La razón por la que “Mulán” debiera ser nuestra favorita.

 La razón por la que “Mulán” debiera ser nuestra favorita.

Desde un tiempo a esta parte, las feministas y mujeres en general se han quejado de que Disney nos proporcionó una imagen femenina que se escapaba de todo lo que cualquier persona progresista quisiera infundir en las mujeres: las princesas Disney existen sólo para ser salvadas y para amar. Al principio, yo me quejaba y pensaba que daba lo mismo qué tipo de mujer nos mostraban, al fin y al cabo son películas… los años me han demostrado que sí influye. Y no sólo en las mujeres; los hombres también tienen una imagen distorsionada del rol que juegan los machos en la vida de las hembras, también gracias a Disney.

Cuando estrenaron “Frozen”, leí a muchas mujeres emocionadas porque “al fin” la historia de la princesa Disney no se trataba de la relación amorosa de los personajes (que sí tiene eso y tiene demasiada importancia), si no de amor de dos hermanas, que eso era el valor más importante y qué sé yo. Discutí con mucha gente que aseguraba que “al fin” las niñas iban a tener mejores modelos y les compraban merchandising, disfraces, las graban cantando “Libre soy”, porque ese era el valor real de la femineidad y etc. Yo sigo afirmando que “Frozen”, aparte de ser una mala película, no tiene más de feminismo que “La bella durmiente”; al fin y al cabo, “Anna” no va en busca de su hermana sola, necesita un HOMBRE que la lleve, porque ella, frágil y torpe, no puede viajar por su propia cuenta. Y… se enamora de ese hombre. Fin, es una película de princesas Disney igual que todas.

Entonces, recordé a “Mulan”: aquella niña china que salvó a su país de la invasión de los hunos. Recordé que es la única que usa pantalones, aparte de “Jazmín” (Aladdin), y que es la única que se ha hecho valer como mujer en un mundo absolutamente machista. Porque también postularon a “Moana” como la primera feminista, pero justo en el momento en que eso se iba a hacer realidad, un hombre llega a salvarla. Aunque sea un SEMI Dios y eso esté planteado desde el principio, en el momento en que “Moana” se coronaría como la heroína de Disney que eliminaría al machismo como método de éxito, aparece “Maui” y arruina todo eso que construyeron desde el inicio. Y no, no es que odie a “Maui” o a “Moana”; ambos personajes me encantan. A los que odio es a los Disney, que no se atrevieron a dejar que una mujer lograra su objetivo sin ayuda.

Y volví a recordar a “Mulan”: la muchachita que, como mujer, no era capaz de cumplir con el rol que la cultura le indicaba y no podía darle a su familia el honor, tan ansiado en las familias chinas. La niña que debió fingir que era un hombre para salvar a su padre y encontrar su lugar en el mundo, SIN NUNCA DEJAR DE SER MUJER. Porque “Ping”, su yo masculino, nunca fue un macho recio y desaparecía por completo cuando estaba sola en su carpa. Sus compañeros la encontraban “raro”, porque a pesar de todo, era demasiado mujer para calzar en el mundo de los hombres. La mayor prueba de eso es cuando cantan “Mi chica es la razón” (una gran canción, por cierto), la intervención de “Ping” es más que desastroza. Pero fue gracias a ella y a su astucia que se salvaron de primer ataque de los Hunos, en las montañas nevadas, cuando utiliza el último cañón para provocar una avalancha, de la que salva también a su capitán, que era arrastrado hacia el abismo. Se levantó por sus propios medios cuando fue descubierta y perdió toda la credibilidad que había ganado hasta el momento en que “Ping” murió y resurgió “Mulán”. Se atrevió a levantarse, a pesar de haber sido condenada y humillada por el ejército, para avisar que el peligro de los Hunos, a quienes ELLA había exterminado casi por completo, seguía vivo y fuerte. Por que fue gracias a su plan que sus amigos lograron liberar al Emperador y fue ella, sin la ayuda de nadie, quien derrotó a Shan Yu, otra vez gracias a su astucia. Porque, aunque es “Mushu” quien dispara los fuegos artificiales que eliminan a “Shan Yu”, el plan fue de ella. Por que logró que el Emperador y el resto de la ciudad se arrodillara a su pies, para darle el honor que había ido a recoger para su familia.

No sólo logra todo esto ella sola, además, pasa de ser una niña común y corriente a ser el (o la) guerrera más importante de China. Y lo que más me gusta, es que la trama amorosa no es importante, pero sí existe, porque no es malo que en el camino haya conocido a alguien que le gusta. Lo importante es que ese alguien la apoyó cuando tuvo que apoyarla, creyó en ella y NO LA SALVÓ nunca, dejó que se valiera por ella misma.

“Mulán” es la heroína que todas las niñas debieran venerar, pero, increíblemente, es la menos popular. No hay merchandising de ella, y cuando la cuelan entre medio de las otras princesas, aparece vestida de Geisha. Exijo mi “Mulán” guerrera, con pantalones, armas y un caballo, cargada de honor y de la seguridad de encontrar la identidad aún cuando todo te juega en contra.

 

Por Gaby Potter.

 

 

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