A principios de este mes, Netflix estrenó una nueva serie basada en un videojuego, esta vez sobre una de las franquicias más famosas de Capcom, “Devil May Cry”, saga que es un referente en el Hack and Slash, un género que prioriza los combates cuerpo a cuerpo con el uso de armas como espadas, cuchillas, guadañas, etc, sumado a un gran nivel de dificultad en sus niveles y jefes.

Para hacer un breve resumen, la historia trata sobre Dante, un cazador de demonios, hijo de una humana llamada Eva y del legendario caballero oscuro Sparda, un demonio quien hace 2.000 años se reveló contra su propia especie para aliarse con la humanidad, sellando al inframundo y convirtiéndose en una leyenda.

Ya en nuestra época, nacen Dante y su hermano gemelo Vergil, ambos mitad humano y mitad demonio, es decir, híbridos. Lamentablemente, los dos quedarían marcados por un evento traumático en sus infancias, la cual fue la muerte de su madre a manos de unos demonios enviados por Mundos (el villano principal del primer juego).

Esto hizo que los hermanos tomaran caminos separados. Vergil estaría en una búsqueda constante de poder y Dante abriría su propio negocio dedicado al extermino de demonios, el cual se llamaría igual que el propio juego, Devil May Cry.

La saga comenzó con su primer título lanzado para la PlayStation 2 en 2001 gracias a la dirección de Hideki Kamiya. Tras su gran éxito, le siguió una horrible secuela en 2003, tan mala que ni la propia Capcom quiere acordarse de ella y no se sabe hasta el día de hoy quién fue el director original.

Pero después en 2005 salió la tercera entrega, la cual fue la verdadera evolución de lo ya visto en el juego original, sentando las bases de la franquicia que conocemos hoy. Devil May Cry 3 se ambienta cronológicamente antes de la primera parte y corrió bajo la dirección de Hideaki Itsuno, quien también repetiría su papel en los dos títulos siguientes, lanzados en 2008 y 2019 respectivamente.

En el pasado la franquicia ya contaba con un anime por el lejano 2007, que incluso es canon dentro del mundo de los juegos, ya que transcurre entre el primer y segundo título.

Esta nueva versión, sin embargo, decide contar una historia completamente nueva, una adaptación que toma de inspiración los mangas que sirvieron de precuela para la tercera entrega en especial uno titulado Devil May Cry 3 Código 3: Lady, que narraría los orígenes del personaje ya mencionado, pero lamentablemente no se llegó a publicar.

La serie corrió a cargo de Adi Shankar, quien anteriormente había participado en las primeras dos temporadas de Castlevania (2017-2021), solo que ahora tuvo completo control creativo.

El creador de esta adaptación tuvo acceso al material del manga cancelado y prometió que su serie iba a ser lo más fiel posible al lore de los juegos. Tristemente les adelantó que esto último no se cumple, pero ya se los explicaré punto por punto.

Partamos por los aspectos positivos. Los diseños de los personajes son excelentes, destacando sobre todo a Dante y a Lady, que son casi idénticos a sus contrapartes de los videojuegos, pero con ciertas características que los hace únicos y que le da a entender al espectador que estas son las versiones de Netlfix.

Pese a no contar con el mejor estilo de dibujo, Devil May Cry del 2025 tiene una animación muy fluida y se nota especialmente en sus escenas de acción, que no son pocas precisamente. Todas ellas se ven muy espectaculares, en el que tanto los héroes como los villanos sacan a relucir sus habilidades en diversas situaciones.

Lo que sí no está muy bueno es el CGI de los demonios que salieron en los juegos, como Agni & Rudra o Cavaliere Angelo. Se nota muchísimo que fueron hechos por computadora y sinceramente se ven muy feos, chocando bastante con el estilo de dibujo visto en los personajes humanos.

El Soundtrack también está muy bueno, contando con remixes de temas míticos de la franquicia, como lo son Devil Trigger, Bury the Light y Devils Never Cry. Esta última sale en los créditos y es una versión más melancólica a lo visto en su debut en Devil May Cry 3. Para mi gustó, les quedó super bien, uno de mis endings favoritos en series animadas, transmitiendo también la esencia que caracteriza a los juegos.

Las canciones licenciadas no se quedan atrás, Rollin’ (Air Raid Vehicle) de Limp Bizkit queda a la perfección como opening en una serie de un protagonista despreocupado y genial como Dante. Este tema junto con Last Resort de Papa Roach te hace recordar a la época de los 2000, década donde se ambienta el anime. Pero no podemos hablar de música licenciada sin mencionar a Evanescence, quien sacó Afterlife para esta adaptación y es simplemente espectacular, recomiendo mucho que la escuchen, vale totalmente la pena.

Esos serían todos los aspectos positivos que le encontré. Lamentablemente este anime flojea mucho en cuanto a su historia y sus personajes, porque el equipo de animación y de música demostraron que entendieron a la perfección lo que caracteriza a Devil May Cry, pero no se puede decir lo mismo de Adi Shankar, quien fue el escritor.

Para empezar, la adaptación de Netflix cambia muchísimas cosas del lore de los videojuegos, tanto que lo único que casi lo único que tienen en común son el nombre, los personajes y las referencias. De resto, es una crítica muy superficial al gobierno estadounidense y a la religión. A esto se le suma la historia del villano principal que tiene relación con un grupo de demonios buenos que quieren convivir con los humanos, siendo esto una alegoría a la migración.

El problema principal de esto como ya dije es que se aleja totalmente de la esencia de Devil May Cry. Los juegos nunca se trataron de hacer una crítica a sectores políticos o de una trama sobre la inmigración. Simplemente consiste en una lucha del bien contra el mal, la humanidad contra el inframundo y esto lo reflejan en cada uno de sus títulos, en especial el primero.

El hecho de que varios demonios sean buenos hace que el propio nombre de la franquicia pierda sentido. El nombre Devil May Cry hace referencia al lado humano de Dante, que, pese a su parte demoniaca, siempre busca aferrarse a su humanidad, teniendo emociones como la tristeza, algo que los demonios, en especial los villanos, nunca podrán tener.

Sí, hubo algunos de ellos que se volvieron buenos y terminaron uniéndose a los humanos (como el propio Sparda), pero esto siempre ha sido la excepción y no la regla. Así que esto rompe por completo el lore de la franquicia.

Ahora hablemos del elefante en la habitación, su coprotagonista, Lady. Mucha gente comentó que ella opaca por el completo a Dante y que da la sensación de ser muy fuerte para ser una humana, por el hecho de hacerle frente a varios demonios, al punto de considerarla una Mary Sue.

Sin embargo, estos no son sus verdaderos problemas. Si bien ella tiene bastante tiempo en pantalla y lucha contra enemigos como Viper, no creo que llegue al punto de ser invencible, ya que en muchos momentos se ve que tiene dificultades para lidiar contra sus adversarios. También en un episodio nos muestra las consecuencias de sus acciones en el pasado, por lo que no es alguien perfecta.

El tema con Lady recae únicamente en su actitud. Es alguien bastante repelente e insufrible. Si bien al inicio de DMC3 ella podía ser algo fría y desconfiada de Dante, para nada llega a los niveles que se vieron en la serie. En esta adaptación es muy pesada, antipática y sobre todo maldiciendo con la palabra f*** cada dos segundos.

No entiendo cuál es la manía de algunos escritores de hacer que los personajes insulten todo el tiempo, no es genial, es muy molesto. Lo peor de este personaje es que el mínimo desarrollo que tenía se va a la basura por el final, dando a entender que no aprendió realmente nada. Pero con esto habrá que esperar a la segunda temporada para ver lo que pasará con ella.

El hijo de Sparda tampoco está exento de problemas. Pese a que el protagonista en el medio original hace chistes y se burla de sus enemigos, también es alguien muy habilidoso en combate, porque cuenta con una gran velocidad, fuerza, resistencia, un buen manejo de distintas armas y poderes demoniacos provenientes de su padre. Todo esto hace que sea uno de los personajes más poderosos en los videojuegos.

La caracterización en la serie por lo general está bien, pero siento que Dante es dejado algo de lado cuando está con Lady, ya que siempre cae en cada una de sus trampas, haciéndolo ver como un tipo ingenuo y hasta estúpido en dichas escenas. Es como si solo puede brillar cuando el guion se lo permite, para no opacarla.

Quiero creer que son por estos momentos es que la gente cree que la coprotagonista es una Mary Sue, porque cuando el caza demonios está solo, es cuando realmente puede valerse por su cuenta, hay muchos momentos que lo demuestran.

Por último, quiero hablar del villano White Rabbit. Como personaje independiente está bastante bien, deja en claro sus motivaciones y su odio hacía los humanos. Pero de nuevo, estamos hablando de una adaptación de un videojuego cuya premisa es que los demonios son el mal encarnado. Como ya mencioné, la serie cambia drásticamente el lore y esto se ve reflejado en la backstory del antagonista.

En conclusión, Devil May Cry de Netflix falla muchísimo como adaptación, cambiando cosas que son esenciales en la franquicia, siendo modificaciones en su gran mayoría para mal, sumado a una coprotagonista detestable y un Dante que no se pudo aprovechar por completo.

No obstante, si quitamos todo eso de la ecuación, nos queda una serie bastante entretenida que más de uno podrá disfrutar gracias a su excelente animación, música y varios momentos de la trama. Recomendada solamente para los que no han jugado los juegos.

 

Escrito por Andrés Sierralta

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