Crítica de cine: “Django sin cadenas”

Django-sin-cadenas-poster-internacionalBastardos con gloria en un verdadero spaghetti southern

Dos años antes de la guerra civil en Estados Unidos, Django (Jamie Foxx) es un esclavo quien insólitamente termina siendo reclutado por un caza-recompensas de origen alemán, el doctor King Schultz (Christoph Waltz), quien lo necesita para que lo ayude a capturar a los hermanos Brittle, forajidos que prometen buena recompensa y a quienes Django ha tenido la desgracia de conocer. El tiempo en que Schultz y Django permanecen juntos forja una próspera sociedad en el negocio de las cacerías humanas. La simpatía que el desconfiado y temeroso esclavo despierta en el atípico Schultz (quien detesta la esclavitud) hace que éste le proponga ayudar a encontrar el paradero de su esposa Broomhilda (Kerry Washington), quien fuera vendida tras un intento de escape.

Es así como descubren pistas que los llevan a «Candyland», una plantación de algodón propiedad de Calvin Candie (Leonardo DiCaprio), un excéntrico terrateniente aficionado a las sangrientas peleas de esclavos. En pleno sur, la turbulenta atmósfera pre-secesionista hace que el inminente reencuentro entre Django y Broomhilda sea el detonante de una verdadera bomba de tiempo.

Por fin la espera terminó. El maestro de las venganzas está de vuelta. Qué puedo decir. Tarantino la hizo de nuevo. No se qué se comió o qué se fumó, pero la hizo. El genio que le ha abierto las puertas a la «neo-exploitation» consiguió dejarme con la boca abierta, un ojo mirando al oriente, el otro al poniente y la baba cayendo. No estamos hablando de una película que triunfa como elemento de entretención, sino de algo más sustancial, una obra cuyo guión repleto de personajes consistentes juega con la originalidad del género y le da una vuelta de tuerca, concibiendo un verdadero híbrido entre spaghetti western y drama de esclavitud.

Estamos ante una historia que funciona en base a temas de alta carga dramática como el racismo, la esclavitud y la venganza, presentados de forma salvaje, sangrienta y con una extravagancia estilística que a estas alturas del partido sólo pueden clasificarse como «tarantinescas».

Christoph Waltz se repite el plato, construyendo un personaje muy similar al de “Bastardos sin gloria” (2009), pero esta vez desde la acera de enfrente, personificando a un anti-héroe. Su principal característica vuelve a ser su elocuencia, gracias a funcionales diálogos rebuscados que rayan en la perfección y que ayudan a construir universos. Todos los diálogos de la película, en todas sus formas, funcionan para todos los personajes, pero en el caso del doctor Schultz, le dan un valor agregado. Jamie Foxx es quien lleva el protagonismo, pero quien se roba las escenas es definitivamente Waltz.

Leonardo DiCaprio se gradúa de villano, con honores. Calvin Candie habita a años luz de Jack Dawson quien, esperemos, permanezca en el fondo del mar por siempre jamás. A Kerry Washington la vimos con anterioridad en “Ray” (2004, también junto a Foxx) y en “El último rey de Escocia” (2006), pero estoy seguro que será más recordada por este filme.

A Samuel L. Jackson comencé a identificarlo desde “Jurassic Park” (1993) simplemente porque era fanático de la película y la vi tantas veces que el empleado de la boletería del cine le faltaba apuntarme con el dedo y decir “ahí viene el loquito de Jurassic Park”. Sin embargo, fue a partir de “Tiempos violentos” (1994) en que personalmente su rostro se me quedó marcado a fuego y universalmente fue reconocido como el gran actor de carácter que es. Ha llovido mucho desde entonces y la carrera de Jackson sólo puede darle gracias infinitas al trabajo de dirección que Tarantino le ha entregado. En “Django sin cadenas”, interpreta a Stephen, el esclavo anciano mano derecha de Candie. Despreciable desde el primer cuadro, representa al esclavo rastrero, mando medio, incapaz de empatizar con su propia raza. Sin embargo, estamos hablando de un personaje construido a base de subtexto que no cae en el estereotipo. De hecho, su caracterización genera desde carcajadas hasta bruxismo provocado por la rabia.

Dentro del extenso reparto se incluyen las rarezas de siempre propias de los filmes de Tarantino, en papeles secundarios obviamente pero que aportan su cuota de solidez a la trama, así como de humor muy negro. De este modo encontramos a Don Johnson, Jonah Hill, Bruce Dern y al mismísimo Quentin, por nombrar algunos.

Mención honrosa es el increíble homenaje al “Django” (1966) original, a ese del spaghetti, sin relación contextual con la historia, personificado en el cameo de Franco Nero.

Existen varias características que convierten una película buena en una película genial. Entre ellas se encuentran las escenas memorables o las líneas de diálogo que trascienden. “Django sin cadenas” está repleto de estos ejemplos, transformando la película en un punto alto dentro de la filmografía de Tarantino. Sólo el tiempo dirá si se transforma en un clásico instantáneo o si logra el estatus de culto que gozan algunas de sus obras anteriores.

La banda sonora es otro recurso cuidadosamente estudiado para darle un estilo característico. Los temas en su mayoría corresponden a Ennio Morricone e incluyen el tema de la película “Dos mulas para la hermana Sarah” (1970).

Tarantino sabe lo que le funciona. Reitera recursos narrativos como el flashback intrascendente que explica el punto de origen de una debacle que se genera después, como mini-paréntesis que intentan aclarar situaciones complejas. Sólo que esta vez su experiencia permite que se vean más pulidos y recuerden más a

trabajos recientes como “Kill Bill” (2003/2004) y “Bastardos sin gloria”. Otro motivo para recordar esos títulos es la cinematografía de Robert Richardson, su director de fotografía desde “Kill Bill”.

Soy enemigo de los spoilers, pero creo que no es secreto que si juntamos las palabras venganza+Tarantino sabemos a que vamos, por lo que sería conveniente aconsejar a la audiencia que si van a entrar a la sala de cine lo hagan con un paraguas, o mejor dicho con un parasangre, porque acá los disparos, no importa el calibre del arma del que provengan, hacen que los miembros humanos literalmente exploten.

La duración es extensa (dos horas cuarenta y cinco minutos) pero se agradece pues es lo que se necesita para cerrar la historia de un modo potente. Es más, el tiempo se pasa volando gracias a un ritmo que no decae.

No fue sorpresa las cinco merecidas nominaciones al Oscar que “Django sin cadenas” obtuvo recientemente: Mejor Cinematografía, Edición de sonido, Actor de reparto (Christoph Waltz, de nuevo), Guión original (Tarantino, de nuevo) y Mejor Película. Sin duda, para los fanáticos, el estreno de esta película es motivo de celebración. Para quienes no lo son, es una oportunidad extraordinaria para vivir la experiencia de salir satisfechos de una sala de cine.

©Por Hugo Díaz

 

Django sin cadenas

(Django Unchained)

Dirección: Quentin Tarantino

Elenco: Christoph Waltz, Jamie Foxx, Leonardo DiCaprio, Samuel L. Jackson, Kerry Washington, Don Johnson

Estados Unidos, 2012, 165 minutos, mayores de 18 años (en proceso de apelación)

 

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3 Comments

  • ¡Hola! ¡Excelente nota! A mi la historia no me convenció tanto. La duración de la película (casi 3 horas) es su mayor defecto, hay escenas muy estiradas donde se pierde el ritmo de la historia. Esto lleva a un desbalance en el ritmo, que no se mantiene adecuado durante toda la cinta.

    Lo mejor para mi es el rol de Leo Di Caprio. Su papel de villano está maravilloso, y uno llega a amar odiarlo (el hecho que no lo hayan nominado por esta actuación es una gran decepción).

    Escribí mi crítica completo de la película, te invito a que te des una vuelta para comentarla y opinar.

    Link: http://on.fb.me/SQ0lVS

    Un saludo grande

    Luciano // https://www.facebook.com/sivoriluciano

    • Me equivoqué en mi propia página: envié un comentario en vez de responder por acá… Igual, saludos.

  • Hola Luciano:

    Me encantó tu crítica. Está muy buena, sobretodo la trivia de DiCaprio. No comparto lo de la duración, lo del clímax ni lo de Argo, pero el resto si, en especial la decepción de que no hayan nominado al Oscar a DiCaprio ahora que se lo merece, pero bueh…

    Que estés bien. Saludos.

    H.

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