Crítica de cine: “Cirque du Soleil: mundos lejanos”

cirque du soleil¿Has tenido la oportunidad de presenciar el espectáculo de la compañía canadiense? Ciertamente dista mucho la percepción de verse envuelto en espectáculos como Varekai a lo que recibíamos a comienzos de la década pasada en especiales de televisión donde se buscaba dar a conocer ‘lo imposible’ de lo que hacían. Con el tiempo, la sensación de “lo imposible” se ha vuelto cada vez más posible, al punto de que los vuelos, elasticidades máximas y fuego de colores han dejado de impresionar sólo por existir. Entendiendo esto, la propuesta constante de la compañía nos lleva a recobrar esa idea de imposibilidad desde el otro lado. Ya no somos ‘damas y caballeros’ sentados comiendo palomitas y disfrutando del circo, somos parte de un mundo y la invitación está en entrar, conocer y vivir la experiencia de ese mundo distinto donde todo es posible incluso lo que desafía nuestros ojos. En “Mundos lejanos” (“Worlds Away”) esa premisa se convierte en una máxima, dejando todo de lado incluso la idea del espectador para envolvernos en un mundo, el mundo de “lo imposible”.

Siguiendo trabajos como “Don`t think” de los Chemical Brothers, “Cirque du Soleil: Mundos lejanos” es parte de una búsqueda de participación directa del espectador en la obra que difiere notablemente de las ganas de interpelación del auditor a la que acostumbramos. Usualmente cuando hablamos de que una película ha apelado a quien está al otro lado de la pantalla nos referimos a un contenido en el que uno es parte de la película y como tal se siente envuelto en una obra, ya sea desde el campo de las ideas como en “Las Vacas Vuelan” de Fernando Lavanderos o desde las decisiones y la materialidad de las cosas como en las viejas películas de John Waters. Aún así, siempre se presenta a la pantalla como un soporte. Quizás no tan divisorio pero sí presente. Aquí la idea es otra. La pantalla ya no existe y ese mundo es nuestro mundo. La pantalla ya no está y tampoco la película, lo que hay es un recuerdo, o quizás un sueño o tal vez un cuento que un ser querido nos relata.

La búsqueda permanente por sorprender no es mayor a las ganas de relacionarse con ese mundo, y muy lógico a la mano de su director Andrew Adamson (“Las Crónicas de Narnia”, “Shrek”), la aventura del héroe podría ser la aventura de cualquier mortal en búsqueda del final feliz. Si bien no es nada nuevo a lo que hemos visto antes, esa mortalidad de la historia es el recurso principal que posee la obra para no escaparse hacia la parafernalia visual propia de su productor James Cameron quien fácilmente podría haber convertido este trabajo en un juego histérico por mostrar todo lo que los computadores pueden hacer. La mano del director logra sutilizar ciertos momentos y banalizar grandes trucos como cualquier buen jinete puede controlar a su propio caballo, permitiendo que el soporte técnico sea efectivo y permita la búsqueda interminable por sorprender y devorar nuestras cabezas que tanto Cameron a perseguido durante toda su vida.

Desde el lanzamiento de “Avatar” se ha cuestionado la verdadera lógica del uso del 3D. Cómo justificar la necesidad de esa tercera capa e integrarla a la estética de la obra, sin ocultarnos información y caer en la necesidad narrativa de guardarse elementos sólo para el 3D a modo de obligarnos a pagar la entrada. Y si bien la respuesta hasta ahora había recaído en la idea de hacernos parte de un mundo, ningún director había logrado realmente un producto que necesitara del 3D sin caer en el fuego artificial que el formato implica. Paradójicamente, la solución más completa ha llegado de la mano del control y la fineza de la herramienta que Cameron comenzó simplemente por comenzar pero que hoy frente a sus ojos vio a Adamson utilizarla con sentido común y verdadero arte.

(c) Por Ignacio Hache

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1 Comment

  • Ver el Cirque du soleil en vivo es como dices, un espectáculo muy hermoso. La gracia de ver esta película puede ser que la cámara llega a lugares donde ni siquiera en primera fila el espectador puede entrar. Eso es espectacular. Además que incluso una entrda 3d al cine es mas barata que la entrada al circo. Así que es una muy buena oportunidad.

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