Bombal

Sala repleta en la avant premiere del cine Huérfanos. De repente, un elemento extraño: Un hombre con aspecto de maestro de la construcción con una espátula en la mano, alisando un par de cajones con cemento fresco frente a la pantalla gigante en medio del escenario. Nadie lo observa pues aún hay un número importante de asistentes tratando de encontrar una ubicación. El hombre, muy piola, se retira. Más tarde se explica en el contexto de una tradición importada. Blanca Lewin y Marcelo Ferrari son invitados a plasmar sus manos en el cemento fresco. Pienso: ¿Debo criticar lo ajeno, quizás esnob, que representa este reconocimiento, cuya referencia es una industria hollywoodense que vende sueños como si fueran sopaipillas, lamentablemente a punta de lucro y si se puede un poco de arte? ¿O debo valorar la audacia criolla de homenajear de buena fe la incipiente industria chilena con un acto de referencia cultural internacional como lo es plasmar la huella de una estrella de cine?

Opto por lo segundo. Encontré demasiado simpático al hombre de la espátula y cuando vea el Paseo de la Fama chileno en esta especie de Teatro Chino santiaguino podré decir «yo estuve ahí». Chori.

Bombal es presentada como la primera película chilena del 2012. Si hablamos de nivel de producción, es interesante cómo en la primera semana del primer mes es posible sentir que el cine chileno parte con el pie derecho. Ahora, si hablamos de los defectos y virtudes de la obra, conviene argumentar y luego sacar una conclusión.

Más que una obra biográfica, Bombal es una película sobre el desamor, desarrollado a través del tormentoso conflicto interno de la autora de «La Amortajada», su obsesión con el amigo de la familia Eulogio Sánchez, interpretado por Marcelo Alonso. Melancolía, obsesión, alcohol. Con la bohemia santiaguina de los años de los 40 como telón de fondo, María Luisa Bombal es un personaje atractivo para una película sobre amores no correspondidos.

La Bombal es una escritora genial que promete convertirse en la gran revelación de la literatura nacional. Admirada por sus pares, incluyendo a su amiga Marta Brunet (Ximena Rivas), la Bombal se desenvuelve en la noche capitalina como pez en el agua. Está casada con el pintor Jorge Larco (Alejandro Goic), aunque todo el mundo sabe que él es gay. No toda su familia se afecta por el carácter irreverente de María Luisa. Beatriz, su prima y confidente (Montserrat Prats), la acepta tal cual es y parece ser un consuelo ante tanto dolor autoimpuesto. La única obsesión de María Luisa es Eulogio, quien ya no quiere estar con ella e incluso ostenta un nuevo amor (María José Prieto). Con escribir no basta. El alcohol se vuelve necesidad y transforma a María Luisa en literalmente una mujer de armas tomar.

Se me presenta la primera aspereza: Obviamente no es una biografía. Si bien casi todo ocurrió, en la realidad los personajes nunca se cruzaron en cronología, la prima nunca existió, etc.

¿Por qué construir la trama de la historia en base a acontecimientos (interesantes, por cierto, pero sucesos al fin y al cabo) que deben superar la superficialidad de la anécdota para poder describir a los personajes? ¿No es como hacer doble pega? Y si por decisión así fuere, ¿Porqué María Luisa Bombal? Podría haber sido un personaje ficticio, digamos, Juana Pérez y hubiera dado lo mismo a nivel de historia. Se revela entonces una doble intención: primero, la de mostrar lo increíble de la atormentada vida de la escritora, y cómo ella transformó su vida en un maravilloso infierno; y la segunda, el destacar la figura de la Bombal como un estandarte del erotismo femenino y referente de la cultura chilena para nuevas generaciones.

Pero persiste una segunda aspereza: La reacción casi mecánica de la emotividad de la protagonista. Si María Luisa Bombal ama, no es amada. Si no es amada, busca una pistola.

Quedan muchas interrogantes dando vueltas, ya que no hay tiempo de explicar ¿Por qué Eulogio es tan maravilloso? ¿Si era piloto, dónde está el avión? ¿Por qué María Luisa es tan popular? ¿Se caso con un gay por soledad, compromiso o irreverencia? ¿El dolor la motivaba a escribir? ¿Cómo surge ese talento? La aproximación al estereotipo termina por transformar a Bombal en un melodrama que necesita explicar demasiadas cosas.

Al igual que Sub-terra (2003) Marcelo Ferrari dirigió esta película en el contexto de una producción televisiva que mutó en cinematográfica, dando increíbles resultados de taquilla en el caso de su ópera prima, y esperando repetir el éxito con su ahora segundo filme.

El nivel de sus actuaciones en general está bien y en particular me atrevo a destacar la belleza clásica de María José Prieto, a quien la atmósfera de los años 40 le sienta de lujo. También la belleza natural de Montserrat Prats (quien por fin nos demuestra donde diablos estaba Elisa), con su interpretación de Beatriz, joven resuelta, amigable, con ángel.

La ambientación y dirección de arte son buenos, pero nunca sabremos si eran increíblemente buenos debido a un recurso narrativo que domina todo el relato y que se puede tornar en algo realmente agotador. Cada una de las escenas de la película, durante los 85 minutos de metraje, incluyen al personaje de María Luisa Bombal. Esta especie de síndrome de Harry Potter nos amarra a ella adonde sea que ella quiera llevarnos. Ok, todo bien. Sin embargo, Ferrari elige usar cámara en mano e iniciar casi la totalidad de las escenas con un primer plano, sea frontal, trasero o lateral. Es decir, no estamos con ella, sino encima de ella. Es a veces frustrante no poder saber cómo diablos son sus zapatos o si el bar donde se encuentran es bonito o feo, o si el día está despejado, en fin. La cámara se resiste a bajar del torso de sus personajes y si lo hace, conserva el valor del plano. Restringe el universo, la ambientación y también las sensaciones (hay mucho sexo, pero no hay erotismo, pues todo se resuelve con reacciones). Por instantes, el filme pide a gritos un plano de establecimiento y, en consecuencia, Bombal se torna en una experiencia claustrofóbica que puede alterar la paciencia de algunos espectadores. Pero ojo: si esa paciencia se consigue es gracias al montaje de lujo de Fernando Valenzuela, una cosa no quita la otra.

Si bien hubo varias decisiones que no me parecieron afortunadas en Bombal, incluyendo una anacrónica canción final de Francisca Valenzuela, creo que es sin duda una película interesante desde el punto de vista estético, que se la juega un poco (no lo máximo que hubiéramos deseado) en mostrar la figura reconocida de la literatura nacional como lo es María Luisa Bombal, de un modo novedoso y sofisticado.

Bombal se estrena con 15 copias y es para mayores de 14 años.

Dirección: Marcelo Ferrari
Elenco: Blanca Lewin, Marcelo Alonso, Alejandro Goic, Montserrat Prats, María José Prieto
Chile, 85 minutos, 2012, para mayores de 14 años

Por Hugo Díaz.

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2 Comments

  • TOTALMENTE DE ACUERDO CON TU ANALISIS Y CRITICA DE LA PELICULA BOMBAL.
    Y creo que se Marcelo Ferrari está utilizando la figura de Bombal con fines de lucro, y no tengo nada contra él. Sin embargo resulta al menos curioso que lo mejor de la obra de M.L. Bombal NO esté en la película sino en el cartel final, que es solo para gente con buena vista y que tenga ganas de leer.
    En la dura, creo que es una pelicula apta para ser mostrada a las señoritas de colegios de monjas, Opus Dei, Cumbres, y Universidad del Desarrollo. Para asustarlas: terminarán solas, borrachas, por andar escribiendo cosas eróticas, teniendo amores con hombres casados, y viviendo con un homosexual.
    No es gratuito que el cartelito final diga que : Bombal tuvo SOLO una hija.
    ¿por qué no dice: Bombal tuvo UNA hija?
    Porque las mujeres cristianas de buena familia tienen mmuchos hijos e hijas.
    Dejo lanzada la inquietud: Ferrari hizo un panfleto Opus.

  • […] (3) “Bombal” de Marcelo Ferrari, 2011. Chile. Con Blanca Lewin, Marcelo Alonso, María José Prieto, Alejandro Goic, Montserrat Prat, Delfina Guzmán, Ximena Rivas. Sinopsis: El primer estreno comercial chileno del 2012 a cargo del mismo director de Sub Terra, Bombal narra la historia real de una de las mujeres más importantes de la literatura iberoamericana. Genial escritora y amante obsesiva, María Luisa Bombal, magnética y apasionada, logró por primera vez dar voz erótica literaria a la mujer. Una creadora cuya ceguera emocional la condujo a perder la razón y hacer de su propia vida una ficción completamente desmesurada, vengando con sangre las traiciones del amor. Centrada en las tres semanas finales de la tormentosa relación amorosa entre Maria Luisa Bombal y Eulogio Sánchez que en la ficción, se hace coincidir con el matrimonio entre Bombal y el pintor Jorge Larco, para desarrollar un perfil emotivo de la aristocrática y rebelde escritora y su contexto social. Lee la crítica de Hugo Díaz pinchando aquí. […]

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