Conversamos con el creador de Scooby-Doo, el chileno Álvaro Arce
“Y lo hubiera logrado, de no ser por esos chicos entrometidos y su perro”.
La anterior cita era recurrente en los villanos de turno de una exitosa serie de monitos, en las que para sacar provecho económico, en lugar de privatizar semillas o territorio nacional para explotarlo, era común disfrazarse de monstruo y aprovechar una leyenda local para asustar a pueblerinos y extraer los diamantes, litio, etc. Imagínese si los políticos se disfrazaran de trauko o algún demonio Selknam para ahuyentar a la gente del sure e instalar termoeléctricas o hidroeléctricas sin problemas. Haría falta un grupo de jóvenes hippies que resuelvan el misterio, en lugar de andar marchando por ahí. Bueno, esa era la temática de la popular serie, cuyo creador es chileno.
Abrirse paso como dibujante en Chile no es nada fácil. Un padre prefiere que su hijo le diga que quiere ser bailarina antes que dibujante de comics. Pero si un chileno decía antes que quería dedicarse a la animación, era como si dijese que quiere ser astronauta o alquimista, pues si bien tenemos una historia comiquera nacional, hace unos 15 años nuestra producción de animación era más bien escueta, o inexistente. Afortunadamente ese panorama ha cambiado. Ahora contamos con superproducciones de animación de la talla de Ogú y Mampato en Rapa Nui o Papelucho y El Marciano, o con cosillas modestas pero bien hechitas como la serie Diego y Glot, Villa Dulce, etc. Atrás quedaron las animaciones sin voz de Condorito, y las nuevas tecnologías nos han dado la posibilidad de ser ambiciosos no solo en la forma, sino también en el fondo. Dese una vueltecita por YouTube y encontrara cortometrajes de stop motion, nanometrajes caseros pero despampanantemente bien logrados, y después me cuenta si en Chile no hay talento para la animación.
Pero hace millones de galaxias, antes de que la computación fuese nuestra aliada, cuando todo estaba en nuestra contra, un dibujante chileno pudo abrirse paso en el territorio de la animación, y en tierra extranjera más encima. Así es, este dibujante tuvo un lugar en el Panteón de los chilenos que triunfan fuera de su tierra, junto a Raúl Ruiz, Pablo Neruda, Alejandro Jodorowski, Félix Vega, Leonor Varela, el toro chileno de Jurassic Park, Tom Araya o el guatón de Lost. (Lo siento Angélica Castro, tu cameo en El Rey Escorpión no basta para un lugar en el Panteón). Este dibujante ha colaborado muchas veces en productoras extranjeras como Hanna Barbera, y en su curriculum está la creación del glotón y cobarde gran danés Scooby Doo, que viaja en su sicodélica, groovy y a gogó Máquina del Misterio, que suele estropearse frente a casas tenebrosas en parajes inhóspitos, junto a la sexy Dafne, la intelectual Vilma, el “espabílate y comete a Dafne” Fred, y el por siempre hambriento, cobarde y según fuentes no confiables marihuanero Shaggy. El dibujante es Álvaro Arce (en la foto principal), y se hizo presente parala ComicCon, instancia que aprovechamos para entrevistarlo y conocer el mundo de la animación dentro y fuera de Chile.
¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar en el mundo de la animación fuera de Chile?
AA: Estoy muy contento de estar acá, y de ver que todos mi trabajo de tanos años es reconocido. Fue harto trabajo pero rindió sus frutos. Estoy muy contento por esto.
¿Actualmente en que proyectos está usted embarcado?
AA: Yo Actualmente estoy haciendo ilustraciones y series de ideas para Estados Unidos y Europa, básicamente. Acá en Chile todavía no, nada. Así que, bueno, algún día, saldrá algo.
La frase “Nadie es profeta en su tierra” cobra más fuerza que nunca en esta parte de la entrevista. Resulta paradójico que para que la animación repunte en nuestro país, es necesario salir a buscar las oportunidades y contactos allá afuera. ¿Cuál será la causa? ¿Falta de apoyo, de recursos? ¿Necesidad de recibir instrucción en Estados Unidos, Europa o Japón, paraísos de la animación?
Según su opinión, según su experiencia, ¿Cómo ve usted la posibilidad de que un dibujante chileno pueda abrirse paso en un contexto más internacional, como le pasó a usted, que son bastante pocos los que lo han logrado?
AA: Muy pocos, muy pocos. Yo pienso que tienen que ser muy buenos dibujantes, porque hay mucha competencia por allá, gente muy buena. Y si alguno quiere irse a Estados Unidos o Europa, que hable conmigo, yo los guío.
¿Algún consejo que quisieras darle a las personas que están interesadas en trabajar como dibujante, que es una manera muy difícil de ganarse la vida? Creo que dentro de los artes, ya es difícil ser escritor o músico, pero dibujante…que consejo podría usted darles a estas personas?
AA: Bueno, que sigan progresando, que sean lo mejor posible, no tan solo mediocre, tienen que ser siempre de alto nivel, ok? Y si alguna persona, se los digo nuevamente, quiere progresar un poco más en esto, en la parte internacional, que se comunique conmigo, que vean mi sitio web. WWW.ALVAROARCE.COM.
Álvaro pone como primera condición el talento y el perfeccionamiento. Es curioso pensar, sin embargo, que el abanico de posibilidades puede sustentarse a veces no solo en la parte gráfica, sino en el contenido. Ejemplos sobran: Los Simpsons, South Park, son animaciones que destacaron más por el argumento que los dibujos. Nickelodeon o Batman: La serie animada, han demostrado que un buen dibujo no necesariamente implica que este sea realista. Por citar algunos ejemplos nacionales, recuerdo Villa Dulce, Renata, etc. Aun así, sin duda la calidad para dibujar debe ser un caballito de batalla no menor para quien ose aventurarse por países donde debe haber seis animadores por metro cuadrado. Quizá no tanto por el coladero de calidad, sino por la capacidad de esforzarse y el ímpetu de desarrollar las habilidades dibujísticas a un nivel lo suficientemente ambicioso para triunfar y ser reconocido.
¿Qué opinión tiene usted de la evolución que ha tenido el mercado de animación en Chile, que antes era poco y nada lo que se producía, si pensamos en quince años atrás?
AA: Bueno, yo llegue hace 16 años, y yo fui uno de los iniciadores de este movimiento, que estás viendo tu ahora. Ya ha crecido, muchos de los que actualmente tienen una productora, han sido alumnos nuestros, mío y de mi socio, que en paz descanse, así que yo fui el que le dio el primer empujón al dibujo animado aquí en Chile, así en forma internacional, ¿Me entiendes? Así que, está rindiendo sus frutos. Pero le falta mucho todavía.
Y para terminar, ¿Hay algún proyecto que tenga para mas adelante, que usted quiera compartir con nosotros?
AA: Una academia. Quiero armar una academia de verdad, para enseñarles a hacer dibujos animados de verdad, para que puedan salir al extranjero, y ganar harta plata.
Aaah, nos parece excelente. Muchas gracias.
AA: Ok. Gracias a ustedes.
¿Cómo la vieron? Academia de animación profesional, pero para proyectarse fuera de nuestro país. Ojalá que las nuevas generaciones prendan con este proyecto. Amo los monitos, y ver la película de carne y hueso de Scooby Doo me hace amarlos más. Ojala que los jóvenes talentos sean direccionados adecuadamente por la gente con experiencia. Te lo encargamos, Álvaro.
Por “El genial” Felipe Tapia.
1 Comment
son las 2:30 de la mañana si que lamentablemente no me explayare mucho pero quede impresionado con wxperiencias de vida tan enriquecedoras.
Se agradece la entrevista y en dar una muestra mas que hay muchos viejos pioneros dando vueltas por ahi.
Saludos!
Nicolás