A Alfred Joseph Hitchcock: 30 años de su muerte. (Gana un DVD)
Hoy, 29 de abril, se cumplen 30 años de la muerte de uno de los directores más brillantes e innovadores que ha dado el cine a nivel mundial.
Alfred Hitchcock nació el 13 de agosto de 1899, en Londres. Sus inicios en el cine fueron como dibujante de intertítulos para películas mudas. El paso a asistente de dirección fue rápido, y más aún, el de director.
Hitchcock aprendía rápido la técnica y la narración cinematográfica. En Alemania tuvo el privilegio de estar en los estudios UFA donde conoció a Fritz Lang, quien en ese momento rodaba su película “El último” (1924). Hitchcock, admirador de su obra, conversó con él y lo vio trabajar. Sin duda una gran experiencia y un gran estímulo.
Las primeras películas de Alfred Hitchcock dejaron sorprendidos a los productores. Filmaba rápido y lograba muy buenos productos. Uno de sus grandes éxitos que presagiaba los caminos por donde transcurriría su cine, fue su tercera película “The Logder: A story of the London Fog” de 1927.
Hitchcock adaptó la novela “The Lodger” de Marie Belloc Lowdes, que bebía de la tradición de Jack El Destripador. Hitchcock, ferviente lector de casos criminales, tomó el asesino más recordado de Inglaterra. En la larga entrevista que dio a François Truffaut, Hitchcock dijo que consideraba a “The Lodger” su primer film verdadero; además, presenta el primero de sus famosos cameos.
Hitchcock, sin saberlo, pavimentaba rápidamente su camino hacia Hollywood. Luego del éxito obtenido en Europa, el megalómano productor David O. Selznick fijó su mirada en aquel tímido director inglés y le ofreció un contrato, llevándoselo a la tierra de las oportunidades. Selznick envió un telegrama a su esposa diciendo; “este Hitchcock no es terrible como me lo habían advertido, eso sí, no es de esas personas con que uno se va de excursión”.
En 1940 Hitchcock debuta en Estados Unidos con “Rebecca” película que le dio su primera nominación al Oscar (obtuvo en total 5 nominaciones en su carrera). Con este película se inició una relación tortuosa con el productor David O. Selznick, conocido por imponer su visión por sobre la del director (Para “Lo que el viento se llevó” despidió a 2 directores). El fin de su relación llegó en 1947 con “The Paradine Case”, donde Hitchcock filmó la película sin ganas y en más de una escena fue reemplazado por Selznick, mientras Hitchcock se hacía el dormido.
Poco a poco, Hitchcock fue realizando proyectos más personales gracias al prestigio obtenido como amo del suspense. Debido a que su nombre se convirtió en sinónimo de un tipo de películas, paulatinamente se le comenzó a encasillar en un género cinematográfico. Su imagen se fue haciendo cada vez más famosa; incluso aparecía en los tráilers de sus películas haciendo presentaciones cómicas aunque se tratase de sus trabajos más terribles, tal fue el caso de “Psycho” (1960) y “Los pájaros” (1963).
La marca Alfred Hitchcock fue muy exitosa, recordemos que en la década de los cincuenta produce su propia serie televisiva “Alfred Hitchcock Presenta”, en donde el director introducía cada capítulo de una forma divertida, en ocasiones rayando en lo ridículo. Hitchcock lograba proyectar una imagen cómica y eso lo transmitía en muchas de sus películas: el humor negro era su marca registrada. Cómo olvidar la incomprendida y olvidada “Y quién mato a Harry” (1955), película que debe tener el record de un cadáver exhumado en la pantalla.
Alfred Hitchcock amaba el cine. Desde su mirada de director, muchas veces le preocupaba más lo visual y lo estético antes que la historia como tal. Uno de los guionistas de “Vértigo” (1958) recordaba así a Hitchcock: “una vez me dijo que tenía visualizada una escena en el cementerio con una tumba abierta, y me señaló: a ver cómo te las arreglas para incluir eso en el guión”.
Su amor por la buena mesa lo plasmó en su regreso triunfal con la excelente “Frenzy” (1972), tres años antes había filmado la pésima “Topaz” (1969), filme que nunca lo convenció y que sufrió una serie de cambios drásticos en el montaje. En “Frenzy” se destaca el magistral uso del sonido, los planos secuencias y esa atmósfera opresiva lograda en algunas escenas ya clásicas. Imposible olvidar al asesino rodeado de papas en el camión. “Frenzy” fue filmada íntegramente en Inglaterra y supuso cambios radicales en la planificación de sus rodajes. Uno de ellos fue la filmación en las calles, justamente en el Covent Garden Market, sitio donde transcurrió su infancia y donde su padre tenía su puesto de verduras.
Su otro gran amor fue su esposa y compañera de toda la vida, Alma Reville, a quien conoció en el mundo del cine inglés. Reville trabajaba como guionista, continuista, montajista y asistente de dirección. La adoración y confianza que sentía Hitchcock por su esposa era tal que la primera versión de todas sus películas pasaba por el agudo y crítico ojo de su esposa; incluso, muchas veces, ella era quien daba el visto bueno a las películas de su marido. Al momento de recibir el premio a la trayectoria que le otorgó el American Film Institute en 1979 (un año antes de su muerte), Hitchcock realizó un sentido homenaje a su señora, quien lloraba de emoción a su lado. En dicha oportunidad, además de destacar todos sus conocimientos cinematográficos, dijo que la Señorita Reville era capaz de hacer milagros en la cocina.
Hablar de la obra de Hitchcock es sumergirse en un apasionado mundo cinematográfico, mucho se ha dicho acerca de que Hitchcock era uno de esos directores que perseguían el “cine en estado puro”. El propio realizador dijo que en la pantalla había que tener movimiento y acción, y no a un par de actores hablando. Y vaya que logró su cometido. Sus películas exudan pasión, belleza; siempre estimulan dobles lecturas y presentan esa obsesión por la figura femenina a través de sus clásicas rubias. Cabe señalar que Hitchcock tuvo su alter ego en John “Scottie” Ferguson de “Vértigo”, película donde se evidenciaba el tipo de trato que tenía el director con sus actrices, ese obscuro objeto del deseo.
François Truffaut dijo sobre Alfred Hitchcock que “nadie ha filmado las escenas de amor como si fuesen asesinatos, y los asesinatos como si fueran escenas de amor”. Hitchcock tenía como libro de cabecera “El asesinato considerado como una de las bellas artes”, del escritor Thomas de Quincey, y de eso hizo gala en su abultada y generosa filmografía cada vez que había que asesinar a alguien.
El inglés, que se casó virgen a los 25 años, fue un maestro no sólo del suspense, como se empeñaron en catalogar algunos críticos y productores, sino que paralelamente fue un maestro de la cinematografía. Siempre estuvo deseoso de innovar en el lenguaje cinematográfico, pero sin olvidar que también existe el elocuente recurso del sonido.
En 1955 es cuando da inicio a la que es considerada como su mejor etapa. En este año logra formar un equipo de creadores notables: Alfred Hitchcock a la cabeza, Robert Burks en la dirección de fotografía, George Tomasini en el montaje y el afamado compositor Bernard Herrmann en la música. “Marnie” de 1964 pondría fin a este gran periodo creativo que incluyó las películas: “Quién mató a Harry”, “El hombre que sabía demasiado”, “The Wrong Man”, “Vertigo”, North by Northwest”, “Psycho”, “The Birds” y “Marnie”.
A 30 años de su muerte seguimos recordando su legado y aún continuamos disfrutando sus entretenidas y emocionantes películas. Cuesta renunciar al deleite producido por sus innovaciones técnicas, sus ambiguas historias, sus bellas y fatales mujeres y su cine en estado puro.
Este breve artículo está dedicado, fundamentalmente, a recordar la persona y filmografía de Alfred Hitchcock. Pero también pretende invitar a todos quienes aún no conocen su obra a ver sus películas, y así descubrir y disfrutar del cine con uno de los viejos maestros.
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1 Comment
hitchcock es uno de mis directores favoritos, y por supuesto uno de los mas geniales que nos ha dado la industria del cine, peliculas como vertigo o psicosis son obras que nadie en el planeta debiera dejar de ver.