Crítica de cine: “Lucy”

 Crítica de cine: “Lucy”

Si hay un director que conoce bien el cine de acción es Luc Besson. El francés nos ha sorprendido en más de una ocasión con cintas como “León, el profesional” (1994), “Nikita” (1990) o “El quinto elemento” (1997). También su nombre aparece como guionista en “El transportador” (2002), y en la muy entretenida “Búsqueda implacable” (2008), una de esas películas imperdibles cada vez que la dan en TV.

Ahora Besson vuelve a la dirección con “Lucy”, y lo hace teniendo como protagonista a una de las actrices más cotizadas del momento, Scarlett Johansson.

Lucy (Johansson) es una joven estudiante que se encuentra en Taiwan junto a su nuevo novio, quien le pide que deje un maletín en la recepción de un hotel. Ella lo hace de mala gana, pues sospecha que algo anda mal. Al entrar, es secuestrada y obligada a llevar 500 gramos de una nueva droga al interior de su cuerpo. Por accidente, la droga se esparce por su torrente sanguíneo, situación que detona en que “Lucy” empieza a ampliar su capacidad cerebral. En teoría, los humanos ocupamos el 10% de esta, sin embargo Lucy empieza a desarrollar la capacidad de su cerebro poco a poco, hasta que llegará al 100%. Según la premisa de la cinta, al llegar a este límite una persona adquiriría un dominio total de sí, y tal vez del tiempo y el espacio.

El punto de partida de la película no es del todo original; ya lo hemos visto en películas como “Sin límites”, aunque en aquel largometraje el protagonista consumía la droga que aumentaba su capacidad intelectual de forma voluntaria, o al menos así es al comienzo. Lo novedoso de “Lucy”, es la forma en que está contada la historia, con un ritmo frenético y ágil, que no le da el más mínimo respiro al espectador, y que logra con mucha eficiencia mantener al público pegado en la pantalla.

Uno de los aspectos originales de esta película es su montaje, que utiliza una serie de imágenes de la naturaleza. Estas imágenes son intercaladas con lo que sucede en la escena, de forma de reforzar la intensidad de la misma. Para algunos será un recurso básico e innecesario, pero es una interesante apuesta narrativa y especialmente estética, ya que las imágenes son como las que se ven en los mejores documentales de Nat Geo.

Es interesante además observar como toda la película gira en torno a lo que le sucede a Lucy. Una opción arriesgada en general; no tener historias paralelas o subtramas potentes que apoyen (o den un respiro) a la historia principal. Sin embargo la apuesta funciona, en parte por la velocidad del relato, pero principalmente gracias a Scarlett Johansson, quien enamora a la cámara con cada movimiento, con cada gesto, por lo cual verla en pantalla en un 90% de las tomas lejos de agotar, se agradece.

Otra dimensión relevante que tiene el filme, es el tema de la trascendencia del ser humano,  cuál es la razón final de nuestra existencia. En realidad la economía narrativa no permite profundizar demasiado en estas ideas, y quizás para el espectador exigente, esta parte queda en un nivel demasiado superficial. La película no llega a plantear esta reflexión de la forma en que lo hacen películas como “Matrix” (1999) o “Contacto” (1997), pero a pesar de esto, es mucho más eficiente que otros filmes que intentan hablar de estas mismas inquietudes, como la reciente “Transcendence”, que pecó de pretensiosa y naufragó en su intento.

Así, si bien “Lucy” deja la reflexión filosófica en un plano más elemental (y tal vez demasiado fantasioso), al menos  lo hace sin ambigüedades, con una propuesta muy clara. Incluso se pueden observar algunos conceptos sacados de “2001, Odisea en el espacio” (1968) en el clímax de la película que funcionan muy bien.  Si el público es capaz de perdonar cierto grado de inverosimilitud en la historia, encontrará a cambio un guión muy bien apretado y coherente desde el inicio al final de la película.

“Lucy” es de esta forma, una película que no decepcionará a los amantes del cine de ciencia ficción y por supuesto tampoco, a los fans de la talentosa Scarlett Johansson.

Muy entretenida.

© Juan Carlos Berner

En Twitter: @jcbernerl

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3 Comments

  • “Sí y Lucy (cadera intertextual) también conecta con esa conciencia evolutiva siglo-veintiunística del potencial de una neurona o una célula en el universo o del tiempo como única prueba de existencia “visible”, el cine reflexionado por si mismo. Un personaje femenino caído al abismo, que crece y crece en una estructura de belleza y pérdida constantes, con secuencias de alta cinética de gran sincronía rítmica, la ira bestial versus la sutileza de animal evolución-re-evolución, se cinefilia alguien o algo…”

  • “Búsqueda implacable, debo verla, ojjjj, agradece cinéfilo equis.”

  • Es la mejor película que he visto en mi vida, hay frases como esta, “la vida nos fue entregada hace billones de años, ahora ya sabes que hacer con ella?, matrix y trascendente, lo siento para mi quedaron abajo, con respecto al contenido teórico.

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