Crítica de cine: “El mal trato”
“El Mal Trato”, película independiente escrita por Daniel Vivanco, es una película que viene como anillo al dedo a una época en la que la violencia de género se ha convertido en tema, y que si bien puede manifestarse no solo a través de golpes, también lo hace con palabras, omisiones, chistes, etc. Además opera en ambas direcciones: Hacia el hombre y hacia la mujer.
Ramiro (Ricardo Pinto) es uno de esos tipos que te hacen alegrarte ser tú y no él: Con una esposa (Sandra Meezs) que no lo quiere, sin carácter, una mochila de malas decisiones y una pega ingrata. Es como Juan Herrera elevado al cubo. No es casualidad que de todas las profesiones que se le pudieron dar al personaje de Ramiro, se haya escogido la de profesor, el paradigma actual de las profesiones ingratas, mal pagadas, poco valoradas e inestables.
De esta misma manera, la película transita constantemente entre el realismo documental y el patetismo hiperbólico. Las escenas son realistas pero están cargadas de una emocionalidad que buscan retratar y exagerar la patética vida de Ramiro, a través de escenas como una en la que le da un masaje a su infeliz e insatisfecha esposa. Es verdad que hay algunas que rozan la caricatura, como una escena en la que todos los niños del curso al que hace clases Ramiro están tirando papeles por toda la sala, como si el único desorden que puede hacer un niño de esa edad sea tirar papeles, pero así y todo no es algo que moleste, sino todo lo contrario, de alguna manera enriquece la historia, volviéndola algo más que un simple retrato periodístico.
La narrativa combina los primeros planos de personajes que muestran sus emociones, con planos generales que describen la localidad rural de Pitrufquén, que es en donde fue filmada enteramente la película, con actores locales. La atmósfera de constante patetismo contribuye a forjar una mirada distinta en las luchas de género, en la que los roles de víctima y victimario, o culpable e inocente, escapan a los moldes tradicionales de lo políticamente correcto. No hay personajes buenos y malos, sino productos de las circunstancias que conspiran para que estos acaben tomando malas decisiones, y con cuyas consecuencias deberán vivir para siempre. Porque la vida es así: a veces las relaciones no funcionan, a veces simplemente se deja de querer a alguien, y no todas las historias de ficción (o realidad) deben terminar con un final feliz.
La interrogante que deja planteada esta cinta es ¿Es justificable la violencia? ¿El mal trato es una acción o una reacción? Si a veces nos comportamos de manera violenta ¿Existen precedentes que lo justifiquen? Porque usualmente como espectadores nos dedicamos a juzgar la violencia de género desde la comodidad de las redes sociales, subiéndonos al pedestal moral y sin interesarnos por conocer el contexto de los acontecimientos, o las circunstancias completas de un suceso. Nos quedamos con la noticia como nos la muestran, y nos refugiamos en lo políticamente correcto para escupir opiniones y juicios.
“El Mal Trato” es una buena historia que desarrolla un problema muy común desde un ángulo distinto. Sí posee momentos bajos (Que en otras producciones independientes serían altos) pero no dañan a la obra global. Producida por Fracfilmes, conocida por la cinta “La Mujer de Iván”, ha sido exhibida en el Festival Internacional de Nicaragua, el Festival Internacional del Barrio Mapocho FECIMA, el Festival Internacional de los Cerros de Valparaíso y ganó en el IndieFestAwards de California, USA, en la categoría Merit award / latin hispanic for Maltreatment,. Si tiene la oportunidad de echarle un vistazo, hágalo, vale la pena.
Mira el trailer acá:
Este jueves 23 de junio puedes ver la película “El Mal Trato” en las siguientes locaciones:
CINETECA NACIONAL
CINE PAVILION GRAN AVENIDA
CINE PAVILION PUNTA ARENAS
TEATRO CENTENARIO LA SERENA
CINE ARTE UNIVERSIDAD DE TARAPACÁ
CENTRO DE EXTENSIÓN UBB CHILLÁN
CENTRO CULTURAL DE ANGOL
AULA MAGNA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE TEMUCO
CINECLUB UNIVERSIDAD AUSTRAL VALDIVIA
Más info acá: http://www.elmaltrato.com/
© Por Felipe Tapia, complaciendo lectores desde el año 2009