“Okja”: una película con subtexto animalista
Netflix ha demostrado que puede ofrecer más que un buen servicio, y ahora combina lo mejor del cine coreano con el gringo para entregarnos una película cuyo mensaje y narrativa parecen recordar brevemente a las películas de Miyazaki: Una niña que tiene un vínculo con un animal, una corporación maligna y una cruzada que remece a toda una sociedad.
La corporación Mirando ha desarrollado un cerdo genéticamente modificado, diseñado para saber bien y ser producido en masa. Para lavar su imagen, destina algunos de estos cerdos a rincones estratégicamente programados para ser criados en granjas y dar la imagen de una industria humana y un producto natural y amigable. Con lo que no contaban es que una de estas cerdas, llamado Okja, iba a ganarse el cariño y la amistad de Mija (An Seo Hyun).
A Mija no le gusta nada enterarse del destino que la corporación tiene reservado para su mascota, por lo que cruzará el océano para rescatar a su amiga Okja. En se cruzada será apoyada por ALF. No, no el extraterrestre, sino por el Animal Liberation Front (Frente de Liberación Animal).
“Okja” entrega un mensaje claro y efectivo sin análisis sesudos sobre especismo. No esperen ver algo como “Earthlings”, sino más bien una historia que busca conmover, y al mismo tiempo entretener. Los activistas del animalismo son caricaturizados aunque no ridiculizados: forman un grupo diverso, desde los pacifistas extremos hasta los extremistas radicales, incluso uno de ellos atenta contra su integridad física rehusándose a comer vegetales (Una visión caricaturesca que recuerda al personaje de Los Simpsons que no come nada que produzca sombra). Por supuesto, la corporación Mirando es maligna e inhumana, trata a los trabajadores como piezas desechables y la presidenta Lucy es una versión moderna de Cruela Devil: narcisista, insegura e histérica, además de guardarle rencor a su hermana y padre.
Okja deberá soportar todo tipo de maltratos y crueldades mientras Mija y Alf intentan rescatarla. Y aunque el antagonista es un cliché por donde se le mire, hay una escena que deja una reflexión profunda que, a mi juicio, pudo haber sido mejor desarrollada en el filme: El propósito de Alf no es solo volver a Melmac y rescatar a Okja, sino también hacer públicas las espantosas prácticas de crueldad animal de Mirando, para dañar su imagen pública, a lo que la hermana de Lucy, Nancy (personaje que aporta bastante poco a la trama), razona: “No importa que todos lo vean, si sabe bien y pueden pagarlo lo comprarán”. Esto es una verdad grande como una catedral, ya que a estas alturas podemos estar seguros de que aunque veamos mil documentales acerca de las inhumanas prácticas de la industria, el daño ecológico o el trabajo infantil que son la moneda de cambio de muchos productos del estilo de vida del primer y segundo mundo, nos puede parecer terrible al principio, pero estamos demasiado atados a nuestro estilo de vida como para renunciar a nuestros privilegios. Así que no es un tema de información, sino de conciencia y empatía ¿A cuántos de tus privilegios estás dispuesto a renunciar, para ser coherente con tus ideas?
Otro aspecto que pudo haber sido mejor desarrollado en la historia es la relación de Okja con Mija: Aparentemente tienen una conexión bastante profunda, sin embargo disponemos de pocas oportunidades para ver y sentir esa conexión. Salvo una escena del principio, niña y cerda pasan casi toda la historia separadas, por lo que uno debe suponer o asumir el vínculo emocional que compartían (Y que constituye el motor principal de la trama).
Fuera de esos detallitos, “Okja” es una buena fusión de códigos orientales y occidentales para producir una historia entretenida, bien contada y con un mensaje que aunque no es nuevo y hemos visto en historias anteriores, lo aborda desde una perspectiva magnífica.
Por Felipe Tapia, el crítico del que temes acabar enamorándote
1 Comment
No me gustó nada. Me pareció super lineal la historia. No tiene un quiebre, no tiene un twist, un cambio… nada… desde que empieza sabes como va a terminar. Incluso llega a ser infantil.
Incluso llego a entender que los coreanos sean medio caricaturescos para sus cosas… pero el papel de Jake Gyllenhaal da vergüenza ajena.
Lo peor de todo es el final [spoiler alert]
Salva a su animal, pero no le importa que la corporación siga matando a miles y miles de “okjas”. Malísimo.