Crítica de cine: “Cazadora”

 Crítica de cine: “Cazadora”

En la montaña, una joven mujer va escapando de un hombre que a todas luces desea encontrarla. Al estar en medio de la nada se activa el instinto humano de la sobrevivencia. Es así como logra robar un vehículo de una pareja (madre e hijo adolescente) que estaba cazando conejos por el lugar, pero no logra avanzar mucho en su cometido. La dueña del vehículo le permite que los acompañe y ayude a cruzar al otro lado, para luego encaminarla a la frontera con Argentina que es el destino de la chica.

La película se sostiene sobre un guion que tiene mucho de sicológico. También, aprovechando la montaña, posee una rica fotografía con la que se juega a placer con la cámara, el escenario está ahí y es gratis, no se puede desaprovechar. El largometraje, dirigido por Martín Duplaquet, mantiene la trama sobre solo los tres actores (Alexandra Von Hummel, Natalia Reddersen y Felipe Valenzuela), en un espacio tan claustrofóbico como gigante, en donde quedan al descubierto muchas falencias y necesidades del ser humano.

Es curioso como se logra ese efecto claustrofóbico recién mencionado. El espacio es tan amplio y en medio de la nada, que no se puede ir a ninguna parte, por lo que por instinto se busca esa compañía para poder realizar las cosas en bloque, ya sea por necesidad, seguridad, etc., aunque no estén a gusto entre sí. Eso me recuerda una línea de una famosa canción, que reza “lo terrible del mar es morir de sed”.

Puedes ver la entrevista que le hicimos a su director, Martín Duplaquet, aquí.

Al ser un elenco corto, cada participación de los actores/actrices resalta en cada minuto, por lo que la dirección de personajes es algo importante a considerar. Sin embargo, hay mucho de improvisación en algunas escenas, para bien o para mal, pero que tienden a dar una fluidez más natural en esas secuencias. También aparece Willy Semler, engalanando el desenlace.

La música incidental, a cargo de Sebastián Duplaquet, es uno de los puntos altos de la película, con el uso de notas a veces más alegres que lo que estamos viendo, pero que funcionan en su contexto general.

En el filme no sobra nada. Son 78 minutos que van directo al grano y que no desperdicia en imágenes que no contribuyan en nada a contar la historia, como se viene haciendo desde varios años a la fecha y con excesivo énfasis en el cine chileno de hoy.

“Cazadora” es un nuevo estreno nacional que vale la pena ir a ver al cine.

Por Daniel Bernal.

Cine

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