Crítica (con spoilers): Godzilla vs King Kong, un pintoresco desastre
Si bien, estamos claros que GvK no iba a ser una película de Scorsese ni un clásico de la cinemateca, me parece que existe un límite incluso para las cosas absurdas; y éste filme los rebasó todos.
Advertencia: Se vienen muchos spoilers así que ¡atentos a la lectura!
Godzilla Versus Kong es la cuarta entrega del llamado Monsterverse y sirve de secuela directa a King of Monsters (2019). Protagonizada por Millie Brown (Stranger Things), Alexander Skargard, Rebeca Hall, Bryan T. Henry, Eiza Gonzalez y quien se roba el show, la joven Kaylee Hottle, quien interpreta a Jia, una niña con un vínculo casi telepático con Kong.
Una gran historia
Cinco años después de vencer a King Ghidorah, Godzilla despierta creando caos alrededor del mundo y es tarea del equipo Monarch, que han mantenido vigilado a Kong por décadas desde los eventos de Skull Island (2017), llevar al gorila al terreno de batalla y ver porqué Godzilla está acabando con el planeta.
Desde King of Monsters nos damos cuenta que el tono serio y dramático, dictado por Gareth Edwards en 2014 con la primera Godzilla, pasó a ser una película de monstruos matándose a golpes, sin darle profundidad a nada más que a los efectos especiales y a las rimbombantes peleas.
Entre trama y trama, revelan que dentro del planeta Tierra existe otro miniplaneta oculto, dando fuerza a la teoría del planeta hueco; dicho ecosistema subterráneo es nada más y nada menos que el hogar originario de los titanes. Incluso Kong tiene un castillo gigante, con un trono gigante y un hacha/cetro gigante, creado con una de las escamas de un ancestro de Godzilla. Aquí me comencé a preguntar ¿En qué momento la franquicia pasó a ser un drama familiar de acción con monstruos, a un episodio de los Power Rangers?
¿Y qué pasó?
Se revela que el comportamiento iracundo del lagarto viene producto de experimentos realizados por los villanos de turno (un empresario olvidable junto con el hijo del héroe de la peli anterior, el fallecido Doctor Serizawa), con el fin que la humanidad supere en poder a los titanes y adivinen qué, crean un robot gigante que, por tradición milenaria, ya conocemos como Mechagodzilla.
Luego de un montón de escenas de interacción humana de relleno y luego que Kong y Godzilla se convierten en estrellas de la WWE peleando en muchas partes del mundo (con ahora un mecanismo de teletransportación, sí, bien absurdo) aparece en escena el robot gigante que funcionará ésta vez como el villano mayor y mecanismo de unión entre los titanes, que unirán fuerzas para acabar contra el robot.
El giro de la trama es que Mechagodzilla fue creado con las redes cerebrales del derrotado King Ghidorah (¡aquí viene la parte sobrenatural!) y el difunto monstruo toma posesión del robot volviéndose contra sus creadores y acabando con todo.
¿Y el personaje de la famosa Millie Brown? Bueno, es un humano más que aparece de forma mágica en donde la trama le necesite, salvando, arreglando y deduciendo todo porque sí. El gran y gigante punto débil de la película es la innecesaria cantidad de interacciones humanas y personajes descartables, quienes en vez de acelerar o aclarar, ralentizan la apuesta y solo tienen la función de “llegar en el momento justo para salvar la trama”, de una cinta que teniendo una duración de poco más de hora y media, se siente mucho más larga y a ratos tediosa.
Avances tecnológicos que deslumbran
Lo que no se puede negar es que el CGI es súper impecable en la mayoría del largometraje, salvo algunas escenas donde parecen la cinemática de un videojuego de playstation. Las escenas de pelea en el colorido Hong Kong son espectaculares, mientras que la pelea submarina de Godzilla arremetiendo contra los barcos donde va nuestro querido simio, es prácticamente inentendible.
Mientras que la fotografía de Godzilla (2014) nos muestra casi todo el ambiente desde un punto de vista de un humano, mirando todo muy desde abajo; se repiten las visuales de King of Monsters donde vemos la película desde un enfoque superior, con una cámara casi al nivel de los monstruos, lo que nos hace sentir que estamos viendo una peli del Gojira clásico con humanos disfrazados.
Para ser una franquicia que está emergiendo, el final nos deja una rara sensación de cierre, donde cada personaje termina donde debería estar y no da mucha opción a potenciales secuelas, salvo que saquen algún as bajo la manga; sin embargo no pierdan el tiempo buscando pistas o easter eggs porque no las tiene. Luego de GvK no sé hacia dónde se dirigirán las demás secuelas.
¿La deberías ver?
Recomiendo que para disfrutarla, mejor desconectemos nuestro sentido de la realidad y aceptar todo lo que salga sin chistar, ni preguntarnos porqué o cómo pasan casi todas las cosas de la película. Vayan a verla y generen su propia opinión.
Por Iván Izquierdo
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2 Comments
3.5
[…] con la lógica de “Godzilla vs Kong” (2021), esta secuela es una divertidísima película llena de acción y efectos especiales. Esta […]