Crítica de “La Jauría”: Tocan a una tocan a todas

 Crítica de “La Jauría”: Tocan a una tocan a todas

Increíble, es la única palabra que realmente describe esta nueva mega producción audiovisual llamada “La Jauría”, producida por la reconocida productora “Fábula”, la filial británica “Fremantle” y “Kapow”, para la destacada plataforma de streaming “Amazon Prime Video”.

La serie dramática y de suspenso, cuenta la realidad de muchas mujeres, quienes son sobrevivientes de violencia de género o la están sufriendo. Todo comienza cuando un grupo de estudiantes decide tomarse su colegio, con el fin de denunciar los casos de acoso cometidos por un profesor. Sin embargo, un día desaparece la cabecilla de las manifestantes, Blanca Ibarra (Antonia Giesen), de quien no se sabe absolutamente nada, hasta que se viraliza en Internet un vídeo donde aparece siendo violada por cuatro personajes desconocidos.

Tras esto, tres policías de investigaciones descubren que todos los sospechosos del caso pertenecen a “La Jauría de lobos”, un juego virtual que consistiría en realizar actividades extremas, principalmente para vengarse de las mujeres. Es allí cuando comienza una gran batalla para detectar quiénes son los cabecillas desaparición y obviamente, quienes son los verdaderos involucrados de un hecho que desenredará más misterios de los pensados.

Selección de actores

En primer lugar, cabe destacar el maravilloso cast que participa en esta entrega, donde varios de los más grandes de los actores de la televisión chilena, son parte de esta gran propuesta. Entre ellos se encuentran: Antonia Zegers, Daniela Vega, María Gracia Omegna, Claudia Di Girolamo, Alfredo Castro, Luis Gnecco, Daniel Muñoz, Amparo Noguera, Francisco Reyes, María Di Girolamo, entre otros.

Sin lugar a dudas, el hecho de contar con grandes rostros que saben realizar buenas interpretaciones, es totalmente uno de los mayores plus que tiene esta serie, donde ninguna actuación tiene el problema de ser “sobre actuada” o sufrir una especie de “desnivel”, al mezclar la actuación de “tablas” con la de cámaras, como ha pasado en otras producciones. Aquí vemos realmente actores de pantalla grande y se nota en sus respectivos estilos actorales, por lo que le dan el toque de realismo que merece el tema.

Una gran historia

Cuando anunciaron el estreno de esta producción, para muchos fue una sorpresa y obviamente, se volvió furor considerando su tema principal a tratar, la violencia de género, un problema social que cada vez la sociedad comprende de mejor manera, uniéndose cada día más voces para luchar en contra de ésta.

Considerando esa perspectiva, esta serie muestra claramente y fielmente, lo que es y ha sido en los últimos años, la lucha contra la violencia de género, tipo de violencia que, históricamente, es más sufrido por las mujeres. Esto queda totalmente plasmado en la apuesta, donde no solo vemos personajes que sufrieron y luchan por el fin del abuso, sino que además, podemos apreciar claramente el cambio de quienes sufrieron producto del machismo.

Existe una transformación, tanto física como psicológica, de todos los personajes que sufrieron algún tipo de violencia, al punto de que se deja clarísimo en la narrativa el porqué los personaje son como son, el qué los llevó a ser quienes son finalmente en la realidad. Este punto, creo que es super importante y destacable, ya que es algo que pasa en la vida real. Cuando escuchamos en las marchas la frase “ya no tenemos miedo” es totalmente cierta, porque quien conoció el infierno del abuso ¿A qué le va a temer?

Más real imposible

Por lo mencionado anteriormente y por lo natural que se da la narración de la historia (creada por Sergio Castro y Enrique Videla), la cual tiende a fluir en todos los capítulos (exceptuando un poco el primero), creo que es un verdadero logro esta serie, ya que se logró plasmar tal cual la realidad que viven muchas mujeres, su lucha, en algunos casos sus miedos, porque lamentablemente, solo por ser mujer muchas veces se vive con el miedo de no volver a su respectivo hogar.

Esta serie, muestra realmente el lado crudo de la violencia, muestra ese rechazo que muchos, quienes justifican el machismo, sienten por quienes están sacando la voz. Expone la horrible realidad de que muchos casos, han sido ocultos alrededor de la historia por abuso de poder y muchos otros factores, que ha pesar de que en algún momento de la serie, pueden sentirse excesivos, son totalmente justificables en la narrativa y como dicen quienes trabajan detrás de cámaras, todo lo que sea justificable, está permitido.

Llena de psicología

Otro punto que quiero destacar, es el hecho de que se nota un previo estudio psicológico al momento de crear los personajes. Esto para mí marcó totalmente la diferencia en comparación con otras producciones, ya que logra mantener al espectador enganchado a lo que está viendo y queriendo conocer mucho más sobre los personajes, los cuales en su mayoría son expuestos con sus propios misterios.

También, me gustó mucho el pequeño guiño que se le hizo al clásico cinematográfico “El silencio de los inocentes” (1991). Creo que cuando un mini homenaje de un éxito, se realiza con el respeto que se realizó en esta serie y con la mezcla de la propia creatividad de los autores, es algo que se debe aplaudir. Más aún cuando resulta bien en pantalla, tal como es en este caso.

Historias basadas en hechos reales

Además de todo lo mencionado anteriormente, la historia de la serie está basada en varios hechos reales, no solamente en el que en la mayoría de la prensa se anunció, que es el caso de “La manada” en España, el grupo de hombres que de manera colectiva violaron a una joven.

En esta oportunidad, también se basaron en el terrible caso de “La ballena azul”, un “juego” que se expandió por Internet, donde quienes participaban recibían ordenes que debían cumplir, ya que si no lo hacían, eran amenazados. Cabe destacar que, este juego afectó a niños y jóvenes de distintas partes del mundo, y era liderado por un sujeto que creía que con menos personas, el mundo, éste estaría mejor. Lógicamente, en la serie no se plantea tal cual este juego, sino que está “basada en” y mezcla la historia con otros factores.

Otro caso que sin lugar a dudas se tocó en la serie, es el nacional que causó escándalo durante el año pasado llamado “Nido.org”, el cual consistía en la creación de una página web, donde hombres y jóvenes compartían “packs” de menores de edad e incluso, en algunos casos solicitaban cosas más extremas de las menores, como sus direcciones u otras informaciones. Fue tanto el desenfreno de este caso, que se llegó a hablar incluso de secuestro.

Con respeto ante todo

Todo lo mencionado anteriormente, a pesar de no ser tratado como una “adaptación” de los casos, sino que como un “basado en”, fue expuesto con mucho respeto y de una forma que, según mí visión, ayuda a las antiguas generaciones a notar la gravedad de algunos asuntos que antes no se detectaban o simplemente eran ignorados.

Personalmente, creo que fue un acierto el basarse en estos casos y valoro la responsabilidad con la que se expuso el tema de la violencia de género.

Un villano a prueba de todo

A pesar de todo lo bueno mencionado, debo decirles que la serie también tiene sus pequeños detalles. Entre ellos, el lograr despistar bien sobre el villano. Si bien, me gustó cómo se construyó el personaje, siendo bastante complejo y dinámico, pude detectar tres capítulos antes de “la gran revelación” quien era este personaje. Por lo mismo, siento que faltó un poco más de distracciones que involucren a otros personajes.

Gran dirección y edición

Ya hablando de la dirección, siento que fue bastante buena. Se nota la mano de los cuatro directores, que son: Marialy Rivas, Sergio Castro, Lucía Puenzo y Nicolás Puenzo.

Me gustó bastante el cómo se dirigieron las escenas, principalmente las escenas de acción o secuencia policíaca, donde realmente lograron traspasar la adrenalina que sentían los personajes. También, destaco muchísimo los juegos de cámara, ya que le daban un mejor ritmo a la entrega, sin contar que la mayoría de las escenas estaban maravillosamente compuestas.

Mí único pero, se sitúa en la edición de la serie, ya que en algunas escenas se logran apreciar errores de continuidad. Sin embargo, estos son mínimos y no llegan a confundir al espectador.

Sonidos que producen de todo

También, quiero destacar la maravillosa edición de sonido, la cual es muy precisa y logra causar muchas veces incomodidad, lo que se hizo con intención.

Finalmente, la canción seleccionada para esta propuesta “No estamos solas” de Ana Tijoux y Gabo Paillao, es perfecta. Entrega un gran mensaje político, logra perturbar y además, creo que representa bien la lucha contra la violencia de género que viven todos los días las mujeres.

Por todo lo mencionado anteriormente, creo que si quieren conocer una de las mejores series nacionales (por lejos), deben ver “La Jauría”. No solo por su gran calidad, sino que también por sus mensajes, los cuales dejan en claro que, a pesar de que en esta vida existen lobos, las mujeres pueden ser más que leonas. Las mujeres que han sufrido violencia de género pueden ser un verdadero Fénix, que si mueren renacen desde sus propias cenizas y al hacerlo, son mucho más fuertes que en el inicio. Por lo que, después de años de silencio, se lucha porque ninguna más sufra algo que no corresponde, porque ya no tocan solo a una, tocan a todas.

Por Francesca Massone C.

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