“Batman: año uno”

Comentario del Genial Felipe Tapia

Después de ver “Batman: Año Uno”, queda confirmado que si Marvel lleva la delantera en películas Live Action, Dc se las manda en películas animadas. Pero ojo, que Marvel la lleve es en un sentido más cuantitativo que cualitativo, pues de  su ingente tiraje de películas solo una pequeña parte goza de calidad argumental. Y en las pelis animadas, se repite la misma lógica. Dc, si bien solo ha brillado en la pantalla grande por el cruzado de la capa (No hablemos de las olvidables Superman y Linterna Verde) ha llevado a cabo una línea de acción muy sensata y exitosa en sus películas animadas que no entiendo por qué Marvel no copia: El adaptar historias clásicas de los propios cómics, con un grado de calidad ya garantizado de antemano. Es cierto que Marvel está más preocupado de capturar a un público más juvenil y con el que proyectarse más comercialmente, y que ahora manda Disney, por eso no es de extrañarse que sus últimas adaptaciones tengan olor a Ben 10, pero nunca está de más cachiporrearse con una pieza bien hechita de adaptación animada de cómic, como lo es sin duda “Batman: Year One”.

La historia es de Frank Miller, aclamado en el mundo del cómic por sus trabajos en “Daredevil”, “Batman: The Return of The Dark Knight”, y “Sin City”, principalmente. Luego pasó a la fama por colaborar en el guión de “Sin City”, y por haber mancillado su reputación por una pésima adaptación de “The Spirit” que manchará su nombre por el resto de su vida, junto con los horribles cómics que ha sacado últimamente. Pero no se preocupe: Esta historia es de la época en que Miller todavía sabía escribir. El cómic vuelve a contar la historia de los orígenes de Batman en una época en que DC rehízo su universo, acabando con personajes innecesarios, integrando a personajes comprados a compañías en quiebra (De una de estas saldrían los Watchmen), arreglando incongruencias de los guionistas y cambiando el origen de la mayoría de sus personajes. Esta titánica pega se hizo en el clásico Crisis en las Tierras Infinitas y “Batman: Año Uno” es el nuevo origen del primer año en que Bruce Wayne decidió salir a la calle vestido de murciélago.

El cómic es de una calidad indiscutible, y la adaptación le va a la zaga. Una historia sobre una ciudad moralmente dañada, una policía corrupta y un par de hombres que luchan por no ver sofocado su idealismo. Lo más interesante de la historia es que el protagonista, la mayoría de las veces, parece ser el teniente Gordon, y no Batman. La historia es contada desde su punto de vista, y cómo la policía y la ciudadanía en general encajan la noticia de que un vigilante está limpiando las calles con una eficiencia que la comprada policía de Gotham dista mucho de tener. Gordon acaba de llegar a la ciudad y se verá desairado ante unos superiores y colegas más interesados en recibir sobornos e impartir brutalidad policiaca que en hacer su trabajo, por esto, el conocer a Batman le infundirá esperanzas para luchar contra el crimen, tanto en las calles como en la oficina. Y se dará cuenta de que muchas veces romper las reglas es una necesidad en Gotham, para no dejar ganar a los malos.  Además, debe lidiar con que su esposa está embarazada y no puede evitar la atracción que siente por una colega suya.

Paralelamente la historia nos muestra a un Bruce Wayne primerizo, que mete la pata y que no tiene mucha experiencia, que está construyéndose aún una reputación como el azote de los criminales, y se las verá de cuadritos enfrentándose tanto a malosos como a policías. Una muy buena historia que sirve como aperitivo a Batman: The Dark Knight Returns, la que todos los fans esperan que se mantenga en el nivel de calidad de su antecesora. Difícil, creo, pero no imposible.

No es la primera vez que DC acierta con una animación. All Star Superman nació de la misma fórmula, y es verdaderamente una lástima que Marvel no se ponga las pilas. Claro, con la plata que deben estar ganando con las adaptaciones reales, ni les debe preocupar.

Por Felipe Tapia.

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