Crítica de cine: “Thor: Un mundo oscuro”
Afortunadamente, mejor que la primera.
Hace millones de años, Malekith (Christopher Eccleston) líder de los elfos oscuros trató de destruir el universo mediante una fuerza llamada “aether”. Bor, el padre de Odín (Anthony Hopkins), los exterminó y contuvo el “aether” en una columna de piedra sepultada. Sin que nadie se percatara, Malekith escapa, con la esperanza de que algún día, el “aether” pueda ser recuperado para terminar lo que empezaron. En la época presente, en el reino de Asgard, Odín debe enjuiciar a su hijo adoptivo Loki (Tom Hiddleston) por su traición y enviar a su otro hijo, Thor (Chris Hemsworth), a devolver la paz a los nueve reinos. Mientras tanto en la tierra, Jane Foster (Natalie Portman) y su equipo se encuentra en Londres investigando una energía anómala como la que solían estudiar en Nuevo México cuando conocieron a Thor. Cuando Foster queda absorbida por un inesperado portal, termina cara a cara con la piedra del “aether” lo que le trae terribles consecuencias. En Asgard, el portero Heimdall (Idris Elba), quien puede ver a todas las almas del universo, le indica a Thor que ya no puede ver a Jane, por lo que Thor regresa a la tierra para buscarla.
Resumir la trama de una película como “Thor, un mundo oscuro” es una tarea titánica, pues como buena adaptación de un comic Marvel, debe plantear un objetivo que afecte a nueve reinos, con dos planetas con historias paralelas, donde debe haber un solo protagonista (Thor), involucrar seres, mundos, conflictos absolutamente ajenos a nuestros referentes. Entonces el uso de arquetipos es fundamental. Debe haber quien haga de héroe y gente que lo ayude, y quien haga de villano y también gente que lo ayude. Debe haber magia, pero también pseudo ciencia ficción para explicarla. Pero con tantas sub-tramas y más encima en una secuela encapsulada en una especie de mini-serie cinematográfica de superhéroes asociados, la estructura clásica del género se hace chica. Es entonces donde esta película facilita el ejercicio y toma el interesante giro de transformarse prácticamente en una historia coral. Sin embargo, para ello, es imprescindible entregar la mayor cantidad de información en secuencias que varíen de absurdamente brutales a comedia pura.
Hace rato que Marvel decidió ampliar su mundo para dar cabida a un sinfín de historias entrelazadas y para ello, debió dar libertad y ceder un poco a la oscuridad de sus tratamientos cinematográficos. Es decir, alejarse de la “Nolan-nidad” de los Batman de DC, pero sin caer en el nivel de la primera trilogía del Hombre Araña o las películas de los 4 fantásticos. Algo más cercano a la audacia, humor y ritmo de la exitosa saga “Iron-Man”.
En esta continuidad temática, los eventos de “Un mundo oscuro” transcurren post “Los Vengadores” (2012) al igual que en “Iron Man 3” (2013). Es decir, “Thor 2” es algo así como “Thor 3”, “Los Vengadores 2”, etc. donde no están exentos de reconocimiento el Capitán América o los agentes de S.H.I.E.L.D.. Sin embargo, la película debe intentar en la medida de lo posible sostenerse por si misma.
Por esta especie de ensalada rusa de súper seres, es que el elemento externo de Thor se convierte a la vez en un distractor, pues lo ajeno a la película debe ser re-contextualizado y explicado en base a diálogos. Los llamados “Huevitos de pascua” (Easter Eggs), esos chistecitos que son la comidilla de los fieles seguidores de todas las películas Marvel, están a la orden del día. Hasta Stan Lee repite su cameo a-la-Hitchcock en una escena cargada de humor. Incluso, se podría decir que una película Marvel sin Stan Lee no es una película Marvel.
La distracción también se extiende cuando durante la lucha entre los bandos, se llega a un nivel de destrucción tal, que supera la contención de la película aceptada por la verosimilitud. Es decir, están destruyendo una ciudad ¿Dónde está Iron Man?, porqué no ayuda. ¿Y los agentes de S.H.I.E.L.D? ¿Capitán América? ¿Alguien?. Esos agujeros argumentales son difíciles de explicar una vez que surgen. Afortunadamente, el ritmo de esta película esquiva esos baches rápidamente y logra hacer avanzar la historia en forma exitosa hasta su final.
La verosimilitud imprescindible de esta película la otorga en una primera dimensión los efectos visuales realistas. Como el CGI del siglo XXI se ha transformado en una trampa donde el exceso ha sido la debacle en la calidad de una franquicia (léase “Transformers”), Alan Taylor, como el director prudente que es (lo avalan nueve episodios de “Los Soprano” y seis de “Juego de tronos”), sabe que debe poner carne en la parrilla, pero no toda. Si, hay excesos, pero soportables, como cuando un jugador de fútbol golpea a un contendor por querer llegar a la pelota. Los FX están a la orden de la historia, una que sería imposible de contar sin la parafernalia.
También permite la verosimilitud una buena construcción de personajes, donde importan mas sus acciones antes que cuestionar el porqué son como son. Thor, es un dios vikingo, porque los vikingos lo vieron como a un dios. Él sólo es un extraterrestre bonachón, casi inmortal, con la capacidad de empatizar con cualquier ser digno de respeto dentro del universo. En ese sentido, Thor no se espanta al ver un primitivo automóvil terrestre, habla inglés (porque literalmente es el idioma universal) y en su casa toma cerveza hecha en Asgard. Y Asgard ni siquiera es un planeta, es una especie de limbo espacial con gravedad y atmósfera terrestre. Es decir, en una película sobre Thor, cualquier cosa puede ocurrir. Nada es creíble, pero de algún modo, los realizadores de estas películas logran darle esa necesaria verosimilitud.
“Thor” (2011) era una película algo más lenta que esta secuela. Presentar este universo increíble requería de cierto cuidado. En “Thor: Un mundo oscuro” simplemente toman la posta de esta avalancha Marvel y no desperdician ni un solo minuto. La espectacularidad está desde el inicio y el montaje de los distintos escenarios le da su cuota de protagonismo a cada personaje. Hay secuencias dramáticas donde no todos salen vivos. Hay peleas aéreas que en su estilo recuerdan a una película de “Star Wars”, algo inesperado, pero grato en una cinta de Thor. Es decir, hay mucha entretención con un esperado nivel de producción, un reparto que incluye en el mismo saco a Natalie Portman y a Anthony Hopkins, y que más encima esquiva sus evidentes fallas argumentales. Por otro lado, Loki, a estas alturas un niño mimado entre los villanos Marvel consolida su importancia en su ya tercera aparición cinematográfica, sin duda para este personaje, la más completa e interesante de todas.
Se puede decir que “Thor: un mundo oscuro” es mejor que su primera parte, aunque suene injusto para esa película a la que le tocó salir antes del lote de películas S.H.I.E.L.D., pero un reconocimiento para esta secuela, ya que “Thor” (2011) fue una buena película de superhéroes.
Dos consideraciones. Primero: El 3D parece una conversión, no un formato original, por ende es posible ahorrar dinero en una versión 2D. Segundo: Hay dos escenas post-créditos. La primera hace referencia a la futura cinta Marvel “Guardians of de Galaxy” próxima a estrenarse en 2014. La segunda escena es sobre Thor.
©Hugo Díaz
(Thor: The Dark World)
Dirección: Alan Taylor
Elenco: Chris Hemsworth, Natalie Portman, Tom Hiddleston, Anthony Hopkins, Christopher Eccleston, Rene Russo, Idris Elba, Kat Dennings, Stellan Skarsgård
EE.UU., 2013, 112 minutos, todo espectador +7
2 Comments
hay una mención que hacer: THOR 1 fue dirigida por kenneth branagh, director y actor de gustos muy shakespeareanos. A eso la sutileza en los diálogos, y que además, actores como Portman, Russo y HOPKINS aceptaran unirse. Es mas lenta porque las dinámicas shakespeareanas así lo demandan…no he visto THOR 2, pero lo único que me hace presumir que actores de ese calibre vuelvan en una secuela que se despegue de ese perfil es la cantidad horrorosa de dinero que deben pagarles por participar.
Dicho eso, buena columna, pero estoy en la duda entre ir o no a verla. Me han dado la perspectiva. me falta tomar la decisión…saludos…
Mucha verosimilitud. Jajaja no dan muchas ganas de ver la . Un bachelet con esta peli ( paso)