dos anteriores y no es el 3D, elemento no muy sobresaliente de esta producción. Se trata de una especie de frescura y ritmo que permiten seguir de buen modo una aventura increíble, la que pese a estar basada en mitología previa consigue ponerse al día ante nuevas audiencias y sostenerse por sí misma. De las tres historias que se han adaptado es, quizás, la mejor. Las actuaciones, la intensidad dramática y la simpleza contribuyen al relato y a un final que, me atrevería a decir, por primera vez consigue emocionar. Aún es posible recordar el abrupto y torpe final del León, la bruja y el ropero, algo corregido en El príncipe Caspian, pero que aquí sí contempla una mejor interpretación.

Los dos primeros filmes adolecían de una sobre-producción que las alejaba en cierto grado de la sencillez del relato de Lewis, en la cual incluyó humor, magia y fantasía por sobre parafernalia bélica y que nunca alargó más allá de las 120 páginas. En este caso, la nueva película mantiene un metraje más adecuado y permite seguir los acontecimientos en su correcta proporción, no exagerando en la adaptación con dramatismo ni grandilocuencia desmedida. Y si bien aún persiste, esta vez más que nunca, la distractora  analogía entre Aslan y Jesús, no debemos olvidar que el público objetivo de Lewis eran los jóvenes y que su criterio valórico se plasmó en inevitables alegorías cristianas sin querer queriendo, aunque el autor siempre se negara a admitirlo. Innumerables han sido los ensayos y estudios referentes al trabajo de C.S. Lewis como para aceptar como creíble dicha negación.

En esta historia, el ejemplo de transición valórica está a cargo del primo Eustace, cuyo arco incluye el cambio de “escéptico insoportable” a “creyente heroico” con toda una gama de sufrimiento en el proceso. Otro tema clave que toca el argumento es la auto-aceptación y los temores internos. En el caso de Lucy, es el no considerarse tan linda como su hermana mayor Susan; en el caso de Edmund, la tormentosa relación entre su ego y la destruida Bruja Blanca, interpretada en la película por Tilda Swinton. Es decir, los protagonistas deberán luchar con conflictos internos tan potentes que, en cierta medida, serán sus propios antagonistas.

Las crónicas de Narnia son historias que han conseguido formar parte del canon literario juvenil universal. Son historias queridas, seguidas y admiradas y sus adaptaciones cinematográficas no han estado exentas de conflicto. El inflado éxito taquillero inicial no se traspasó al segundo título. Es posible que el problema de adaptar el material original surge del grado de conocimiento o fanatismo de éste. Si comparamos la obra de Lewis con la de su contemporáneo J.R.R. Tolkien (El Señor de los anillos), la última obtiene un mayor grado de reconocimiento por tratarse de una gran historia épica, continua, con personajes de alta identificación. En el caso de Narnia, al tratarse de historias unitarias, en un gran contexto histórico-temporal, discontinuo, es más difícil que quienes disfrutaron de la primera historia hayan seguido religiosamente la segunda y, asimismo, a la tercera, cuarta o quinta, etc. Guardando las proporciones, es como pedirle a alguien que leyó Mi hermano hippie o Mi hermana Ji, se sepa el resto de las historias de Papelucho, incluyendo El marciano o ¿Soy dix-leso?. En un ejemplo opuesto, los productores de Harry Potter han conseguido que la continuidad (a veces a la fuerza) de su historia consiga dar los frutos de la cautividad y asegurar un éxito automático de la futura última película del niño mago.

 

El responsable de dirigir La travesía del Viajero del Alba es el realizador británico Michael Apted, conocido por Gorilas en la niebla (1988) o Una mujer llamada Nell (1994), cuya vasta experiencia sugiere el resultado exitoso de las actuaciones en esta película. La ya no tan pequeña Georgie Henley brinda su mejor interpretación de Lucy, algo esperable si consideramos que junto a Skandar Keynes (Edmund) siempre destacaron por sobre el acartonado William Moseley (Peter) y la insufrible Anna Popplewell (Susan). Por su parte, el personaje de Eustace, a cargo del joven Will Poulter, es simplemente detestable, es decir, una actuación brillante ya que debemos odiar a ese mozalbete para poder ser testigos de su maravilloso cambio y, además, esperar poder ver las futuras aventuras donde él será el protagonista.

En Las crónicas de Narnia: La travesía del Viajero del Alba la magia de los efectos visuales nos trae un león Aslan cada vez más real, así como una rata Reepicheep igual de creíble como la que vimos en El príncipe Caspian. En las versiones en inglés las voces respectivas de Aslan y Reepicheep corresponden a Liam Neeson (Qui-Gon Jinn de La amenaza fantasma) y Simon Pegg (Scotty de la ultima Viaje a las estrellas).

En conclusión, la película llega oportunamente como una buena alternativa de entretención familiar. También, como una especie de segunda oportunidad para una franquicia algo alicaída por culpa de anodinas adaptaciones que no estuvieron a la altura del material original.

Por Hugo Díaz

(The Chronicles of Narnia, The Voyage of the Dawn Treader)
Director: Michael Apted
Elenco: Georgie Henley, Skandar Keynes, Ben Barnes, Will Poulter, Tilda Swinton y las voces de Liam neeson y Simon Pegg.
20 century Fox, 115 minutos, Todo Espectador

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3 Comments

  • Buena crítica, gracias. Tenía la esperanza que se llegara a un buen nivel con estas películas, para hacerle el honor a los libros que casi todos seguimos cuando chicos. Si bien, como dices, se pierde la continuidad de la historia a diferencia de Harry Potter y otros, no deja de ser una historia digna de seguir.
    Saludos!

  • meguto todas las peliculas de narnia son lo mas pare

  • ¡Mmmm! En general me parece que visualmente Narnia es muy entretenida, sin embargo creo que va perdió magia por el hecho de ya no involucrar a los 4 jóvenes de la historia. En fin, no digo que sean malas pero me hubiera gustado que ellos siguieran participando.

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