Mitad de temporada 8 de “The Walking Dead” ¿La tomamos o la dejamos?
Finalizó la primera mitad de la serie de zombies, y habrá que esperar hasta finales de febrero para su regreso. Como siempre, el episodio final mantuvo a la audiencia con el alma en un hilo, y acabó con un cliffhanger que nos enganchó para su vuelta. Pero ¿Hasta qué punto?
No es un secreto que la serie ha bajando su popularidad y audiencia, y es que cuesta conservar la frescura en la octava temporada. Pero pareciera que los creadores de la serie, en lugar de corregir lo que se ha estado haciendo mal, insisten en cometer los mismos errores, en un acto de arrogancia que les puede salir caro.
Desde hace ya varias temporadas que la lógica ha sido la misma: rellenos infumables, escenas de más, conversaciones que no llevan a ninguna parte y episodios prescindibles. La mayoría de las veces, el primer y octavo episodio de la temporada, junto con el 9 y el 16 (Los primeros y últimos de cada mitad) son memorables y tiran toda la carne a la parrilla. Esta vez no fue la excepción, mostrándonos que la ley de Murphy es cierta al afirmar que si algo puede salir mal, saldrá mal. Prácticamente todo lo que podía fallar lo hizo, y temimos a cada minuto por la suerte de los cada vez más numerosos personajes. El problema está siempre con los episodios que hay entre medio. Negan y Gabriel estvieron varios episodios encerrados, y se insiste en alargar lo inalargable, solo para aumentar el número de capítulos y sacarle todo el jugo a la historia, basada en el comic de Robert Kirkman. Y personalmente esto no puede seguir así y es un suicidio televisivo.
Una audiencia fiel tiene sus límites, y si he dejado pasar los rellenos injustificados ha sido precisamente por los buenos momentos que ha tenido la serie. Y en este punto, estoy considerando seriamente abandonarla, porque no estoy dispuesto a mamarme varios episodios malos solo por uno o dos buenos. Basta de esos episodios en los que van a buscar rieles de cortinas porque la vida sin rieles de cortinas no vale la pena. En serio, si no hacen algo por la narrativa de la serie, la audiencia seguirá bajando. No importa cuántos anzuelos impactantes usen.
De verdad, aunque Carl sea mordido, aunque Negan se opere para ser mujer, Daryl y Eugene se insulten por Twitter o Morgan sea sorprendido en una camioneta con un grupo de menores de edad, los fans acabarán cansándose. No basta con finales de temporadas impactantes, la historia debe tener más calidad y el chicle debe dejar de estirarse. Si lo siguen estirando para sacarle el jugo a la franquicia, van a terminar aburriendo al espectador. Yo, al menos, estoy considerando darle la última oportunidad a la serie, porque de verdad prefiero gastar mi tiempo viendo programas mucho más pulentos como la serie “Dark” o “Trending Cine”, que puedes ver en este link. No sé, juzgue usted si le damos una oprtunidad a los zombies o no.
Por Felipe Tapia, el crítico por el que se sacrifican cientos de vírgenes y animales en peligro de extinción para su egoísta placer personal