Crítica de cine: “La leyenda de Hércules”

La Leyenda de Hércules: la licencia creativa

La Leyenda de Hércules es una historia fantástica: comienza cuando Zeus, picado de la araña como él solo, asume la forma de Anfitrión y embaraza a Alcmena. Su madre lo puso al cuidado y protección del centauro Quirón, quien lo entrenó en la mayoría de las artes de combate que lo harían tan famoso de adulto.

Anfitrión no sospechaba que Heracles (o Hércules) era hijo de Zeus y no suyo, hasta que le vio matar, siendo un bebé, a las tres serpientes que Hera, esposa de Zeus, había enviado para matar al niño en venganza por haber sido engañada. Anfitrión quiso matar a Heracles, pero Zeus no se lo permitió. Su hijo creció junto a su hermano Ificles, quien fue compañero suyo de aventuras y, aunque éste era hijo de Anfitrión y no de Zeus, le quería como un hermano, e incluso su hijo Ymeo fue compañero de aventuras de su tío Heracles.

Pero Hera seguía celosa y enojada por el adulterio de su esposo, y quería vengarse. Para esto, hizo que Heracles perdiera el juicio y asesinara a su esposa Megara y sus hijos. Como castigo, los dioses lo pusieron a voluntad del rey Euristeo, quien temía que Heracles le arrebatase su trono. Para deshacerse del semidiós, le encomendó doce trabajos que este llevó a cabo exitosamente: matar al León de Nemea, con cuya piel impenetrable Heracles se hizo una capa, matar a la Hydra de Lerna, con la ayuda de su sobrino Ymeo (hijo de Ificles), capturar a la cierva de Cerinia, matar al jabalí de Emiranto, limpiar los establos de Augias (desviando el curso de un río para que se lleve toda la cacuca), matar a las aves del lago Estimpalo, capturar al toro de Creta y padre del Minotauro, capturar las yeguas antropófagas de Diómedes, robar el cinturón de Hipólita, la reina de las amazonas (Con un poco de ayuda de su colega héroe Teseo), robar las ovejas del gigante Cerón, robar las manzanas de oro de las Hespérides (para lo cual tuvo que sostenerle un ratito el mundo al titán Atlas, mientras éste se iba a tomar un café, o robar las manzanas, no recuerdo), y finalmente descender al Hades y capturar a Cerbero. Y bueno, ya que estaba ahí, aprovechó el viaje para liberar al titán Prometeo de las cadenas que Zeus le puso como castigo por haberle dado el fuego a los hombres.

Por supuesto que Heracles tuvo muchas otras aventuras, como su participación en la colecta del Vellocino de Oro, junto a Jasón y los argonautas. Finalmente escaló el Olimpo y se convirtió en un dios más. Cuando los romanos invadieron Grecia, muchos dioses y personajes de esta cultura adquirieron nuevos nombres, y Heracles pasó a ser llamado Hércules. Y esa es la magnífica “Leyenda de Hércules”.

Por supuesto, me estoy refiriendo a la historia clásica de la mitología. La película estrenada, es un mamarracho salido de quién sabe dónde. Ah, sí, del director Renny Harlin, cuya versión del personaje podría ser considerada una libertad creativa, o una copia de historias como “El rey León” (1994) o la de Jesucristo y Herodes.

Hércules (Llamado por su nombre romano en Grecia, vete a saber tú por qué) es concebido gracias a la voluntad de Hera, quien es la que decide que su esposo Zeus cometa adulterio para darle a los humanos una suerte de salvador cristiano. Partimos mal. Que Hera apruebe y dictamine el nacimiento de Heracles fue pasarse por la raja toda la mitología anterior. Si aquella libertad creativa hubiese dado a luz una buena historia, habría sido justificable. En este caso, no lo es. Quiero dejar bien en claro eso: la película no es mala por no haber sido fiel a la historia original, es mala porque la historia es un refrito lleno de lugares comunes y una excusa para mostrar los pectorales y calugas de Kellan Lutz, el bobalicón musculoso de turno.

El protagonista no logra hacer una buena interpretación del héroe, se comporta más como un luchador de la WWF, el capitán del equipo de rugby o un bruto machaca cabezas. El resto de los personajes son solo clichés: el rey Anfitrión es el clásico soberano que teme que su trono sea usurpado, por lo que resuelve deshacerse de su hijo (aún no sabe que no lo es). Por supuesto Hércules escapa y vive de incógnito, esperando volver a su hogar y reclamar lo que es suyo, volviendo a la película una mala versión de “El Rey León”. Lo que hicieron con el personaje de Ificles es un absurdo: es el clásico hermano cobarde, ambicioso, envidioso y con mucha mala leche acumulada, en una incansable búsqueda de la aprobación de su padre. Como es de envidioso, se va a casar con Hebe, el amor de su hermano mayor (Que en la mitología es menor), y por supuesto, Hércules hará lo imposible por impedirlo, rebajando la historia clásica a una telenovela romanticona burda. Tampoco nos aclaran por qué pusieron a Hebe, la diosa de la juventud, hija y ayudante de Zeus, como la polola de Hércules, cuando ahí ella nunca fue humana, ni tiene nada que ver en esta historia. Otro personaje que no nos aclaran mucho es Quirón, que acá no es centauro, sino un humano viejujo ¿Lo hicieron para ahorrarse lucas? Finalmente, tenemos a Sotiris, personaje inventado que, bueno ya, se lo dejaremos pasar.

La película es bastante aburrida, incluso si uno no es tan purista como yo respecto a la historia original. Es solo un despliegue de violencia sin sentido, conflictos tontos y sobre todo, sumamente predecible. El héroe no despierta ninguna empatía o simpatía, y le hace un flaco favor al personaje en el que está basado.

El que se hayan tomado más libertades que Peter Jackson en “El Hobbit” no hubiese sido algo malo si hubiesen hecho una buena historia. Pero no fue así. Por ello, la culpa es doble: además de haber hecho una película mediocre, entregan falsa información sobre mitología clásica, confundiendo al espectador poco versado en el tema, quien verdaderamente creerá que así es la historia. Por eso esta crítica tenía como objetivo inicial aclarar los errores aquí perpetrados. Sí, un repulsivo amague académico y paternalista, un ejercicio de pedantería que creí necesario. Puede que me odien por ello, pero viviré feliz con ese odio si con eso logré el conocimiento de mitología clásica de al menos un ser humano. Cargaré con esa pesada carga, como Sísifo llevando la roca, o Prometeo siendo picoteado por el águila, o Atlas llevando el mundo sobre sus hombros. La comparación no es del todo absurda, después de todo, soy un titán de la crítica de cine.

Por ©Felipe Tapia, qué es lo que hace un crítico seduciendo a la vida