Crítica de cine: “Hollyblood”

Habiendo recibido sorpresas gratas del cine español previamente, acepté darle Play a esta recomendación de Netflix y lamentablemente Hollyblood no fue un buen caso. Para éstas críticas existe Cine Somnífero, películas que veo yo y así no pierden el tiempo ustedes.

Para empezar, lo único bueno de la película lo tiene el tráiler. Admito que aguanté 20 minutos hasta darle fast forward para ver cómo terminaba.

Hollyblood nos narra la historia de Javi, interpretado por Oscar Casas (sí, el hermano de Mario Casas, aparentemente en España no hay más actores “juveniles” sino ellos) un estereotipo de perdedor de colegio que está enamorado de una chica con quien estudia, le habla en secreto por un chat fingiendo ser una amiga y quedan en conocerse el día del estreno de una película de vampiros adolescentes sin camisa (una sátira a cierta peli de hace 15 años). Previo a ello nos dan un prólogo donde un joven fallece en ese mismo instituto y es convertido en vampiro por un ser desconocido.

Para ser honesto, la premisa es buena, el tráiler era prometedor… ERA. Tenía las intenciones de ser una buena sátira a la saga Twilight en una realidad donde los vampiros existen y te prometen escenas de acción fusionadas con comedia juvenil. Todo se va al caño con el ritmo de la peli, en la que por lo menos la primera media hora no pasa nada salvo presentar a cada personaje.

Hablar detalladamente de los actores es gastar caracteres en el teclado. Todos menos la protagonista, tienen menos carisma que una piedra (sobre todo el Oscar Casas) y en ritmo, la trama se estanca solo para “ponerse buena al final” con un final tan Deus ex Machina que todavía me pregunto “¿por qué no lo hicieron antes?”

Hablando de la parte técnica, se nota a leguas que el presupuesto de la peli estaba súper recortado al punto de parecer teleserie, si bien pusieron su mayor esfuerzo, se les notó demasiado. Las voces en off, las locaciones, la fotografía y otro sartal de etcéteras.

Sí fui bien incisivo esta vez pero me vendieron una comedia buenísima en el tráiler y ahí quedó la cosa. En resumen, es una película que llega 15 años tarde cuando el boom de los vampiros adolescentes ya ha pasado. Quédense con el avance que te da Netflix y no pierdan el tiempo.