Crítica de Cine: “El Jardín Secreto”

 Crítica de Cine: “El Jardín Secreto”

Mary es una niña que vive en la India en la década del 50, y dada la repentina muerte de su madre, es enviada a Inglaterra a la mansión de un tío quien fuera marido de la hermana, también fallecida, de su madre. La casa es sombría, lúgubre, sin vida, en donde habitan su tío Archibald (Colin Firth), la ama de llaves Señora Medlock, una criada (extrañamente no es de color, sino mulata) y el hijo de Archibald y primo de Mary, Colin, de unos 11 años, quien está postrado en cama por no tener movilidad en sus extremidades.

La niña llega con aires de grandeza a Inglaterra ya que en su antiguo hogar gozaba de una vida muy acomodada. De a poco se irá dando cuenta que en la mansión no tendrá privilegios y, peor aún, los tratos no son los que ella acostumbraba a tener. Es por eso que comienza a salir a recorrer los grandes jardines del lugar y a visitar un gran bosque aledaño. Pronto entablará amistad con un perro y un niño que vive por los alrededores. Pero el descubrimiento más importante está dado por unas altas murallas que existen en lo profundo del bosque, las que logra sobrepasar (aunque no de la mejor manera). Lo que descubrió allí es que ese lugar era prácticamente el paraíso, que ella misma llamó “el jardín secreto”.

Mary se da cuenta que en la mansión, más precisamente en un dormitorio “escondido”, existen pinturas en las que aparece su madre y la hermana de ésta (recordemos que ambas están fallecidas) bajo una gran árbol del jardín secreto, y tratará de convencer a su primo inválido que el jardín es mágico y que debe visitarlo, a espaldas del padre y de la señora Medlock. Todo en su conjunto tiene sentido, Mary no sabe exactamente cómo y por qué, y eso es lo que estará a punto de descubrir.

“El jardín secreto” es una novela escrita por la británica Frances Hodgson Burnett en el año 1911. Es impresionante la cantidad de versiones en películas y series para cine y televisión realizadas a partir de esta obra literaria, solo comparable con obras de C.S. Lewis y Tolkien.

El solo hecho de que en este siglo se realice una nueva versión de “El jardín secreto”, debería asegurar que veremos algo en parte original, en parte la novela, y también significar que será una super producción que no pasará indiferente, pero definitivamente no lo es. Tiene un ritmo cansino, un guion tremendamente plano, los personajes no destacan en sus respectivos papeles, la música tampoco ayuda. Lo más destacable es la fotografía. El filme utiliza recursos de color para ciertas secuencias que ayudan a describir el estado anímico de los personajes y del ambiente en general. Destaca, por sobre todo, en las secuencias filmadas en el jardín, con una luz solar radiante que resalta todos los colores existentes en el lugar. Son imágenes realmente hermosas y placenteras, que ayudan, en parte, a elevar los bonos del filme.

La participación de Colin Firth, la gran estrella anunciada de esta cinta, tiene una participación tan baja en minutos que tampoco logra elevar la calidad de la obra. Una lástima que la languidez del guion pese sobre una estructura a la cual se le podía sacar un excelente provecho, ya que historia y efectos especiales existen de sobra.

Esta entrega quedará adornando las estadísticas como una versión más de la novela homónima, y quedará penando la sensación que se pudo haber realizado algo mucho más interesante.

Escrito por: ©Daniel Bernal

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