Crítica de cine: “Juego perverso” (Braid)

 Crítica de cine: “Juego perverso” (Braid)

Dos amigas, Petula y Tilda, tienen la mala costumbre de ganarse la vida siendo narcotraficantes. Al ser buscadas intensamente por la policía, deciden dar el que podría ser su último golpe para huir a otra ciudad y así poder comenzar una nueva vida: robarle a una de sus amigas de infancia, Daphne, quien vive sola en una gran mansión y tiene mucho dinero. Pero hay un gran problema, y es que a la dueña de casa vive en un mundo imaginario creado por traumas infantiles, y le gusta jugar un juego que tiene tres reglas: 1) Todas juegan; 2) Nadie sale de casa; 3) No se admiten personas extrañas. Y en este juego, que es del tipo “mamá, hija y el doctor”, cualquier cosa puede pasar.

“Braid”, como es su título original, es un viaje retorcido al juego de sus protagonistas, y una exquisita experiencia visual en cuanto a colores y secuencias. Es la ópera prima de la directora Mitzi Peirone, y cuenta con las actuaciones de Madeleine Brewer, Imogen Waterhouse y Sarah Hay.

El mundo que se nos plantea tiene mucho de la propia visión de sus protagonistas. Primero por parte de Petula y Tilda, netamente por el consumo de estupefacientes. Y después, por este mundo de fantasía creado por Daphne, quien, ante la imposibilidad de tener hijos, prepara un mundo ficticio en donde sus amigas son pilares fundamentales en su irrealidad, siendo una de ellas su hija, y la otra “el doctor”.

Mientras Daphne se apega a las reglas como si nada más existiera en la vida, Petula y Tilda buscan la caja fuerte por toda la casa para poder hacerse del dinero.

Al ser visualmente atrapante, la película se apoya en este recurso para funcionar. Los tonos de los colores, las cámaras rodando secuencias en ángulos imposibles, la locura de la directora llevada a la pantalla, todo esto hace de “Juego Perverso” un thriller sicológico atrapante y a veces ridículamente imposible.

Pero funciona, y es una película que vale la pena ver. Verla, por último, para saber si las chicas logran dar con el dinero, y así el juego poder terminar…

Por: Daniel Bernal

En Twitter: @DanielBernalY

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