“Samurai X” Live Action: Rurouni Kenshin Kyoto Inferno y The Legend Ends
Hace algún tiempo hubo un régimen totalitario que duró más tiempo del necesario, y estuvo marcado por mucha violencia y desigualdad social, mientras la clase baja era constantemente oprimida por los poderosos. Pero ese gobierno llegó a su fin, y fue sustituido por otro más templado que prometía más justicia. Sin embargo, tras algunos años de transición la gente comenzó a darse cuenta de que este nuevo gobierno seguía reproduciendo las injusticias del anterior y favoreciendo a los mismos de siempre, ocasionando gran decepción entre los ciudadanos a quienes se les había prometido un cambio.
No, no estoy hablando de Chile, me refiero a la historia de Japón, al término del régimen de la dinastía del Shogun Tokugawa y el comienzo de la era del emperador Meiji, que a sus 17 años ya era regente de un país mientras yo, a mi 33 años, sigo sentado y escribiendo para una página de cine ¿Les queda alguna duda de lo injusto que es el mundo?
En este contexto histórico, cuando han pasado 10 años luego de la toma del poder a manos del gobierno Meiji, es cuando transcurre Rurouni Kenshin, también conocida acá como “Samurai X”, un manga que luego fue adaptado al anime en los años 90. Al igual que en la controvertida década noventera, la serie transcurre durante una etapa de “transición” política, cuando el viejo gobierno cayó y el nuevo lleva muy pocos años como para decir si es o no mejor que su antecesor. La serie comenzó con historias cortas, de corte costumbrista y a la vez humorístico, con un marcado subtexto político que les describí brevemente en los dos párrafos anteriores, aunque por supuesto de manera mucho más compleja. La serie fue uno de los primeros animes en la época en Chile que no estaba protagonizado por deportistas, robots o seres superpoderosos, aunque por supuesto las habilidades de los personajes estaban exageradas hasta la hipérbole. Con el pasar de los capítulos la historia fue adquiriendo cada vez más continuidad y seriedad, hasta desembocar en un crudo conflicto de fuerzas que encarnaban distintas visiones sobre la humanidad, la moral, la muerte y la justicia.
El éxito de la serie la convirtió en un clásico, y como todo producto rentable, pronto se le hizo una adaptación Live Action, que contrariamente a otras adaptaciones similares, demostró ser bastante digna y respetosa del producto original. La película fue emitida en el 2012 y fue reseñada en esta misma batipágina, en este batilink. Fue una acertada síntesis de la primera parte de la serie, y aunque tenía elementos de su propia cosecha, no prostituyó la obra original, como suelen hacer las adaptaciones. Pero carecía de algo muy importante: la historia de Kyoto, la más larga y que lanzó a la serie al estrellato, por sus indiscutibles niveles de calidad. Hubo que esperar dos años para que continuasen esta saga a partir de dos películas más, completando una trilogía, y francamente me alegro de que nos hayan hecho esperar tanto, para poder presenciar un producto digno y respetuoso.
Rurouni Kenshin: Kyoto Tayka Hen (Kyoto Inferno) y Rurouni Kenshin: The Legend Ends, fueron emitidas el 2014 y retomaron las aventuras de Kenshin Himura y sus compañeros desde el momento en que quedó la primera película, contándonos parte de su pasado como hitokiri (O destajador) y enfrentándolo con el implacable Makoto Shishio y su ejército de asesinos. En la segunda película, si bien se omiten algunos pasajes de la historia original, así como algunos personajes, esto es aceptable y entendible, ya que logran resumir lo más importante de la historia sin que se pierda la esencia de esta.
La adaptación está bien contada y mantiene el espíritu de la serie con actores de verdad, un desafío bastante admirable. La caracterización de los personajes está sumamente bien hecha e incluso Shishio se ve digno y no ridículo, un problema recurrente en la mayoría de los Live Action de anime, que parecen una excusa para hacer cosplay. Quizá el único personaje que se ve más ochentero que costumbrista es Cho, el coleccionista de espadas, pero es un detalle menor. Sobre todo porque es difícil caracterizar a un japonés con pelo de color, como rubio o pelirrojo.
Las escenas de acción son emocionantes y los diálogos profundos, y el traspaso de dibujos animados a actores de carne y hueso está muy bien logrado, sobre todo en el personaje de Sanosuke, quien acá se comporta como uno se lo imaginaría en el mundo real: provocador, insolente, impulsivo y sin pelos en la lengua. El único detalle que entorpece a ratos a estas dos películas es el mismo del de la anterior del 2012: las escenas humorísticas a veces no encajan en una historia de menor extensión que la serie, pero esta vez el recurso es manejado un poquito mejor, debido a que esta parte de la historia contenía mucho menos humor que la anterior.
La tercera película de la saga comparte varios puntos de la segunda, sin embargo tiene más fallas. En primer lugar, la historia cambia mucho más, hay un cambio significativo en el que Shishio y el Gobierno Meiji establecen una alianza que en el manga/anime nunca existió, incluo Kenshin es perseguido por la justicia en un giro dramático bastante absurdo e incoherente. Algunos momentos dramáticos de la serie son sustituidos por escuetos segundos que carecen de profundidad, como el entrenamiento con Hiko Seijuro.
Los miembros del Jupon Gatana son terriblemente mal aprovechados, y aunque se entiende que algunos no aparezcan, los principales pudieron haber sido perfectamente sustituidos por hampones comunes y ni se habría notado. La lucha entre Sanosuke y Angie es un espectáculo humorístico de lucha libre que adolece de todo el conflicto de fuerzas de la historia original, mientras que las peleas entre Kenshin vs. Soujiro y Saito vs. Usui son cortísimas y sin los diálogos y flashbacks que le daban sustancia. Además, la subtrama de Aoshi acá como que más estorba que aporta, personalmente habría preferido que se omitiera esta historia y se diese más tiempo en pantalla a Shishio y sus secuaces.
Sin embargo la mayoría de estas fallas son entendibles en un desafío que implica resumir lo esencial de la serie en dos películas, sin embargo me parece que la segunda quedó mejor lograda y sintetizada que la tercera. Pero un punto a favor son las escenas de combate, de corte mucho más realista que en la serie. Uno pensaría que esto es un problema, pero el hecho de que los combates tengan una estética más “sucia” y unas coreografías más verosímiles hacen que la historia se vuelva creíble y dramática. Por ejemplo, si se hubiesen incorporado escenas de acción más fantásticas tipo “El Tigre y el Dragón” probablemente no se habría logrado el mismo resultado.
En total la saga entera de Kyoto es resumida en dos películas de poco más de dos horas cada una, un trabajo mucho mejor que experimentos similares como Saint Seiya: La Leyenda del Santuario, que resumió más de 70 episodios en una hora y media, con resultados desastrosos. La trilogía Live action de Rurouni Kenshin es una que vale la pena ver, sobre todo para los nostálgicos que deseen revivir el anime que vieron de niños. Evidentemente no está a la altura de la serie original, pero les aseguro que no quedarán defraudados.
© Por Felipe Tapia, resucitado por medios sobrenaturales al tercer intento.
Fuente imagen: http://www.loveheaven07.com/
1 Comment
Yo he pasado mi infancia con este anime. Me encantó y llegué a ver todos los episodios varias veces, en ocasiones para entenderlos mejor dada mi corta edad en aquella época, puesto que ahora tan sólo cuento con 22 añitos 🙂
Pero he de decir que crecí junto a esta serie y fue mi anime favorito. Soy una nostálgica y, como tal, descubrí las adaptaciones a la gran pantalla y me emocioné al ver el gran trabajo que habían realizado con él, y no la chapuza que esperaba encontrarme. Estoy muy de acuerdo con la crítica, muy bien escrita, por cierto. Ciertamente esta trilogía tiene sus fallos y no es en todo exacta al anime ni al manga pero han sabido resumir lo más importante de la trama, entregándonos una historia bien contada, bien interpretada, bien ambientada y con unos personajes que nos arrancan una sonrisa cuando recordamos su aparición en la serie y su muy aproximada caracterización en la película. No puedo más que darle mi voto positivo, ya que valoro enormemente el esfuerzo y la dificultad que supone adaptar estos tipos de animes/mangas sin que quede algo ridículo y/o grotesco como resultado. Conozco toda la historia del anime y comprendo la omisión de ciertas escenas, no tanto la ausencia de ciertos personajes esenciales, pero aún así, y para finalizar, decir que no quedé nada defraudada.