4 claves que hacen del Studio Ghibli una maravillosa fábrica de sueños
Lo más probable es que “Studio Ghibli” no les sea familiar a todos, pero si les menciono “Totoro”, “La princesa Mononoke” y “El viaje de Chihiro”, apuesto a que sí saben de qué se trata. El Studio Ghibli es la casa que dio vida a estas y otras películas animadas de Japón, siendo su director (ya retirado), Hayao Miyazaki, su padre, creador y liberador de tantos sueños.
El éxito de las películas animadas de Hayao Miyazaki es rotundo en su tierra natal, tanto así que rápidamente dieron la vuelta al globo con notable éxito y diversas repercusiones. De hecho, ocho películas de Ghibli están entre las quince más taquilleras de todos los tiempos en Japón, y una de ellas, “El viaje de Chihiro”, es la película japonesa que más dinero ha recaudado en la historia.
¿Cuál ha sido la clave del éxito de estas películas que han superado incluso la estética del anime tradicional? Según entendidos en la materia son cuatro las características principales que paso a mencionar y desarrollar
1- De niña a adolescente
Las temáticas del cine de Ghibli son complejas para esta temprana etapa de la vida. Plantea situaciones y reflexiones con una madurez inusual de lo que acostumbramos a ver como cine orientado a niños. La película más emblemática de esta temática es “El viaje de Chihiro”. Con un argumento y narrativa muy parecida a “Alicia en el país de las maravillas”, trata el tema de la madurez a base de golpes de la vida, pero con mayores dosis de simbolismos que en películas anteriores: Chihiro es una niña de 10 años que viaja con sus padres a una ciudad abandonada. Al caer la noche, la ciudad se llena de espíritus y sus padres se convierten en cerdos. Para romper el hechizo, tendrá que trabajar en una casa de baños termales para una bruja llamada Yubaba. Y aquí viene uno de sus elementos más sofisticados: Yubaba roba el nombre de la niña, lo que supone su muerte metafórica y su inmersión en un rito pasajero. Para dar continuidad a su existencia y a todo lo que ha vivido en el pasado, Chihiro debe crearse una nueva identidad, un nuevo “yo”, es decir, un proceso de maduración que va más allá de adquirir nuevas responsabilidades.
2- Fuertes e independientes personajes femeninos
Esta es la característica más fuerte del cine de Ghibli. Si bien se le ha comparado en innumerables ocasiones con Disney, sin duda que es en esta materia donde se hace la diferencia. Cuando Disney explotaba el concepto de las “Princesas Disney”, Miyazaki y Ghibli proponían su propia versión de la feminidad: una independiente, con el grado justo de agresividad (el mismo que se le atribuye a los héroes masculinos, ni más ni menos) y una gráfica completamente alejada del erotismo asilvestrado que tantas veces se da por supuesto en el cine de aventuras y acción con personajes femeninos.
El caso más claro es “La princesa Mononoke”, una película que propuso la representación de la heroína, San, absolutamente revolucionaria para los estándares de la época. San intenta defender el bosque de los nocivos humanos y conoce a Ashitaka con el que corre distintas aventuras.
Según la experta en la obra de Miyazaki Helen McCarthy: “Haciendo que la heroína sea una niña, eliminó todo el componente masculino de la ecuación, y tuvo así la libertad de explorar el concepto mismo del heroísmo”.
En la misma película, Lady Eboshi Gozen es el personaje antagónico pero lejos de caricaturas se nos presenta como una líder nata, preocupada de las mujeres (libera a prostitutas para que vayan a vivir a su aldea) y va vestida con ropas tradicionalmente llevadas por hombres. Sin embargo, sí existen matices entre tanta frialdad y poder, y es que lejos de representar brujas malvadas de Disney, la villana finalmente propone reconciliación final dada su humanidad y complejidad.
3- La ecología
Otro gran tema de Ghibli y Miyazaki es la perspectiva del mundo humanista y compasiva. De nuevo es “La princesa Mononoke” la película donde se detecta con más claridad: se nos presenta un mundo salvaje y aún sin civilizar que pronto será conquistado por las máquinas, el hombre y el progreso. Cabe subrayar que la ecología de Miyazaki no es conceptualmente “buenista”, sino que está empapada de violencia y conflicto, y por eso Mononoke es una película tan brutal. Ghibli lanza una idea: con sus conflictos y problemas, ¿no son más atractivos mundos asilvestrados y donde cientos de especies conviven en respeto mutuo como los Mononoke? En este punto es la película “Totoro” uno de los ejemplos más memorables del estudio.
En “Totoro”, dos niñas se trasladan con su padre a una casa en el campo para estar cerca de la madre de ambas, que sufre una enfermedad. La aventura superficial es la interacción de ambas con los Totoro, espíritus de la naturaleza que viven cerca, pero el trasfondo de la película es el descubrimiento de la inmensidad misteriosa y sin civilizar de los bosques, las zonas rurales, incluso de los santuarios. De nuevo la contaminación se presenta como un cotidiano enemigo a batir y se suma un tema que no está demasiado separado de la ecología: la muerte apacible y no violenta como fin de un ciclo que nos conecta con la naturaleza.
4- La técnica Miyazaki
A menudo se ha tildado a Miyazaki como el “Disney japonés”. Debe ser porque tiene el reinado de animación en la parte oriental del planeta porque de semejanza técnica, poco. Sí se puede decir que el dibujo de Miyazaki está situado entre la animación americana clásica y el anime japonés, ya que su estética es única. Su animación palpita con vida propia: la maquinaria en “El castillo andante”, por ejemplo, parece ser una máquina que respira y palpita.
Hayao Miyazaki abandonó la dirección de Studio Ghibli en el año 2013 ya que estaba en edad de retiro por jubilación, lo que provocó, un año más tarde, el cierre temporal de la oficina de producción de largometrajes. La última película del estudio fue “El recuerdo de Marnie” el año 2014.
¿Las has visto todas? ¿Cuáles no has visto? ¿Quieres comentar alguna con nosotros que te haya marcado por su esencia y/o animación? Esperamos tus comentarios!
Fuente: magnet.xataca.com
Por Daniel Bernal
En Twitter: @BernalusTwit