Ciclo de cine clásico en el centro de extensión de la UC

 Ciclo de cine clásico en el centro de extensión de la UC

Del 14 al 22 de agosto. Muestra que recoge filmes realizados desde la etapa muda del cine hasta fines de la década del cincuenta y que engloba, por igual, vanguardia y tradición narrativa.

El período engloba por igual vanguardia y tradición narrativa pero, especialmente, cintas que a pesar de su importancia no han sido debidamente conocidas en el ámbito académico ni en el espectro de las salas de cine arte. Salvo quizás en los casos de John Ford, la mayoría son obras en cierto modo eclipsadas por el gran manto de los géneros o por filmes que han gozado de mayor prestigio en la trayectoria de sus directores. Eso ha ocurrido con películas como la espléndida The Unknown, trabajo precursor de Tod Browning, o de la magnífica Force of Evil, de Abraham Polonsky.

La muestra recorre casi cuarenta años de desarrollo de la narrativa cinematográfica, desde las incipientes manifestaciones de géneros, como el cine fantástico y gótico, hasta la consolidación del western y del cine negro. Agradecemos el apoyo del Goethe Institut por su contribución a este ciclo.

PROGRAMACIÓN

Mi 14, 16 hrs.

El Golem  (Paul Wegener/ Carl Boese, Alemania, 1920, 91‘)

Situada en los orígenes del expresionismo cinematográfico alemán, es una de las primeras cintas que recoge los elementos básicos de la historia de Frankenstein, aunque está basada en una leyenda checa. Segunda versión hecha con mayor presupuesto, se trata sobre un ser de arcilla que gracias al poder de un rabino, cobra vida para proteger a los judíos de la persecución en Praga en el siglo XIV. Sus decorados teatrales (a veces más cercanos a Mèliés que a Fritz Lang) y un gran trabajo del fotógrafo Carl Freund, contribuyen a darle ese carácter esotérico que siempre tuvo el expresionismo.

Mi 14, 19 hrs. / J 22, 19 hrs.

Tartufo  (F. W. Murnau, Alemania, 1925, 74‘)

El cuidadoso trabajo visual que Murnau realizó en este filme lo convierte en la mejor adaptación de la célebre pieza de Moliére. El director alemán ya había entregado dos obras maestras al cine alemán (Nosferatu y El último hombre), y aquí extiende las posibilidades de la historia al convertirla en un relato dentro de otro: un hombre ve una adaptación cinematográfica de Tartufo que hará eco en su propia vida. Más allá de la anécdota, está la lucidez de Murnau para situarse en el territorio de la autoconciencia cinematográfica. La cinta confronta dos estéticas fílmicas muy distintas (la suya y la de la película visionada) y con ello refuerza el carácter realista de la mirada de Murnau. Por ese concepto, Tartufo está entre las más importantes películas del autor.

Mi 14, 21:30 hrs. / D 18, 21:30 hrs.

El fantasma de la ópera   (Rupert Julian, EE.UU., 1925, 93’)

Más célebre que la versión de 1943 con Claude Rains, o que la de la Hammer de 1962 con Herbert Lom, es esta lujosa adaptación del clásico de Gaston Leroux que inmortalizó a Lon Chaney. Julian, neozelandés que comenzó como actor en Universal hasta que su éxito lo hizo pasar a la dirección, realizó cerca de sesenta películas entre cortos y largometrajes, pero ninguna superó en su suntuoso manejo estético ni en calidad a esta exitosa cinta. Ojo con la escena del baile de máscaras minuciosamente coloreada a mano.

J 15, 16 hrs.

The Unknown  (Tod Browning, EE.UU.,  1927, 63’)

Antes de obras fundamentales del cine de horror como El circo Barnum (Freaks) o Drácula, Tod Browning realizó esta joya –que se mantuvo décadas perdida– como su más bizarra creación. Lon Chaney es Alonzo, el hombre sin brazos que como coartada de su pasado delictual trabaja en un circo utilizando sus pies para lanzar cuchillos. Enamorado de Estrellita, Alonzo se enfrenta a Nanon, el musculoso, por el amor de la mujer quien, sin embargo, aborrece el contacto masculino. La fauna de The Unknown es la antesala al El circo Barnum, pero lo perverso de este filme no está en utilizar a fenómenos reales, sino en su atmósfera pasional, aterradora y podrida.

J 15, 19 hrs.

Johnny Guitar  (Nicholas Ray, EE.UU., 1954, 110’)

Es evidente que la estatura del héroe –un pistolero de gran habilidad que regresa a la casa de su ex amante–está más cerca de Rebelde sin causa que de Más corazón que odio. Su naturaleza frágil y errática –fracturada por su debilidad hacia una mujer fuerte- es parte del itinerario dramático con que Ray construía sus relatos y definía las pasiones en juego. Pero aquí hay un detalle adicional. Johnny Guitar es el enfrentamiento entre dos mujeres portentosas: Viena (Joan Crawford) y Emma (Mercedes McCambridge), cuyo rojo dominante, como en tantas películas del realizador, será el reflejo de la pasión extrema.

J 15, 21:30. / Mi 21, 16 hrs.

La Venus rubia  (Josef Von Sternberg, EE.UU., 1932, 93’)

Pocas veces la pasión de un director hacia su actriz se reflejó tanto en la pantalla. Marlene Dietrich, con quien mantuvo una relación afectiva y profesional, actuó para él en ocho películas entre 1930 y 1935. En esta cinta, que narra el ascenso y caída de una corista enamorada de un científico (Herbert Marshall), da cuenta del estilo suntuosamente erótico del cine de Sternberg.

V 16, 16 hrs. / Mi 21, 21:30 hrs.

Duelo al sol  (King Vidor, EE.UU. , 1946, 144’)

Obra de un erotismo rabioso, su desmesura se debe probablemente al encuentro entre un director intenso como King Vidor y un megalómano irremediable como el productor David O. Selznick. Aunque Vidor perdió la batalla por el filme –fue despedido poco antes de finalizar el rodaje-, queda sobre todo su talento cromático y la energía de esta historia sobre una mujer mestiza (Jennifer Jones) que es cortejada por dos hermanos terratenientes –Joseph Cotten y Gregory Peck– y que su naturaleza la lleva a enamorse del peor de ellos.

V 16, 19 hrs. /  J 22, 16 hrs.

La bella y la bestia  (Jean Cocteau, Francia, 1946, 96’)

Cocteau se encuentra estilísticamente en el extremo opuesto de Renoir. Su narrativa muchas veces es suntuosa y recargada, por eso no es extraña su inclinación  hacia esta historia sobre una mujer prisionera en un castillo embrujado para saldar la deuda de su padre. Puede ser que la retorica visual de Cocteau haya envejecido con los años, pero la poderosa imaginería que el realizador construye –desplegada en totalidad gracias al trabajo de Henri Alekan en la fotografía- sigue siendo deslumbrante.

V 16, 21:30. Mi 21, 19 hrs.

Force of Evil  (Abraham Polonsky, EE.UU., 1948, 78’)

Este fue el filme debut de Polonsky y forma parte de la vertiente más pesimista del género negro. Un abogado trabaja para un capo de la mafia que desea controlar totalmente el juego ilegal en Nueva York, hasta que en ese objetivo se cruza el hermano del protagonista y la sangre familiar termina siendo más fuerte. La intensidad narrativa de Polonsky, junto al trabajo excepcional de John Garfield como el abogado son los puntos altos de este filme, además del gran trabajo en exteriores que todavía no era común en el género. El triste padecimiento de Polonsky, y sobre todo de Garfield, durante la Caza de brujas, hacen que este filme sea particularmente más sombrío.

S 17, 19 hrs.

Río grande  (John Ford, EE.UU., 1950, 105’)

Después de Fuerte apache (1948) y La legión invencible (1949) Río grande cierra un férreo tríptico sobre la caballería norteamericana. La historia sigue al duro Coronel Kirby Yorke, en medio de la defensa de una fortaleza cercana al territorio mexicano. Como en otros filmes de Ford la tensión se reproduce al interior del clan cuando el hijo de Yorke, luego de un deshonroso paso por West Point, llega a instalarse en el fuerte. Hasta allí también llega la madre del muchacho para protegerlo del ataque de los indios y también de la severidad de su padre.

S 17, 21:30 hrs.

Godzilla (Ishiro Honda, Japón, 1954, 96’)

Un hito en su país y un éxito internacional casi tan determinante para el cine japonés como la irrupción de Rashomon en el Festival de Venecia en 1951. Godzilla estableció una franquicia que originó más de una docena de secuelas en las siguientes dos décadas y definió una estética que perdura hasta hoy. Como en las cintas de ciencia ficción estadounidenses, el terror nuclear es el origen de este monstruo que crece y amenaza la supervivencia de Tokio.

D 18, 16 hrs.

El ladrón de Bagdad  (Michael Powell, 1940, R.U., 106’)

Este director inglés (Las zapatillas rojas, El fotógrafo del pánico) siempre prefirió el cine en colores y de ello da cuenta esta lujosa producción de Alexander Korda que ya tenía una espléndida adaptación muda de 1924, a cargo de Raoul Walsh y protagonizada por Douglas Fairbanks. La versión de Powell –que codirigió con Ludwig Berger y Tim Whelan– tiene a Conrad Veidt como el malvado visir que ha arrebatado el poder a Ahmed, el califa ciego que pronto cobrará venganza. Abu es interpretado por Sabu, joven actor de origen indio luego nacionalizado estadounidense.

D 18, 19 hrs. / J 22, 21:30

Espías  (Fritz Lang, Alemania, 1928, 140’)

Rodado después de Metrópolis, este filme quedó enterrado por el resto de la obra de Lang. Puede que en ello influya el poco interés (exceso de sentimentalismo) que le concedió la investigadora Lotte Eisner en su célebre libro sobre el expresionismo. Lang retrata nuevamente una figura conocida –la del genio del mal ya delineada en Dr. Mabuse el Jugador-, que en este caso es un magnate bancario que ha puesto en jaque al servicio secreto. Más relajada que Metrópolis, Espías tiene un ritmo a veces frenético y secuencias brillantes que, junto al resto de las películas de Lang, ayudaron a dar forma al género de suspenso.

Entrada general: $2.500, convenios 2×1 (Club de lectores de El Mercurio, Grupo Cine UC, Credencial estudiantes y funcionarios UC, SCD).

Alameda #390.

Santiago.

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