Ya tuve la oportunidad de ver la segunda temporada de “Andor”, que se estrena esta semana en Disney plus, y debo decir que me ha gustado mucho, confirmando que es uno de los mejores proyectos de la saga Star Wars hasta la fecha.

Sin embargo, para entender un poco el contexto, hay que desgranar el choclo de esta serie. Lo primero es decir que “Andor” es el producto menos Star wars de todos, y con esto quiero decir, que la mayoría de los tópicos principales de la saga no están presentes: Aquí no se habla de la fuerza, ni los jedis, ni Sith, ni Darth Vader. Tampoco aparecen monstruos alienígenas gigantes, casi no hay robots, no hay mandalorianos ni el clan de los Hutt, y de los lugares familiares para los fans, solo aparece constantemente Coruscant, la capital del imperio.

Esto me hizo mucho ruido durante la primera temporada, pero creo que ahora entiendo el por qué de esta decisión: “Andor” es la serie más humana de Star Wars, y con ello quiero decir, que nos permite profundizar mucho más en los personajes. En esta serie, los protagonistas tienen muchos más matices de lo que se nos ha presentado históricamente en la saga galáctica. En general Star Wars es una historia donde está muy clara la lucha del bien contra el mal, pero acá, conocemos como se fragua la rebelión contra el imperio, como se financia, y lo que están dispuestos a hacer los rebeldes para derrotar al emperador.

Cassian Andor es un personaje que se guía por su corazón antes que por un código moral, y a veces está dispuesto a hacer cosas sucias si lo considera correcto, algo que ya vimos en Rogue One. También el personaje de Luthen Rael, es quizás el con mejores diálogos en toda la franquicia de Star Wars, interpretado magistralmente por Stellan Skasgard. Un personaje que siempre oculta sus verdaderas intenciones y que siempre sorprende con sus decisiones.

La serie también nos permite conocer cómo funciona la burocracia y la política del Imperio, de una forma nunca antes vista, y cómo la ambición de sus partidarios les permite ir accediendo a puestos de poder.

Siguiendo por este camino, es notable en esta temporada el contraste entre la relación amorosa de Syril y Dedra, versus la de Cassian y Bix. Los primeros tienen una relación fría y desconfiada, mientras que la de los rebeldes es apasionada, y leal a toda prueba.

Sin hacer spoilers, esta temporada se centra principalmente en el interés del imperio por invadir un planeta llamado Ghorman, que tiene una valiosa especie para los intereses imperiales, mientras los rebeldes debaten si se entrometen o no en este nuevo flanco de conflicto.

Dicho todo lo anterior, “Andor” es la serie más humana y más adulta de Star Wars. Sus personajes son tridimensionales, con claroscuros, y van madurando sus intenciones durante el paso de la historia. Una serie quizás con menos acción (hay capítulos donde solo hay conversaciones) y menos misticismo que el universo Star Wars original, pero que sin duda será muy importante para comprender mejor la historia de por qué un grupo de locos se atrevió a enfrentar a todo un imperio galáctico. 100% recomendada.

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