One Piece Film Red: Una oda a la música y a los fans

Lo diré de una vez: Film Red es una película que no hay que perderse, en especial aquellos fans de la obra de Oda (sean estos viejos o nuevos). El filme dirigido por Goro Taniguchi (considerado como la primera persona que animó a Luffy) y escrito por Kuroiwa Tsutomu, es una montaña rusa de emociones que no te deja de impresionar hasta que empiezan a rodar los créditos.

En primer lugar, posee un guion muy fluido, puesto que te mantiene centrado en la historia las dos horas completas, atrapando al espectador con ingeniosos saltos temporales e introducción de nueva información clave para que, mientras se sigue desarrollando la historia, el público pueda ir dilucidando que podría pasar después ahora que se han enterado de estas pistas. En palabras simples, es un divertido relato de misterio, amor, amistad, aventura y acción combinados en una explosión de música y colores que invitan a no apartar la mirada.

Por otro lado, tenemos la música, un pilar fundamental de la trama, por lo que deja atrás la idea de acompañamiento para ser una guía de las acciones de los personajes y de la aventura que se desarrolla alrededor de ellos. Considerando lo anterior, aquellas escenas enfocadas en lo melódico también pasan a tener un desarrollo más elaborado que otras secuencias, demostrando un trabajo impecable de color, dibujo y animación. Aunque, sin duda alguna, la característica que se roba el espectáculo es la voz de ADO en su papel de Uta, quien fácilmente deja atónitos a los que estén sentados dentro de la sala de cine, puesto que la piel llega a ponerse de gallina cuando la interprete llega a notas altas o cambia bruscamente el compás de las melodías, una artista que se aprovecha de manera magistral a lo largo de todo el filme.

En lo que respecta al apartado visual de Film Red, hay una hermosa propuesta de escenarios, junto con diseños de personaje muy atractivos e interesantes, pero, a pesar de ello, algunas bajas en la calidad de la animación no pasan desapercibidas, en especial para aquellos fans que ya están disfrutando del arco de Wano. A pesar de estas pequeñas bajas, mientras avanza el filme nos damos cuenta de que se reservó lo mejor para lo más importante, es decir, las secuencias de pelea y los momentos emocionalmente fuertes para el relato, puesto que es aquí donde los animadores trabajan cada detalle, rodeando las secuencias de fluidez y simbología.

Ahora, One Piece no podría ser lo que es sin la emoción y la construcción de sus personajes, cosas que esta película explota de forma maravillosa con su antagonista, personaje que vemos decaer mentalmente a lo largo de todo el filme y nos hace preguntarnos lo que podría ocurrir si alguien idealista llega a poseer enorme poder en un mundo incapaz de darle lo que más desea. Este mismo dilema se cruza con conceptos tan importantes como la libertad, el bien, la justicia, la felicidad, la familia y lo verdaderamente fuertes que pueden llegar a ser las personas a la hora de aferrarse a la vida.

Finalmente, a pesar de que esta película puede ser vista tanto por fans y no fans de la obra de Oda, el filme golpea de manera especial a la nostalgia de los fanáticos, ya que cuenta con una variedad de cameos solo identificables para quien esté al día con la historia principal del manga/ anime.

Realizado por Josefa Pinto G.