Crítica de cine: “Bus 657”
Vaughn (Jeffrey Dean Morgan) trabaja hace años como crupier en un famoso casino. Su pequeña hija está enferma, y el hospital donde está se niega a atenderla porque Vaughn debe una gran cantidad de dinero. El director del recinto le dice que si no paga dentro de la semana, su hija perderá el tratamiento, lo que la condenará a muerte.
Desesperado, nuestro protagonista decide aliarse con un rudo compañero de trabajo y un par de socios para robar el mismo casino donde trabaja, ya que conoce todas las medidas de seguridad. El único gran problema es que el dueño del casino es un conocido y vengativo mafioso (Robert de Niro), que no perdonará que le hayan robado.
Durante el escape, Vaughn y su socio son abandonados por el conductor del auto, así que se ven obligados a subirse a un autobús y secuestrarlo para escapar de la policía. Así, lo que era un robo se convierte en una acelerada persecución por toda la ciudad.
El principal escenario donde trascurre esta película (un bus) nos recuerda indefectiblemente a “Máxima velocidad”, aquella película de Keanu Reeves donde uno de estos vehículos era secuestrado y, eventualmente explotaría, si bajaba la velocidad de 50 millas por hora. En “Bus 657” la trama es similar en cuanto a que hay un bus repleto de pasajeros inocentes y gran cantidad de policías detrás. Sin embargo hay elementos que estaban presentes en la película de Reeves que aquí se echan mucho de menos, sobre todo si hablamos de la acción. Sin darles mayores detalles (por los spoilers), el espectador no llega a temer realmente por la suerte de los pasajeros del bus; no está el elemento equivalente a “la bomba que puede explotar en cualquier momento”, y además el público sabe que el secuestrador es un buen tipo, aunque está desesperado.
Dicho de otra forma, si bien el guión es correcto le falta adrenalina a la cinta, y en ningún momento el espectador quedará al borde del asiento, algo que debiera ser importante en una película como esta, donde la expectativa incluso está generada por el slogan de la cinta: “El escape del siglo”.
Por otra parte hay un problema con las actuaciones. Los dos personajes protagónicos están a un excelente nivel (son monstruos de la actuación), pero los papeles secundarios parecen sacados de una telenovela de la tarde y producen un extraño desequilibrio.
Más allá de las escenas de acción que no son tantas ni tan buenas como debieron, hay algunos factores secundarios en la trama que son más interesantes y rescatables. El drama de Vaughn y su relación con su hija, y en especial el personaje de Robert de Niro que está a punto de jubilarse y tiene conflictos con eso. Por ahí la película tiene algunos buenos momentos (que se podrían haber explotado más de hecho) y junto con eso, siempre está el interés por saber cómo se resolverá la historia de este padre que se mete en un crimen por amor a su hija.
“Bus 657” no es una mala película, de hecho tiene buenos momentos y buenos personajes, pero no cumple con las expectativas que promete el trailer y los tremendos actores que participan en ella.
Por Juan Carlos Berner
En Twitter: @jcbernerl