Crítica de cine: “Una gran esperanza”
Una grata sorpresa.
Esta es una cinta inspirada en una historia real, y trata sobre el rescate de 3 ballenas, que fueron llamadas como Pedro, Vilma y Bam-Bam que quedaron atrapadas por la formación de hielo en el Círculo Polar Ártico, en las afueras de un pueblo extremo en Alaska. Esto fue dado a conocer por un periodista de un canal de la zona, Adam Carlson (John Krasinski), lo que producto de una serie de circunstancias comunicacionales se convirtió en noticia nacional, volviéndola mundial como una “historia de esperanza”. Una de las más interesadas es una voluntaria de Greenpeace, Rachel Kramer (Drew Barrymore), quien es la ex de Adam. Pronto Alaska se convierte en noticia, cuando medios de todo el mundo llegan para cubrir la noticia, llegando a niveles jamás imaginados, y une a dos países (Estados Unidos y Rusia) que en ese momento atravesaban por la “Guerra Fría”, aunque ya los rusos estaban en plena perestroika, asi que estaban en lo último de lo último.
Al principio, Adam ve la historia de las ballenas simplemente como una gran noticia que puede traer beneficios a su carrera. Pero con el tiempo (junto con personas de todos los Estados Unidos) llegan a preocuparse por el bienestar de las pobres ballenas atrapadas. Hay que señalar que muchas de las razones para el cambio de Adam se debe a su ex novia Rachel. Ella es una apasionada voluntaria de Greenpeace que tiende a salirse un poco de madres en su enfoque medioambientalista. Rachel y el dueño de una megaempresa petrolera, J. W. McGraw (Ted Danson) trabajan juntos, pese a las disputas iniciales entre ellos, para ayudar a las ballenas.
El mensaje que comunica el filme, es que la gente puede mirar más allá de ellos mismos y tomar las decisiones correctas si son capaces de encontrar una causa justa. Eso está bien. De hecho, eso ayuda realmente a hacer más profunda esta película de amor por las ballenas de Hollywood con proporciones del tipo Liberen a Willy. Sus protagonistas son simpáticos. Hace una apología a la inventiva del ser humano e incita a dar valor a la vida animal. Pero lo mas llamativo es que con todo, es más osada de lo que parece al principio en lo que tiene relación a la crítica a las políticas ambientales de la época y al contexto político que rodea al evento con una historia que apela a ensalzar los valores esenciales del hombre y su interacción con su planeta. A pesar de que el titulo no dice mucho, la película logra sacar en limpio los temas que plantea, sin la necesidad de caer en intelectualismos sesudos que aíslan al gran público de la generación de conciencia. Apta para niños, cierto, por la empatía de las ballenas, pero también para grandes. Más de algo deja para pensar. Recomendable…dejará una grata sorpresa.
© Por Jorge Castro
