Crítica de cine: “Siempre Alice”
¿Qué hace que una película sea buena?
La manoseada frase “En gustos no hay nada escrito” ha vuelto casi imposible la tarea de etiquetar una película como buena o mala sin caer en dogmatismos o academicismos, y actualmente cualquier ridiculez puede pasar por una obra de arte y nadie puede decir lo contrario, so pena de echarse encima a las ciber masas ciber furibundas (Lo bueno de esas turbas es que son las menos dañinas). Uno se cuestiona entonces la necesidad de que exista la crítica de cine, labor que me proporciona millones de dólares y cientos de mujeres (En el mundo de mi imaginación, por supuesto), sobre todo porque no existe una manera de establecer parámetros objetivos para calificar una película, y mucho menos un derecho a atribuirse “la verdad” o “la razón” para opinar desde el pedestal. Así que se me ocurrió, para calificar esta película, afirmarme de un criterio que es a la vez tan válido y discutible como todos los otros, pero creo que funciona bastante bien.
“Siempre Alice” es una película que te mantiene interesado todo el tiempo. Es más, te olvidas de que estás sentado en el cine, al lado de un viejo hediondo, o en asientos súper cómodos. Es más, no estás preocupado por el sabor de la bebida que te estás tomando, ni siquiera te acuerdas de que los tipos que hablan en la pantalla son Julianne Moore o Alec Baldwin. Son los personajes de la historia, y punto. Y creo que quizás, solo quizás, podría ser esa la manera en identificar cuando uno está ante una buena película, porque te olvidas de que es una película. No estás preocupado de los efectos digitales ni de que esa toma está mal hecha, simplemente te sumerges en un drama humano, tan real que es casi como si lo estuvieras viviendo. Y eso me pasó con “Siempre Alice”.
Dirigida por Richard Glatzer, “Siempre Alice” nos narra la desafortunada historia de Alice (Julianne Moore), una brillante académica que pese a verse muy bella a sus 50 años (Ya quisiera uno tener un amigo con una abuela así), debe su éxito más a su privilegiado cerebro, su hermosa familia y su carrera profesional. Sin embargo, es diagnosticada con Alzheimer prematuro, y es testigo de cómo su vida, su intelecto y su autonomía comienzan a ir en inevitable declive, mientras ella es plenamente consciente de todo, lo que le ocasiona terrible dolor a ella y su familia. Para acentuar la ironía, Alice es una galardonada lingüista, y su campo de estudio es el lenguaje, facultad que comienza a mermar en ella con la aparición de los primeros síntomas. Aficionada al Scrabble y otros juegos de palabras y de ingenio, primero se vuelve incapaz de jugar con aplicaciones de celular y luego ya ni siquiera puede salir de su casa sin perderse.
La interpretación de Alice está excelentemente llevada a cabo por Julianne Moore, lo que le hizo merecer un Oscar en los premios de este 2015.
El filme narra e ilustra todo el proceso en el que las habilidades cognitivas y mnemotécnicas de Alice se van deteriorando cada vez más, mientras ella lleva a cabo una encarnizada lucha por mantener su cerebro lo menos dañado posible, aferrarse a los recuerdos que la hacen feliz, y preocuparse de su familia, a la que ama. Por otra parte, su familia debe aprender a sobrellevar el duro golpe de que la brillante esposa y madre que han querido toda su vida ahora olvida sus nombres, no puede estar sola sin correr peligro, y no puede ya ostentar las habilidades que hacía que todos se sintiesen tan orgullosos. Su marido, interpretado por Alec Baldwin, tiene que asumir la pesada carga de ocuparse de su ahora nada independiente esposa, en un drama que recuerda levemente a la cinta francesa “Amour”.
Conmovedora, profunda y tremendamente dramática sin ser sensacionalista, “Siempre Alice” se gana el derecho a ser calificada como una buena película, porque te hace olvidar que estás en el cine, solo tienes ojos, oídos y entrañas para preocuparte por la triste historia de Alice y sus seres queridos. Y también porque te recuerda que aunque creas que lo perdiste todo, lo más importante sigue ahí, y que si bien creías que sabías lo que es verdaderamente importante en tu vida, te darás cuenta de que habían cosas más significativas, solo que las habías estado obviando.
© Por Felipe Tapia, un crítico concebido en un día como este, en escabrosas circunstancias
1 Comment
me gustó eso de “Y creo que quizás, solo quizás, podría ser esa la manera en identificar cuando uno está ante una buena película, porque te olvidas de que es una película.” y lo que sigue… fue una grata sorpresa que pensé sería algo latera con la historia, pero no , es buena buena