Furia de titanes: dioses sin mucho espíritu

Continuando con la seguidilla de remakes y/o películas basadas en videos juegos o series de TV, se estrenó hace unos días “Furia de titanes”, film protagonizado por la nueva megaestrella de Hollywood, Sam Worthington (Terminator salvation, Avatar), actor que con sólo estas tres películas ya debe tener más dinero en su cuenta corriente que Codelco. Esta versión, dirigida por Louis Leterrier (El increíble Hulk), es una revisión de una película del mismo nombre del año 1981 (dirigida por el británico Desmond Davis). “Furia de titanes” (la original) es una de aquellas películas que dieron varias veces en las tardes de cine de TVN, y que al igual que otras películas del género como “Jason y los Argonautas”, era abundante en criaturas y efectos especiales hechos con la técnica del stop motion.

Antes de contarles que tal es la película, debo contarles de qué se trata: Furia de titanes narra la historia de Perseo (Worthington), un joven pescador que descubre que es un semidios, hijo del propio Zeus (Liam Neeson), rey del Olimpo y el dios más importante de la mitología griega. El hermano de Zeus es Hades (Ralph Fiennes), un dios que fue traicionado y condenado a vivir en el inframundo (algo así como el infierno) eternamente. Hades convence a Zeus de que los humanos deben ser castigados por su desobediencia y traición, pues se han revelado ante los dioses, y como escarmiento les dice a los habitantes de la ciudad de Argos que dentro de uno días, cuando sea el eclipse de sol, destruirá la ciudad un monstruo descomunal llamado El Kraken, a no ser que la ciudad entregue como ofrenda a la princesa Andrómeda (Alexa Davalos). Aquí es donde entra en acción Perseo, decidido a salvar a la ciudad y a la princesa, motivado por su profundo odio a Hades, quien mató a sus padres adoptivos y a su hermana. Así, junto a un grupo de soldados de Argos, emprende la búsqueda de unas brujas que son las únicas que conocen el secreto para derrotar al Kraken.

Antes de seguir, el trailer de la versión de 1981.

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La verdad es que el actual film está repleto de grandes efectos y un elenco espectacular (al igual que la antigua, donde trabajaban actores de la talla de Maggie Smith y Laurence Olivier) pero a pesar de eso, no logra convencer y al igual que la versión original, esta falta de espíritu (que gracioso que una película sobre dioses no tenga espíritu) y la historia está más enfocada en la acción y las peleas que en los conflictos internos de los personajes, asunto que el director del film decidió no tomar mucho en cuenta. Los pocos diálogos que hay rozan en el cliché y se desperdicia el talento actoral de dos grandes intérpretes como Neeson y Fiennes (este último un poco mejor en esta película).

Los efectos digitales también quedan al debe, y no es porque sean malos, pero uno a estas alturas, conociendo los logros en este campo que se han hecho en Hollywood, ya espera sólo la perfección, y hay algunos personajes (en especial Medusa) que parecen más bien sacados de un videojuego que de un film basado en la mitología. En ese sentido es mucho más interesante por ejemplo, la Medusa que hizo Uma Thurman en la película adolescente  “Percy Jackson y el ladrón del rayo”.

Aunque en general la producción de la película sigue al pie de la letra la versión ochentera, se toma algunas licencias en relación a esta (y a lo que cuenta la mitología) e introduce como compañera de aventuras de Perseo a Io (la hermosa actriz Gemma  Arterton a quien pronto veremos como la princesa de “Prince of Persia”), personaje que le otorga algo de emoción (no mucho tampoco) al inmutable rostro de nuestro héroe, a quien parece que la muerte de sus padres no lo enfadara más que a un estudiante de secundaria haberse sacado una mala nota.    

Si la quieren ir a ver de todos modos, ya que son fanáticos de este tipo de películas, probablemente nos saldrán defraudados, al menos es entretenida, pero seguramente a la media hora de haber salido del cine ya la habrán olvidado. Respecto del 3D, no vale la pena. Es increíble como los realizadores de Hollywood siguen desperdiciando esta tecnología que podría utilizarse perfectamente como recurso narrativo y realmente agregar intensidad, una nueva dimensión a la historia. En ese caso sólo sirve para que se vea algo de profundidad en algunas escenas. Véanla en 2D y se ahorrarán unos cuantos pesos.

Como conclusión, una película que es la definición literal de mega producción hollywoodense, sin mayores ambiciones en cuanto a su trascendencia, pero que logra entretener durante las casi dos horas que dura.  

Les dejo el trailer subtitualdo en español y en buena calidad (es muy divertido comparar los efectos especiales de ambas versiones):

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Por JC. Berner.