“La Esmeralda 1879”: comentario de cine

Tras un largo proceso que duró alrededor de cinco años, hoy se estrena en Chile la película más cara de nuestra historia cinematográfica, “La Esmeralda 1879”, que cuenta las últimas 24 horas previas al Combate Naval de Iquique, y obviamente la batalla misma.

La película comienza en 1941, con un hombre de avanzada edad que se dirige a dar una charla en Valparaíso, a un grupo de escolares. Pronto descubrimos que el anciano se llama Wenceslao Vargas, y que es el último sobreviviente del Combate naval de Iquique ocurrido en 1879. De ahí en adelante la historia sigue el relato de Vargas (Fernando Godoy), en un racconto que nos lleva por la vida de los marinos del pequeño barco que fue hundido aquel 21 de mayo por el barco peruano Huascar, bajo el mando del comandante Miguel Grau. La elección de Elías Llanos (director del filme) de contar la historia desde el punto de vista de un grumete y no de Prat, parecía en una primera instancia como acertada, una mirada fresca que potenciaba no sólo la figura del capitán, sino la de todos los marinos que murieron heroicamente esa mañana de mayo. Sin embargo, al final no se profundiza en ninguno de los personajes y la película es sólo una suma de anécdotas de cosas que pasaban en La Esmeralda; un registro plano de la vida en el barco.

De hecho el que la historia se cuente a partir de la memoria de Vargas produce ciertas incongruencias, como cuando el espectador ve los recuerdos de Prat en pantalla. ¿Cómo es posible que Vargas se meta en la cabeza, en los recuerdos de Prat? Además, la figura del capitán no logra estructurarse definitivamente, sólo sabemos que es un hombre que extraña a su esposa, un buen marino, pero no se alcanza a indagar en la personalidad de Prat, imprescindible para comprender por qué su nombre se convirtió en leyenda.

Fernando Godoy interpreta al grumete Wenceslao Vargas, último sobreviviente del Combate naval de Iquique

La película también peca de algunos excesos. Hay un exceso en el uso de planos generales de La Esmeralda, en especial de una toma aérea de los barcos en conflicto que aparece en demasiadas ocasiones, sin ser además una toma muy lograda en términos estéticos. También hay un exceso de música en las escenas. En el cine muchas veces los silencios también son importantes, y el clímax de una escena a veces se logra mejor solamente con el sonido ambiente. Llanos pone música a casi todas las escenas, y finalmente esta produce un efecto contrario al buscado: se hace repetitiva y agobiante.

En términos de la narración histórica eso sí, la película está bastante bien construida. Queda claro cómo sucedieron los hechos, qué labores cumplían oficiales y grumetes, están bien reflejados el ambiente histórico y los detalles de la vida naval, y finalmente el enfrentamiento entre ambos barcos está muy bien recreado.

El filme desde el punto de vista técnico es excelente, en especial la post producción de sonido y la dirección de arte, impecables en su cometido. Los efectos especiales también son de primer nivel, dignos de Hollywood; no así los efectos digitales que son bastante rudimentarios e incluso innecesarios.

“La Esmeralda 1879” es finalmente, una película totalmente recomendable para personas que quieran ver el relato histórico como tal, sin buscar sub textos o metáforas en la historia. De hecho puede ser un interesante material de apoyo educativo apara niños que recién conocen la historia de Prat y sus hombres, pero insuficiente desde el punto de vista cinematográfico, y para aquellos que esperaban por fin una obra a la altura de nuestra única y mítica batalla naval.

Por JC Berner

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2 Comments

  • No la he visto aún, ahora curiosamente para ser la película más cara de la historia del cine chileno, creo que no se gastaron un duro en el afiche, porque lo vi puesto en el Hoyts de la Reina y es ultra mega ordinario… como comentario al margen

  • recordar el pasado para NUNCA volver a vivirlo, somos hermanos latinoamericanos, PERU nunca se apropio de terroiorio, se Defendio .eso es algo que debe de quesar claro en la historia. PERU Y CHILE hoy en dia deben de caminar juntos por el bein de sus pueblos.

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