Crítica de cine: Mi país imaginario

 Crítica de cine: Mi país imaginario

No sé si esto será una crítica o una oda a Patricio Guzmán, porque al terminar de ver “Mi país imaginario”, su última película documental, solo pude pensar en lo inmensamente sensible que es, en lo poética que son sus imágenes, en lo exactas que son sus palabras y en su inmensa capacidad de leer al país que ama desde tan lejos.

“Mi país imaginario” cuenta la historia de ese 18 de octubre de 2019 que nos cambió como país; las inmensas protestas, la guerra entre fuerzas especiales y primera línea, pero, por sobre todo, la lucha por nuestros derecho, el despertar de Chile del que tanto se habló en ese momento y que nos trajo al momento histórico que estamos viviendo ahora. La historia del estallido, sus razones y sus consecuencias, son contadas por mujeres que han formado parte importante del movimiento; mujeres que forman parte de la primera línea, explicando por qué luchan, mujeres de la brigada de rescatistas, mujeres estudiosas de la política, mujeres que por años tuvieron que luchar contra el sistema y callar sus necesidades… mujeres que viven, todos los días, la injusticia de la que este Chile no se hizo cargo en más de 30 años.

Yo no soy una persona que se fije mucho en el lenguaje audiovisual de las películas, me importa, más que nada, cómo se desarrolla la historia desde el argumento. Pero Patricio Guzmán hace poesía con sus imágenes, todos los planos que elige son perfectos, hablan por sí solas, a un nivel que hace que alguien como yo, se maraville y logre entender el mensaje de sus imágenes. Todo en este documental es hermoso, las imágenes, la música, los testimonios, las palabras… es hermoso escuchar a la gente que protagoniza este movimiento sobre sus experiencias, sus pensamientos y por sobre todo, sus esperanzas.

Porque el país que imaginamos todos, es el país que merecemos; que proteja a la infancia, que impulse a las mujeres y beneficie a los que hacen el bien. Somos un país trabajador, luchador, generoso y podremos sanar nuestras heridas. Necesitamos a Patricios Guzmanez que no nos dejen olvidar las injusticias, y nos cuenten las historias con tono conciliador, porque para sanarnos tenemos que hablar de las cosas que nos duelen y nos incomodan, siendo receptivos y claros en lo que queremos.  Mientras haya heridas que sanar, seguirán siendo necesarias las artes para ayudar a perdonar, superar y, por sobre todo, jamás olvidar.

Como todas las películas de Patricio Guzmán, es altamente recomendable. Actualmente está en carteleras y verla en el cine es una tremenda experiencia.

Por

Gaby Carreño

Cine

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