Crítica de cine: “Escándalo americano”
David O. Russell es un nombre que ya empieza a ser reconocido por quienes somos amantes del cine. Esto, porque sus 3 últimas películas (“El vencedor”, “El lado bueno de las cosas” y “Escándalo americano”) han logrado reconocimiento del público y de la crítica, y han cosechado gran cantidad de premios. Un director que además comienza a marcar un sello característico, donde los guiones son enrevesados, pero ágiles y emotivos, y donde se nota una gran capacidad para dirigir a los actores. Entonces, ya empezamos a hablar de un realizador con una carrera sólida, de aquellos que después serán estudiados en las escuelas de cine y de los cuales se editan packs con sus películas en Blu-ray. Si es que sigue haciéndolo bien.
“Escándalo americano” (“American Hustle”), la tercera película de esta exitosa terna recién mencionada, narra la historia de Irving (Christian Bale) y Sidney (Amy Adams), una pareja de amantes y estafadores que embaucan a la gente con supuestos préstamos bancarios y la venta de pinturas falsificadas. El negocio va bien hasta que aparece el agente del FBI Richie DiMaso (Bradley Cooper), un federal más ambicioso que brillante, quien les propone que trabajen para él a cambio de no llevarlos a la cárcel; en un comienzo les pide que los ayude a atrapar a cuatro estafadores, pero luego el agente se entusiasma más de lo debido y decide que van a capturar a políticos y mafiosos, con lo cual el trabajo de Irving y Sidney se complica. La historia se ve enriquecida con el personaje de la esposa de Irving (la cada vez más solida Jennifer Lawrence), una mujer con serios problemas de inseguridad emocional.
Llena de escenas que harán reír al respetable, la película se podría clasificar como una especie de comedia negra policial, pero es un humor elegante y en su medida justa. También destaca la dirección de arte, intencionadamente sobrecargada, muy colorida y llena de detalles, que colabora así en trasladar al espectador a este mundo de engaños, policías, casinos y políticos corruptos.
Otra cosa que destaca mucho en la película son las actuaciones, las cuales de hecho sostienen el filme tanto como la misma historia. Y dentro de estas, lo mejor son los roles femeninos. Tanto Amy Adams, quien encarna a una especie de manzana prohibida, sensual e inteligente, como Jennifer Lawrence quien hace de la esposa odiosa, son lo mejor de este filme.
La película es entretenida, ágil y no aburre en ningún momento, a pesar de que dura más de dos horas. Tal vez lo único molesto son esas cosas que huelen a “hago esto porque quiero ganar un Oscar”, como el hecho de que Christian Bale haya subido más de 20 kilos para su personaje. Algo absolutamente innecesario para contar la historia, pues el personaje es atractivo por su personalidad y no por su prominente estómago estilo Homero Simpson.
Una muy buena cinta para comenzar el año, divertida, emotiva y que sin duda dará que hablar.
©Juan Carlos Berner