Crítica de Cine: “Trapezium y el Extraño Mundo de los Idols”

 Crítica de Cine: “Trapezium y el Extraño Mundo de los Idols”

Si eres fanático del anime desde antes de que fuera tan “mainstream”, incluso antes de que Shingeki no Kyojin fuera el único anime que veían aquellos que no estaban sumergidos en el peculiar nicho de la animación japonesa, entonces sabes perfectamente qué son las Idols y los incontables animes y las bandas basadas en ellas. Por si acaso, nunca has escuchado qué es una Idol y has clicado aquí por pura curiosidad, te explico: las Idols son, generalmente, grupos de chicas o chicos que bailan, cantan y aparecen en varios programas haciendo entrevistas, shows, etc. Hoy en día, los grupos de Idols coreanos son muy famosos entre los jóvenes.

Allá por 2011, entre el público de sitios antiguos como GaiaOnline o Tumblr, surgió un anime llamado The Idolmaster, y luego, en 2014, las Idols ganaron aún más popularidad con Love Live!. La historia de estas chicas que se esfuerzan por cantar, bailar y hacer sonreír a la gente conmovía tanto al público objetivo (jóvenes vírgenes y otakus japoneses) como al público accidental de Occidente (lesbianas, vírgenes y fanáticos del anime, me niego a llamarlos otakus, ya que ese es un fenómeno totalmente distinto en Japón).

Estos shows eran extremadamente populares. La verdad, es difícil explicar cuán populares eran si no estabas viendo anime en esa época, pero entre todos los que disfrutaban del nicho, ¡alguien en línea iba a hacer una publicación de The Idolmaster o Love Live!, haciendo casi imposible escapar de su influencia. Más importante aún, y aún más antiguo, Vocaloid era incluso más popular. Este último era un programa de síntesis de voz, acompañado normalmente de animaciones que, para la época, resultaban simplemente espectaculares; incluso si no te interesaban y estabas en internet, al menos habías escuchado “The World is Mine” una vez.

¿A qué quiero llegar con esto? En su mayoría, los shows de Idols no mostraban bien el lado oscuro de la industria. Hay muchos casos de abuso tanto mental como físico, desgaste, rumores, intentos de asesinato y expulsiones de miembros, lo cual ha terminado por deteriorar la salud mental de muchos.

Una de las cosas que los Idols, sin excepción, no tienen permitido es tener pareja. Los Idols le “pertenecen” a su público y a nadie más. Esto, sinceramente, puede causar un “shock” cultural en muchas personas, y con mucha razón. ¿Pero por qué pasa esto?

“La cultura de fanáticos de los ídolos está profundamente ligada a la relación parasocial y a la fantasía de novio-novia entre los fans y sus ídolos. La idea de que estás cerca y que tu ídolo te necesita puede llevarte a gastar más en mercancía y álbumes, lo cual también es rentable para la empresa. Así que, cuando un ídolo realmente empieza a salir con alguien, rompe la inmersión de que los ídolos son sus novios/novias, y es como una señal de que ya no respetan a sus fans (según los fans que tienen una percepción poco realista). La mayoría de las veces, las relaciones de los ídolos se exponen (…) una agencia de paparazzi; la compañía puede pagarles para que no expongan a la pareja, pero a veces el dinero no es suficiente, o la compañía está ocultando a una pareja más importante, así que les dan una pareja “más segura” para exponer.” Como lo explica wrthokhal en un foro de Reddit. Es algo muy… triste, si me preguntan mi opinión. No solo por la soledad que experimentan los fans, sino también porque estos chicos y chicas entregan toda su juventud a esto, solo para ser criticados constantemente por sus seguidores.

Esto termina afectando la salud mental de los Idols. Hay casos como el de una chica del grupo japonés AKB48, que, cuando un paparazzi le tomó fotos con un chico (presumiblemente su novio), fue expulsada del grupo por romper su contrato; en desesperación, ella se cortó todo su cabello y pidió disculpas mientras lloraba ante cámara. Lo que más deseaba era volver a bailar con sus compañeras. Hay otros casos similares, como el de las Vtubers (chicas y chicos que no muestran su rostro y utilizan un avatar de anime para hacer transmisiones en directo de videojuegos; además de esto, muchos también cantan y, al pertenecer a su público, son considerados Idols, aunque, en su mayoría, debo mencionar que no todos se adhieren a este rol). Cuando se descubrió que una de las chicas estaba casada con otro Idol, Mafumafu, las reacciones fueron extremas: los fans quemaron mercancía de ambos y recibieron amenazas de muerte, y muchos fans fueron a discord a gritar por el estrés de perder a su Idol. No bromeo.

No ha habido muchos shows o películas que en verdad critiquen esta cultura, solo puedo pensar en Perfect Blue o Key the Metal Idol, las cuales son difíciles de ver debido a su contenido. Los primeros episodios de Wake Up, Girls abordan un poco este tema al principio, cuando las protagonistas van a bares o tabernas donde hay hombres muy ebrios y terminan siendo estafadas por su manager.

Trapezium es la película de la que vamos a hablar (lo siento por lo largo de lo anterior, pero es necesario comprender muy bien la cultura de los Idols para poder ver esta película. Si alguien la ve sin estar informado, no va a entender nada; la película asume que ya sabes sobre el tema). Trapezium representa ciertos lados oscuros de la cultura de los idols (principalmente el desgaste físico y mental, las malas relaciones entre los miembros de la banda, cómo dejan su educación atrás, y más), sin ser excesivamente oscura, pero aun así mostrando consecuencias realistas.

Está claramente hecho para un público juvenil, entre los 13 y los 14 años, y enseña sobre la amistad, el esfuerzo por conseguir tus sueños, y la importancia de seguir intentando a pesar de los fracasos. Además, es una crítica comprensiva para los jóvenes japoneses que ven la película. Es algo muy inteligente; me sorprendió la creatividad de esta obra. Cuando uno cree que es otro más del montón, como Love Live (donde solo se muestran personajes tan tiernos que llegan a ser… irreales; las protagonistas son caricaturas, poco creíbles, que enfrentan situaciones divertidas), comienza una trama que me conmocionó bastante. Uno espera una película de “chicas esforzándose” y nada más, para luego ser golpeado en el rostro por las consecuencias de las acciones de los personajes y la dura realidad de la industria.

La película trata sobre Yu Azuma, quien al principio no revela sus intenciones. Ella entra en un colegio al que no pertenece y, cuando ve a una chica de su edad jugando al tenis, decide jugar un partido contra ella. Sin embargo, Yu no sabe jugar al tenis, ¿entonces qué hace allí? A la chica contra la que juega le dice “Madam Butterfly” y pronto se hacen amigas. Es entonces cuando Yu menciona que una parte de su plan se ha concretado. Aquí empieza a surgir la sospecha de que tal vez Yu no sea una persona que realmente quiera hacer amigas, sino que, de alguna manera, está utilizando a las personas que conoce. Al hacer más amigas, descubrimos cuál es su plan: formar un grupo de Idols con chicas lindas. Sin embargo, cada chica de la que se va haciendo “amiga” tiene intereses muy distintos. Una de ellas, llamada Taiga, está en una escuela especializada en programación y forma parte de un club de robótica. No podría ser más distinto a estar en un escenario y bailar hasta casi desmayarse.

Descubrimos cuáles son las reglas que Yu se establece para llegar a ser una Idol: “No usar redes sociales”, “Nunca tengas novio”, “No destaques en la escuela” y “Haz amistad con chicas hermosas del norte, sur, este y oeste”. Eso sí, ella busca gente que destaque; no solo tienen que ser chicas hermosas, sino que también deben “brillar” en lo que hacen. Esto se convierte en un problema cuando se encuentra con Kamei, una amiga de la infancia que Yu ni siquiera recuerda. Esta última, no destacando en nada realmente (un punto que uno puede ver que a Yu le molesta muchísimo).

A lo largo del filme, vemos cómo Yu guía a estas chicas por el camino para convertirse en idols sin que ellas siquiera se den cuenta; cada vez se va acercando más y más a su objetivo. Utiliza métodos que son algo cuestionables, como hacer trabajo voluntario en un castillo con una torre que recientemente apareció en un videojuego famoso, lo que atrae a muchos extranjeros y personas de la televisión que cubren las actividades del lugar. En este lugar ayudan a personas con discapacidades y a personas de la tercera edad. Sin embargo, cuando la llaman para pedir ayuda, ella responde de manera fría. Después de todo, ¿qué le importa ayudar, si ya consiguió lo que quería? Son estas acciones y otras más las que van teniendo consecuencias bastante graves en el filme.

A medida que avanza la película, la inocencia de las jóvenes se ve cada vez más empañada por las duras realidades de la industria. Aunque el filme mantiene su tono ligero y tierno durante gran parte de la historia, estas pequeñas pistas de lo que está por venir comienzan a aparecer. La relación de Yu con Shinji, quien le presenta a Taiga (la joven interesada en la robótica) y que también está muy interesado en la fotografía, se convierte en una de las dinámicas clave. Aunque él les ofrece su ayuda, Yu deja claro que lo está utilizando para sus propios fines. Cuando Shinji se ofrece a tomarles fotos al grupo de amigas de Yu, ella se niega, ya que no pueden ser vistas con un hombre, aunque le agradece su gesto. Ambos saben que, una vez que Yu sea un poco más famosa, dejarán de ser amigos; no queda de otra, pero ambos están bien con ello. Es una relación de sinceridad con fecha límite, que se sostiene porque ambos comprenden lo que significa hacer todo por una pasión. Sin embargo, esta interacción resalta la frialdad de Yu, a la vez que ofrece una dimensión emocional bastante interesante. El enfoque de Yu está completamente centrado en lograr sus objetivos, sin importarle las emociones ni las conexiones genuinas con los demás. Además, demuestra lo decidida que está para cumplir sus metas, sin vacilaciones.

Estas escenas sirven para mostrar las intenciones y pensamientos que Yu oculta hacia las otras chicas. Ella es completamente sincera con Shinji, lo que se puede interpretar como una exposición bastante directa al público. Normalmente, los animes pecan mucho de ser muy explícitos en cuanto a los sentimientos de los personajes. Usualmente, si un protagonista dice cómo se siente, no hay que leer entre líneas; simplemente dice lo que piensa y punto. Sin embargo, lo que hay que notar es que hay ciertas frases que se dicen entre ellos dos que realmente dicen más de lo que aparentan. Por lo tanto, sería interesante ver esta película con alguien y notar esos detalles.

La película explora muchos temas, pero todos se sienten sincronizados. He leído algunas críticas en “X” que sugieren que debió ser una serie de 12 capítulos. Coincido en que hay muchos temas, pero todos están bien integrados en la trama, y siento que un anime de 12 capítulos habría sobreexpuesto varias de las tramas. Sobre todo la segunda parte de la película, que me pareció interesantísima, es como si cambiara de género, pero aun así se mantienen todos los temas propuestos. Aunque los personajes digan muy literalmente lo que piensan, de eso no hay duda. A pesar de esas imperfecciones, no me molesta en absoluto. Siento que es una muy buena película, y estar excusando cada falla en cualquier filme es agotador. Sin embargo, creo que no deben basarse en las opiniones “generales” de internet; estas siempre cambian y es cansado escuchar una y otra vez las mismas palabras de Youtubers e Influencers. Piensen por ustedes mismos. Se los ruego, hace que las discusiones sobre las cosas sean mucho más interesantes.

La intro, o como decimos nosotros los fans de anime, el opening, está hecho por la Vtuber Hoshimachi Suisei, lo cual llega a ser un poco irónico. Aunque, de mi parte, sí me gustan mucho las Vtubers y me ayudaron muchísimo durante la pandemia (aunque no estoy para nada de acuerdo con los contratos que tienen, que les prohíben tener pareja, por lo menos a las Vtubers las tratan mejor, pues solo tienen que jugar videojuegos y hacer canciones; sin embargo, como demostramos anteriormente, también tienen varios hechos polémicos). Es por eso que entiendo por qué Yu quiere ser una idol: realmente les trae felicidad a las personas.

En cuanto a la animación, está excelente. Cada personaje, con sus movimientos y poses expresa claramente lo que quiere. Se nota la mano individual de muchos de los que trabajaron en la obra, por lo que ciertas escenas tienen, por así decirlo, una filosofía de movimiento, y al siguiente plano esa filosofía cambia. Esto ocurre en varios animes con los conocidos “Sakugas” (cuando la animación mejora significativamente de un plano a otro), y hace que el salto sea bastante notorio. Normalmente, esto me deja impresionado por la huella que dejan los animadores de fotogramas clave. Sin embargo, aquí debo admitir que esto me resultó un poco molesto, aunque solo experimenté esa incomodidad en dos planos. Como alguien que estudió animación, me gusta hablar de estas cosas.

Siguiendo con el apartado artístico, tiene una línea muy delgada, extremadamente delgada, al punto que, en ciertas partes de los modelos de los personajes, el color se mezcla un poco con las líneas. Sin embargo, esto no es malo en absoluto; al contrario, termina siendo bastante elegante.

El uso del color también es extremadamente interesante. La paleta de colores combina tonos como azul y café en los ojos, y es tan interesante como atractiva.

…..Aunque hay una parte del plan audio visual que no me gustó, debo de admitir, molesta demasiado, y es en una escena larga.

No es extraño que el anime ocupe CGI (modelos 3D). Shingeki no Kyojin popularizó secuencias impresionantes con el 3D en los fondos, lo que facilitó la animación y permitió un mayor movimiento de cámara. Me explico: los personajes están hechos en 2D, pero el movimiento de cámara se da en un espacio 3D, lo cual significa que se puede planificar el movimiento de manera mucho más rica y fluida.

Fíjense en esta escena (disculpen que no tenga la música original) de Kimetsu No Yaiba, no soy fanático de este anime, no me impresionó en cuanto a la trama, pero en cuanto a la animación y el movimiento de cámara, cualquiera puede notar que es un 10/10. Y esa escena en la que caen, para cualquiera que sepa aunque sea un poco de animación, sabe que es una obra maestra.

He aquí el problema: el filme utiliza esta técnica de movimiento en espacios 3D (no tan loca como lo que acabamos de ver), pero hace que el movimiento de cámara se sienta exquisito. Sin embargo, en una escena bastante larga en la que las chicas bailan, utiliza un CGI (que es típico de los animes de idols) que te saca mucho de la escena, pues los modelos cambian muchísimo. No es sorprendente que esto pase; las escenas de baile son complicadísimas de animar y toman mucho tiempo. Sin embargo, sigue siendo algo que desconcierta.

En conclusión:

Espero que quienes no hayan conocido la cultura de los Idols, que tanto se ve en Japón y Corea, hayan aprendido un poco sobre esta industria y lo cruel que puede llegar a ser. Además, ojalá les dé ganas de ver esta película. No es para todos, eso está claro, pero para quienes les guste el anime, vale mucho la pena por lo menos experimentarla.

Del escritor que recién publicó su primer libro, Escuadrón Cattus, se despide, Pedro Ascui.

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