Crítica de cine: “Mátalos suavemente”
La decadencia, la ambición y la venganza se mezclan en esta cinta que bebe directamente del género negro para retratar la historia de dos criminales, bastante torpes por cierto, que acaban de salir de la cárcel y quieren volver a las pistas con un insólito golpe. El temerario plan es asaltar nada menos que una partida de póker en que los capos de la mafia mueven miles de dólares. Contra todo pronóstico, el robo funciona. Pero la mafia herida en su orgullo y su bolsillo, contrata a Jackie Cogan, interpretado por Brad Pitt, para que los elimine del mapa y restituya el orden dentro del hampa.
Una historia como esta podría ser un festival de adrenalina y plomo, sobre todo considerando el elenco de chicos rudos donde además de Brad Pitt, está Richard Jenkins, James Gandolfini, Ray Liotta y Sam Shepard entre otros, sin embargo lo que distingue a “Mátalos suavemente” es lo contrario, la dosificación y el tenso estilo impuesto por el director Andrew Dominik, que en algunos momentos puede resultar hasta tedioso.
A partir de largos diálogos sobre nada (que inevitablemente recuerdan a Tarantino) y crudas escenas de violencia, nos presenta un mundo de hombres relegados a los bajos fondos de la sociedad, con reglas, lealtades y castigos, donde drogadictos, ladrones, asesinos a sueldo deben defender con balas y sangre sus sombríos territorios.
Con este material Dominik construye una puesta en escena muy particular, con largos y sugerentes planos, que al comienzo de la película deslumbran e intrigan en partes iguales. Además utiliza con talento otros recursos como la cámara lenta o los fuera de campo, que hacen que este decadente mundo resulte bastante estilizado.
Dentro de sus aciertos la banda sonora es un capítulo aparte. Por nombrar una perla, la primera aparición de Brad Pitt, ya avanzada la película, al ritmo de la sugerente ‘‘When the Man Comes Around”, interpretada por Johnny Cash, es destacable.
Dominik además aprovecha su película para plantear críticas directas al actual sistema capitalista y al gobierno norteamericano. No es casual la inclusión de audios de los discursos de Bush, Mccain y Obama en distintos momentos del metraje. Aún menos sutil es una de las frases finales de Brad Pitt: “Este país no es una comunidad, es un negocio”. Sin embargo, pese a lo interesante que podrían resultar estos elementos dentro del universo del film, el reiterado afán discursivo se vuelve un lastre, que hace que la trama resulte aún más anecdótica.
El interés de “Mátalos suavemente” no está en la historia, sino en la forma. En este sentido varias escenas resultan brillantes y sorprendentes, y seguramente dejaran satisfechos a los amantes del género. Sin embargo los malabares del director por combinar todos los elementos no terminan de cuajar, lo que transforma el esfuerzo en una película bastante irregular y agotadora sobre todo de la mitad hacia adelante.
©Por Aldo Vidal